Vives, Selena

31 de julio de 2010






Simplemente contigo soy feliz, Selena…


En la vida siempre estamos buscando la felicidad. Podemos estar toda nuestra existencia estando tras aquello que tanto anhelamos y no encontrarlo jamás … Podemos vivir buscando sólo una cosa, el motivo que nos dé la felicidad y no encontrarlo nunca. Y cuando llega el momento de partir de este mundo tener como última imagen aquel ser que nos hubiese dado la felicidad total presentándose de la manera más vívida, como si siempre lo hubiésemos tenido a nuestro alcance, como si siempre hubiese estado al lado nuestro. Muchas veces transitamos por esta vida haciendo cosas, planificando otras, armando una vida que acaso nos dé un paliativo a tanta soledad, a tanta sinrazón, a tantos interrogantes sin respuesta. Toda nuestra vida está en la búsqueda de algo, de ese algo que nos colme la vida, que sea la razón de nuestra vida aquí, la respuesta a tantos interrogantes, la felicidad que nos haga vivir a pleno nuestra vida.

Yo crecí y viví en el ámbito del rock. Y allí siempre se vive la vida con mucha insatisfacción e incertidumbre. Las letras, la música y el espíritu es expresar la bronca, lo que no nos gusta, el querer cambiar todo, la búsqueda de un destino mejor, el rebelarse contra lo establecido. Allí también podemos ver que los músicos pueden estar toda una vida cantando su desencanto por este mundo, la frustración ante una sociedad que no los contiene y que no los alberga. Pero tal vez en el ámbito del rock, como en todos los ámbitos en los que se desenvuelve el ser humano, lo único que se busca es Amor. Alguna vez John Lennon cantó “All you need is love”, y esa canción y esa frase recorrieron el mundo como una verdad tan simple y tan cierta como que muchas veces no damos cuenta de que de eso se trata la vida. Y que eso es lo que queremos y buscamos … Pero en el ámbito del rock, por su propio espíritu, puede verse, pero no siempre apreciarse, valorarse y aceptarse, a aquel músico que encontró lo que tanto buscaba … Ese Amor que le dé paz, tranquilidad, y romance con la vida, con la naturaleza y con la sociedad. Entonces, ese músico hace otras músicas, elabora otras letras, su semblante cambia, ya no ve todo mal, y se lo ve feliz y optimista. Buena parte del ambiente de rock rechaza a aquellas personas, pues ven a alguien que los ha abandonado, que ha perdido el espíritu rebelde. Ya no rompe guitarras, ya no es agresivo, ya no da saltos y se arroja ante su gente para ser tomado por ella. Ese ambiente se siente traicionado y, por ende, abandona y desprecia a ese músico … Y el único pecado que ese músico ha cometido es sólo ser feliz, ser feliz con alguien, haber encontrado un sentido a la vida, un bálsamo a tanto dolor. Encontró en definitiva lo que todos estamos buscando, lo que todos queremos para nosotros mismos. Es un hombre feliz, un hombre que encontró el Amor…

A mí también me pasaba lo mismo … hasta que descubrí a Selena. Yo también venía del rock sin ser músico, pero sí seguidor de su música. Y sin haber abandonado esa música y sin haber dejado de escucharla, hoy soy como aquel músico de rock que ha encontrado lo que tanto buscaba. Lo encontré cuando puede apreciar a Selena entrando en ese carruaje que la depositaba al escenario en el Houston Astrodome el 26 de febrero de 1995. Lo encontré cuando pude verla actuar en ese famoso Medley de los años ’70 y quedarme anodadado con su voz, con su carisma, con su personalidad, con su autoridad en el escenario. Lo encontré viendo a Selena interpretar “Si una vez” y dejarme con la “piel de gallina”. Sentí la misma sensación que sintieron todos, me sorprendí como se sorprendieron tantos. La vi y no la pude dejar de mirar desde que empezó hasta que terminó cada canción. Recorrí cada uno de sus movimientos, me emocioné con cada una de sus sonrisas, me deleité con cada paso de su baile, me quedé extasiado y pleno con cada movimiento a uno u otro lado del escenario. En unos minutos descubrí que estaba ante lo que tanto buscaba. En unos minutos descubrí a alguien que podía más que lo que habían hecho por mí miles y miles de artistas en sus discos y en sus conciertos. En unos minutos todo lo que vi y escuché por años pasó a un segundo plano. A partir de ese momento Selena fue y es el centro de mi atención y la razón de mi vida. Cuando la vi empecé a darme cuenta de que estaba ante una artista en serio, de verdad, que no era un invento de ningún medio ni de nadie. Que era una realidad y que buena parte de su éxito se basaba en ser ella misma en el escenario. Uno podía no conocerla o haberla seguido desde que era muy pequeña. Uno podía ser admirador o apenas dar cuenta de ella ... No importaba ... Era verla y era descubrir lo que una artista era capaz de hacer, de cantar y de generar. Era verla y quedar encantado con ella y con la vida. Era verla y enamorarse de ella para siempre. Era verla y querer acercarse a ella para abrazarla. Era verla y sólo acercarse a ella para darle las gracias. Selena no generaba sólo admiración. Selena generaba Amor. Y todos los que la sabemos apreciar no sólo nos gusta cómo canta Selena. También nos gusta cómo era ella. Y es verla en el escenario y saber que artista y persona eran lo mismo. No se podían escindir. Se la apreciaba y se la quería. Se la quería escuchar pero también se le quería expresar el Amor y el aprecio ante una persona que era tan linda … no sólo físicamente … Selena era también un Alma linda. Por eso generaba eso que sólo ella podía despertar en la gente. Todos supimos apreciar algo que pocas artistas tenían, que era Amor, Amor al canto, Amor a la creatividad, Amor a la vida, Amor al público, Amor a su familia, Amor a su esposo, Amor a la banda, Amor a todo lo que la rodeaba. Y cuando una artista es eso, además de ser honesta, sincera, sencilla, humilde y tan talentosa, no se la olvida jamás, acaso porque nunca habrá nadie que despierte lo que ha generado Selena…

Las cosas de la vida … Selena ha llegado a mí por su triste final y siempre me intrigó por qué pasó aquello. Llegué tarde a la fiesta y siempre me pregunto por qué no la descubrí antes, por qué Dios y el destino me la pusieron frente a mí cuando ya nada podía hacer, cuando ya no la podía ver, cuando ya no la podía apreciar en vivo con mis propios ojos. Siempre me sentí como aquellas personas que llegan tarde a algo preguntando lo que ha sucedido, diciendo una y otra vez “¿Pero qué ha sucedido con Selena? ¿Por que? ¿Por qué?”. Más de una vez me dije por qué no reparé en ella allá por 1994 cuando vi al pasar el video “Bidi bidi bom bom” en la pantalla de televisión en “mute”, ya que esperaba ver otro programa, y sin saber que era ella y sin imaginarme ante qué artista me encontraba. Más de una vez me dije qué hubiese pasado si ese nefasto 31 de marzo nunca hubiese existido y si yo llegara a este año sin saber nada de ella, o si la hubiese oído nombrar sin dar cuenta de lo que Selena hacía. Más de una vez me dije, ante esta circunstancia hipotética y en la que nunca hubiese reparado en ella, si al verla aunque sea en un tema en un concierto que hubiese ofrecido en Buenos Aires me hubiese generado lo que me ha provocado después en otras circunstancias, en otros tristes momentos ... Juro que al principio hubiese pensado en lo lógico: tal vez no, porque yo hubiese seguido en lo mío y hubiese prejuzgado a su música y hasta la hubiese subestimado ante su presencia en mi país diciendo “¿Pero quien es esa tal Selena?”, con la soberbia e ignorancia de los que se creen que saben todo, de los que creen que escuchan “la mejor música”, que vieron a “los mejores artistas”, que están en un “nivel superior”, “que ya vieron todo”, y que nada puede sorprenderlos … Después, al recapacitar lo que más me ha impactado de Selena, me doy cuenta de que seguro me hubiese generado lo mismo si la historia hubiese sido distinta, si hubiese podido verla en Argentina, máxime si hubiese podido escuchar su repertorio en inglés. Me hubiese impactado de la misma manera, me hubiese quedado con la boca abierta de la misma manera ante semejante artista … y seguramente hubiese despertado el mayor de los celos de toda mi familia al ver que hubiese ido corriendo a sacar las entradas a todos sus conciertos para apreciarla, para sentirla, para que me cautive, para verla en su plenitud y feliz de todo lo que ha generado en mi país y en el mundo…

Sí, tal vez sea como aquellos músicos de rock que han logrado la felicidad plena … pero tarde … Porque nunca pude decirle a Selena lo que me ha provocado. Tal vez, eso sí, pueda darle mis mejores palabras, que no sé si son las mejores ni si están bien escritas, pero que expresan todos los días lo que ella me ha generado y me sigue generando hoy en día. Querría no tener que exponerme como lo hago desde hace un tiempo largo ya para poder decir a los cuatro vientos lo tanto que la quiero. Querría no tener que estar en un primer plano para evocarla. Quisiera no tener que escribir todo esto, porque si ésa fuera la realidad, entonces eso significaría que Selena estaría aquí destilando y desparramando todos sus sentimientos en un escenario, mostrando toda su felicidad expresada en su rostro. Nos contagiaría con su risa, nos cautivaría con su personalidad, nos haría suyos en un instante. No querría estar en el plano en el que estoy ahora, pues siempre fui alguien de perfil bajo que le gusta expresar a la distancia el aprecio que le genera un artista. Yo soy de los que nunca quiere acercarse a alguien a quien admira por miedo a molestar, para no invadir su mundo, para no ser yo el protagonista de algo que es de exclusividad del artista … ¡¡Pero qué no daría por decirle a Selena lo que siento por ella!! Tal vez siempre fui así con todos pues nadie de ellos me ha dado las cosas que me ha ofrecido Selena. Y entonces tengo la alegría, pero a la vez la tristeza, pues todo eso que me dejó Selena en mi Alma y en mi corazón no se lo puedo decir, no se lo puedo transmitir … Apenas se lo puedo decir a la distancia espacio-temporal, y sin saber si ella puede escuchar y ver todo lo que le escribo y expreso. Pero esa distancia que he tenido con todos los artistas a los que he apreciado, no la podría tener con Selena. Con ella haría la excepción, pues simplemente Selena era distinta, totalmente distinta a todo y a todos. Daría mi vida para poder abrazarla y decirle lo que ha hecho de mí. Le diría que se cuide, que nunca deje de ser como es y que sabe que siempre tendrá el Amor de esa gente que la quiere tanto. Le diría que es la mejor y que se crea que lo es, y que lo que ha provocado en la gente no lo va a generar nadie. Le diría de dónde vengo y qué ha sido de mi vida desde que la conocí. Le diría tantas cosas, tantas cosas como las que le he escrito y que jamás me cansaré de escribir. El que ama a Selena sabe a lo que me refiero, pues basta con verla para entender lo que significa esta artista en el escenario y el vacío que genera su ausencia…

Ya no hay más en mí ni insatisfacción ni desencanto por este mundo. Selena genera milagros hasta en su ausencia. Me ha convertido en mejor persona, en un ser más tolerante y más comprensivo a todo y con todos. Nunca podré llegar a ser como ella y nunca podré decírselo personalmente. Pero el sentimiento que me genera al verla, la sensación que deja en mi corazón cuando la veo cantar, cuando la veo hablar, cuando la veo expresar cada canción y cada tema me convierte en alguien que ya no puede ver mal la vida. Ni siquiera su absurda partida de este mundo me hace volver hostil ni que reniegue de este mundo ni de esta vida … Es cierto que Selena no está, que este mundo sería bien diferente con ella, que seríamos más felices, comprensivos y tolerantes con ella aquí, pero también sé que ella es producto de esta tierra, de esta naturaleza, de este mundo, de Dios mismo. Ella generó el mejor de los sentimientos a tanta gente. Selena dejó su impronta en cada uno de los que la supo apreciar. Si acaso Selena pudiera ver cómo aún hoy la gente sigue cantando sus canciones, cómo los que son niños hoy y que nunca la vieron cantan sus canciones, si viera cuánta gente de todo el mundo la tributa y le deja el mejor de los recuerdos, seguro que se emocionaría, y se sentiría orgullosa y emocionada. Pero, por sobre todas las cosas, Selena se sentiría plena de ver cómo la gente de todo el mundo supo captar todo lo que ella les ha transmitido y que no lo ha podido expresar nadie, pues nadie tiene el Amor, la naturalidad, el talento, el carisma, la voz y la personalidad de Selena. Selena era distinta, distinta a todo, distinta de otros artistas, distinta de otros músicos, distinta de su entorno, distinta de todo lo que alguien haya visto jamás. Por eso todos la quieren sólo a ella y la hacen suya. Selena supo transmitir su propia vida a través de sus canciones y de sus conciertos, y eso quedará por siempre en los corazones y hasta en la vida de cada uno que la recuerda cantando cada una de sus canciones, escuchando sus discos, guardando o exhibiendo sus fotos, admirándola cada día y cada noche como si estuviera entre nosotros. Es que Selena nunca se ha ido porque sigue estando presente en toda la gente que la recuerda con Amor y la siente como propia…

Puede que mucha gente aquí en mi tierra me vea como una persona rara, como en el ambiente del rock se mira a aquel músico de su género que se deviene en un ser feliz pues ha encontrado al Amor de su vida, la razón de su felicidad. Tal vez muchos no entiendan por qué hago esto por Selena. Tal vez aquí en mi país no entiendan que exhiba esas fotos de ella, tal vez algunos no sepan de Selena y simplemente la conozcan a través de la película que protagonizara e hiciera famosa a Jennifer López. Tal vez mucha gente no comprenda mi admiración por ella, tal vez no se explique qué tenía Selena que no tuvieran otras. Tal vez muchos no entiendan por qué no escucho la misma música con la misma asiduidad que hacía antes, y que desde hace ya unos cuantos años sólo escuche y vea cotidianamente a Selena. Tal vez aquellos que no me comprenden hoy empezarían a entender si acaso pudieran verla, si acaso se tomaran la molestia de lo que era aquella mujer, si apreciaran su voz y su talento, si captaran su esencia en cada actuación, si supieran cómo llegó a ser alguien en la historia de la música, si vieran cuánto de la vida de Selena hay allí en cada canción. La vida es muy injusta. Siempre nos quedamos con la última imagen o con lo último que se nos presenta, que no es siempre lo mejor. Muchos lamentablemente se quedan con lo que ha sucedido, con aquello que no pudo ser, con una vida que se truncó, con una artista con un talento ilimitado que no pudo mostrar todo lo que podía dar. Muchas veces nos quedamos con eso y damos vuelta la cara cuando ya eso deja de ser una novedad, o pasa a ser algo que ya no despierte interés. Y pocos de los que no entienden reparan en lo más importante que nos ha dejado de Selena: un Legado de Amor, de música, de sentimiento, de pasión, que es incontable e inimaginable. Si todos dieran cuenta de ello, entenderían lo que yo siento por Selena. Si dieran cuenta de ello, ellos también sentirían lo mismo que siento yo. Mientras tanto, yo seguiré siendo como aquel músico de rock feliz, que tal vez no sea el rebelde de antes, que ya no reniega de este mundo, que ya no quiere destilar odio ni rencor. Tal vez porque se ha convertido en una persona feliz, feliz pues ha encontrado el Amor, la felicidad que muchos buscan y que no la encuentran en toda su vida. Tal vez hoy sea feliz porque llevo a Selena en mi corazón. Tal vez sea para siempre feliz, porque Selena siempre vivirá en mí mientras yo esté aquí. Y seguro que estaré feliz, pues aunque deje este mundo algún día, a donde vaya yo Selena se irá conmigo también…

Sólo te doy las gracias, Selena … Te doy las gracias por haberme hecho tan feliz no sólo por tu música sino por tu Amor, expresado en cada una de tus interpretaciones, en cada uno de tus conciertos, en cada pedacito de Alma que nos dejaste impregnado en nuestros corazones cada vez que nos cantabas, que nos hablabas, que nos expresabas tus más puros sentimientos…

Simplemente te quiere, te extraña, te espera, te recuerda…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)



Mi miedo a dar el próximo paso…


¡¡Es hora de levantarse!! ¡¡Es día de concierto!! ¡¡Quiero estar preparada ya!! ¡¡No hay tiempo que perder!! Se me dirá que tardo mucho en prepararme, que soy obsesiva con todo … Pero nadie podrá decir que no soy profesional, que no respeto al público, que no tengo en cuenta a la gente que trabaja conmigo, a la que posibilita que todo salga bien, a que todo esté en orden, a que todo suene a la perfección … Ante todo, somos un equipo de trabajo, y si falla uno fallamos todos … Por eso, si yo no cumplo con mi parte, de nada servirá el esfuerzo de los demás … Debido a eso es que me gusta cumplir, ser la primera en todo, ser un ejemplo para los demás, ser la fuerza para que todos puedan hacer lo posible para que todo salga bien. Hace sólo unas semanas, cuando di aquel concierto del Houston Astrodome, no dejé nada librado al azar: visité temprano el estadio, ensayé, desde muy temprano tenía elegido el vestido, recibí a la prensa, a los fans, y hasta me permití pasar por los pasillos del Rodeo para saludar a los que iban a asistir al concierto y sacarme fotos con ellos … Me gusta tener ese contacto con la gente. Sé que ellos me quieren y yo les debo todo. También me gusta dar más de lo que se me solicita. No me limito sólo a hacer lo que me piden. No quiero sólo tomar el micrófono y cantar con buena voz las canciones. Yo quiero expresarles mis sentimientos, lo que soy realmente. No quiero ser sólo una buena obediente del mandato familiar. Yo quiero darles más, siempre algo más, y sorprenderlos. Eso es lo quiero ser, ser creativa, ingeniosa, carismática. Quiero tener la fuerza y el talento suficientes como para encandilar al público cada día…

Y no sé por dónde empezar. ¡¡Tengo un montón de cosas en la cabeza!! Está, por ejemplo, un disco en inglés en marcha, aunque muchas veces demorado por diferentes motivos. El último fue por el concierto del Astrodome. Allí me permití hacer un popurrí de canciones de los ’70 para que el público comenzara a acostumbrarse a que les cante en inglés, ¡¡y vaya si tuve éxito!! ¡¡Al público le encantó!! … También tengo innumerables conciertos programados por todo el mundo y un disco en español para la comunidad latina. Es curioso: a los gringos los sorprenderé cantando en inglés y preguntándose cómo lo aprendí tan rápido ... Es cierto que mi carrera al éxito se dio de un modo extraño y atípico, pero se dio así pues nadie supo con cuál de los idiomas tendría éxito. Y aun lográndolo nunca abandonamos la idea de lograr el éxito en inglés… Era un sueño de todos, una obsesión de mi padre que pronto se hizo carne en nosotros, pues una vez que le tomamos el gusto a la música, cuando ya no fue un peso enorme que nos quitaba horas de sueño y de juegos, todos soñamos con trascender a través de la música que nos gustaba. Yo soñaba con ser como Donna Summer o como Gloria Gaynor, quería ser una cantante versátil que llegara a la cima de los artistas en Estados Unidos, pero aprendí la lección de mi padre. Él me hizo ver que es duro y variable el camino para llegar al objetivo final, que a veces hay que pasar por duras experiencias y hasta por derrotas para llegar a lo máximo, que a veces uno no hace lo que le gusta, no canta todo lo que uno quiere, que uno se debe a su público y a veces hay que buscar que ese público lo acepte a uno para después aprobar todo lo que uno quiere hacer. Pronto entendí que no es fácil en el mundo de la música ser mujer de origen latino y tan humilde. Todo se hizo para mí cuesta arriba, tuve que aprender el español para cantar en los dos idiomas para ver en dónde vendría el éxito para seguir ese camino que nos llevara a la fama. Mi padre me contó su experiencia y siempre se culpó por no saber canciones en español. Él siempre me dijo que en su época no era aceptado en los clubes para cantar en inglés por ser de origen mexicano y nunca pudo ser aprobado en los bailes mexicanos por no saber cantar en español. Por eso mi padre siempre me enseñó a que primero debía saber cantar todo, y saber las canciones y preferencias de cada pueblo, de cada ciudad. Él me decía que había pueblos a los que les gustaba el acordeón, a otros las rancheras, a otros los temas en inglés. Y por ello había que estar preparado para todo, para poder complacer a los demás. Por eso todos nos hicimos tan versátiles y supimos tocar en cada pueblo lo que les gustaba y con el mejor profesionalismo. Mi padre tenía razón aunque también tuvo que aceptar nuestras sugerencias para que no sonáramos ni anticuados ni atemporales. También le hicimos ver que debíamos incluir las cosas que nos gustaban para que todos fuéramos felices…

Miro al cielo y por momentos tengo temor, mucho temor. Tal vez eso explique que me sobresalte en las noches por una pesadilla recurrente de la que nunca puedo recordar. Tal vez lo que más me preocupe es saber que en breve la vida para ninguno de nosotros será la misma. Yo sé que este disco en inglés me pondrá en exposición al gran público de Estados Unidos y de Europa misma. Yo sé que mi éxito estruendoso el año pasado en México me ha abierto las puertas a toda América latina. Aún hoy no puedo saber el impacto que he dejado en países como El Salvador, Honduras y Puerto Rico. Por ahí escuché que en países como Colombia y Venezuela me adoran. Sé que tengo programadas giras en Bolivia, Paraguay y Argentina. ¡¡Hasta me cuesta saber cuán lejos están esos países!! Por eso tengo miedo …Porque siempre nos movimos por Texas, hemos ido a varios Estados de los Estados Unidos, y últimamente México y sobre todo Monterrey son lugares que ya son parte de nuestras vidas … Pero ir tan lejos, viajar tanto tiempo y estar lejos de mi país por meses me da temor. No es que no lo quiera, no es que no lo desee, pero me genera incertidumbre. Creo que en eso no estamos tan preparados. En lo musical estamos en el mejor momento. El disco “Amor Prohibido” es la mejor muestra de lo que hemos sido en estos años y hasta dónde podemos llegar. Como pocas veces siento que nos movemos como una gran banda, que se conoce bien y sabe a dónde quiere ir, pero el disco en inglés, que aún no sé cómo se llamará, nos ha puesto en una disyuntiva, y en un camino y en un lugar en los cuales no todo está en nuestras manos. Ya me costó en el último año tener que explicar, sobre todo en México, que el hecho de presentarme en los conciertos y en los discos como “Selena” y no como “Selena y Los Dinos” no significaba una separación ni mucho menos. Se entiende que por el “crossover” y por nuestra expansión en el negocio de la música es más fácil movernos por las ciudades y por el mundo con mi nombre, pero también es cierto que esa decisión es por la inminencia de la aparición del disco en inglés. Ese disco lo estoy haciendo sola, sin Los Dinos. Lo estoy haciendo con otros productores, con otros músicos, con otros artistas. Y si todo sale bien tal vez salga de gira sola o con otros artistas. Tal vez otros cantantes me inviten sólo a mí para participar en sus discos y en sus conciertos. Eso me genera temor. Recuerdo cuando veía hace unos días mi nombre escrito enormemente en el Houston Astrodome. Yo me sentía orgullosa y feliz por verlo, pero por otro pensaba en los muchachos, en mis hermanos, en mi esposo. ¿Podremos seguir como estamos o ellos seguirán su propio camino? ¿O seré yo sola la que siga su camino? Por eso tengo un poco de miedo. No sé si mi padre se ha dado cuenta de que no todo lo tiene controlado. No estoy segura de si todos estamos preparados para esto más allá de nuestras ganas. Siempre mi padre ha dicho que lo suyo es el negocio de la música, pero eso implica dedicarse a muchas cosas relacionadas con ella que no sé si las tiene tan en cuenta…

A propósito de ello, una de las cosas que me perturban es ver los problemas que tiene mi padre con ella. Las peleas y los distanciamientos me han puesto en el medio de una situación que no deseo, que no la quiero enfrentar en este momento … Pensar que fue mi padre quien la conoció primero y le dio la posibilidad de que fundara un club de fans que yo no tenía. Es raro todo … Alguna vez tuve que escuchar que algunos decían que mi padre sólo buscaba de mí y de mis hermanos dinero y fama, y que nos explotaba hasta lo último para lograrlo. Ciertamente los que dicen eso no conocen verdaderamente a mi padre y por ello me molestan mucho esos maliciosos comentarios. Pero supongamos que eso hubiese sido cierto … ¿Cómo no se le ocurrió a él fundar un club de fans? ¿Cómo no pensó él que el merchandising es importantísimo hasta para promocionar a una banda, siendo que mi padre conoce bien el mundo de la música? ¿Cómo una mujer que casi no sabía nada de nosotros, que apenas supo que existíamos por “Baila esta cumbia” y que nos había visto por primera vez en el concierto de San Antonio hace casi 4 años se dio cuenta de que nos faltaba ese destalle de vender fotos, remeras y demás cosas que cualquier fan de nosotros quiere tener? ¿Acaso alguien que es enfermera y que no sabe nada del negocio de la música pudo percatarse de algo que nunca advirtió mi padre? Sé que él no está actualizado en muchas cosas, por ahí esto se le escapó, pero como fuere, esto prueba que si mi padre fuese un explotador, un hombre que sólo piensa en el dinero, nunca se le hubiese pasado esta circunstancia. En realidad, mi padre sólo ha buscado seguir con la música, algo que tuvo que interrumpir para traer un plato de comida a la mesa de nuestra casa y para mantener a mi familia. Mi padre sólo ha buscado cumplir su sueño a través de nosotros, y lograr con ello que nosotros tuviésemos un camino para llegar al éxito en este país que recibió con Amor a mis padres y que lo sentimos nuestro… Pero me preocupan estas peleas que tiene ahora con ella, porque lo conozco. Cuando él toma una determinación no da marcha atrás. Él se siente muy seguro de que apartándola de nuestro camino, muchas cosas se solucionarán. Pero no se da cuenta de que yo no puedo seguir su camino en esto. A veces, en su obsesión por la música, no se da cuenta de que ella está también en mi negocio de la moda, de mis boutiques, y de que eso nos liga a ella igual, más allá de sus decisiones. Yo no puedo seguir su camino, pues mi relación con ella es otra, como la de todas las personas que se han relacionado con ella … Creo que a veces mi padre minimiza mi propio sueño, piensa que tal vez no es lo mismo mi sueño que su sueño. Tal vez tenga temor de mis decisiones, pues cree que me dedicaré a la moda más que a la música … Tal vez ... Tal vez él debería darse cuenta de que los sueños de ambos son importantes, por lo que él debería poner el mismo empeño en mi sueño del mismo modo que yo lo he puesto en todos estos años por el suyo…

Sí, definitivamente esto me tiene preocupada. Lo noté camino a la escuela de los Spurs cuando fui a visitarlos y a darles un concierto. Lo noté aun más cuando el presentador Rock and Roll James me hizo esa entrevista apenas bajé del auto camino al concierto. Recuerdo que él me preguntaba y yo no me podía concentrar. Quería salir con alguna salida ingeniosa, pero me costaba. Incluso me preguntó por cortesía por mis diseños y no supe contestarle precisamente. Pero lo que más me preocupó es el haber sido tan contundente al contestarle que estaba muy cansada. Se lo dije más de una vez. Es cierto que el ir a Miami, a Chicago y a San Antonio en pocos días cansa a cualquiera, pero yo ya estoy acostumbrada a esos trotes. No debería sentirme así y mucho menos en estos momentos en los que me tengo que preparar a que mi vida va a ser por mucho tiempo así. Además, nunca me sentí cansada. Entonces, ¿por qué me siento así? Tal vez estos problemas me están agotando la paciencia. Tal vez sepa que tengo otros problemas más importantes que sobrellevar y esto me lo está interrumpiendo. Siento que no son mis problemas, pero que me ocupan mi pensamiento y mi accionar mucho más de la cuenta. Esto no debería pasar. No me puedo permitir olvidarme de mis diseños. Esto no me puede retrasar mi disco en inglés tan soñado. No debería esto hacer que me canse de las giras. ¡¡Esto no debería pasarme!! Tal vez esto sea una alarma. Tal vez esto sea una señal que me indique que yo debo replantear mi propio camino, que yo tenga que tomar las riendas de mi propio destino. Sí, eso también me preocupa ... Temo que en un futuro tenga más de un conflicto si no dejo las cosas claras. Tengo que actuar más para mí y no pensar tanto en los demás. Tal vez tenga que hablar con ella. Aunque algo me dice que a esta altura eso no es lo más conveniente. Lo lógico es aclarar las cosas con ella y dejar bien en claro lo que quiero para mí, pero no sé si eso sea bueno. Ella es un tanto complicada, y ya se las ingeniará para hacerme sentir culpable y dudar. Tendría que tomar una decisión sin darle tantas explicaciones. Lo mismo con mi padre. Debería dejar en claro que hay cosas que no pienso negociar, de que Selena Etc. es tan importante como mi carrera musical y de que eso no implicará que abandone la música. Debería hacer más que decir. Debería ser más egoísta. No debería dar tantas explicaciones. Pero yo soy así. Encima me siento en el medio de dos fuegos, como en aquellas viejas películas de cowboys en las que uno intenta interceder en un duelo a muerte. Uno sabe que corre el riesgo de recibir un disparo por intervenir, pero uno no puede ver morir a uno de ellos o a los dos sin hacer nada por evitarlo…

Y es que soy así. Soy Selena, con todo que ello implica. Yo estoy acostumbrada a los retos. Cuando me retan, yo nunca me quedo atrás. Siempre enfrento la situación. Nunca la eludo. Hasta ahora siempre me ha ido bien. Cuando hace casi tres años parecía imposible que pudiera tener una relación con Chris, lo pude superar. Está bien. Tuve que casarme para ello, pero logré lo que me proponía. Tal vez no haya sido de la mejor manera. Tal vez hubiese sido mejor tener un mayor período de noviazgo. Tal vez tuve que adelantar los tiempos. Pero siempre pensé que se podían negociar las cosas. Para lograr los grandes objetivos hay que dejar muchas cosas en el camino ... Y estoy en un momento en el que siento que estoy ante nuevos desafíos, muchos de ellos desconocidos para mí, ¡¡pero sé que los voy a superar!! Son demasiadas cosas que están delante de mí para ser conocidas, explotadas, gozadas. Siento que tengo todo, pero a su vez no he logrado nada. Es una extraña y a la vez una hermosa sensación. Porque a esta altura de mi vida siento cosas muy hermosas como el cariño de la gente, la fama, la realización personal como cantante y como diseñadora, ser la cara visible de muchas marcas comerciales que confían en mí desde hace mucho tiempo, ser la figura para grandes obras benéficas, el ejemplo a seguir para muchas generaciones, la mujer que puede encabezar campañas contra el maltrato de las mujeres, ser muy querida por los medios y periodistas que me entrevistan. Estoy viendo y sintiendo todo esto, pero a su vez sé que sólo tengo 23 años y tengo un largo camino por recorrer. Tengo muchos lugares que visitar, tengo mucha gente que espera de mí. Todo lo que hecho desde los 8 años fue para llegar a esto y veo los frutos de tanto esfuerzo. Aun hoy puedo recordar mis primeras canciones, la primera vez que tomé el micrófono y me puse a cantar, el fastidio de mi hermana por tocar la batería, la cara de incertidumbre de mi hermano que ya era un adolescente y que se sentía muy mayor tocando el bajo al lado mío. Pero ahora viene un esfuerzo mayor y un nuevo desafío, que será aun más difícil de lograr. Todo será más complicado en un terreno inexplorado para nosotros. Es como empezar de nuevo, como nacer otra vez. Eso da vértigo y mucho, mucho miedo. Sé que vengo utilizando mucho esa palabra, pero es inevitable no tenerla presente una y otra vez. Da miedo el paso que estamos dando. Da miedo saber que estamos a un paso de que el mundo entero nos abra las puertas. Da miedo cuál será la reacción de todos cuando salga mi disco en inglés. Da miedo explorar tierras que uno no conoce y que son tan, tan distintas. Da miedo el sólo pensar ver que mi nombre figure en todo el mundo por mis actuaciones y por mis diseños. Da miedo ver que todo el mundo hable de uno. Da miedo ver casi todos los días en todo el mundo estadios enteros coreando el nombre de Selena, como ha sucedido en el Houston Astrodome. Me preguntaré ante el miedo si valió la pena tanto esfuerzo y si valió la pena llegar a esto. Y cuando tenga que contestarme esa pregunta, miraré para adelante, observaré ese telón rojo que está cerrado, sonreiré gozosamente y avanzaré totalmente segura, con la total certeza de abrir ese telón que me cubre de lo desconocido para dejarlo a un lado y enfrentar a lo que viene con toda mi alegría, con toda mi energía y con todo mi Amor, como lo hice siempre. Y sé que lo lograré. De eso no tengo dudas. Nada me detendrá en ese camino. Todo lo logré con honestidad y convencimiento. Este paso no será distinto. Será igual, aunque haya muchos obstáculos, muchos desafíos. Pero ya se sabe que a mí los retos me gustan. ¡¡Allá voy, mundo!! Yo soy Selena, yo quiero que me conozcan, yo quiero que me quieran, yo quiero que mi nombre quede marcado a fuego en cada uno de todos los habitantes de esta Tierra. ¡¡Yo quiero estar en cada uno de sus corazones!!

(Yo sólo espero que corras ese telón, Selena … Del otro lado estamos esperándote, deseando que aquel sueño por el que tanto luchaste se haga realidad … Mientras tanto, estaremos aquí recordándote, esperándote, extrañándote, ocupando tu lugar hasta que vengas tú a ocuparlo y a agradecernos por estar todo este tiempo cuidando tu espacio en tu ausencia y para demostrar que con personas como tú todo es posible.)

Si supieras, Selena, lo tanto que te queremos, lo tanto que te extrañamos, lo que estaríamos dispuestos a hacer para que seas feliz, estoy seguro de que volverías. Aunque fuera imposible, tu propio Amor haría convencer a Dios y haría posible el sueño de todos, tu propio sueño, aquel sueño de ver cómo vives tu propia vida, esa vida única e irrepetible construida con tu propio corazón que vive a través de nuestros latidos…

Simplemente te quiere con toda el Alma…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)



Es sólo un acto de Amor, Selena…


“¡¡No, señor Quintanilla!! ¡¡No abra ese cajón!! ¡¡No lo haga!! ¡¡No haga nada de lo que se tenga que arrepentir después!! Deje que crean que es todo una mentira. ¡¡Deje que crean que ella no está allí!! ¡¡Tal vez sea lo mejor!! ¡¡Tal vez hasta sería bueno que al final creyeran y se convencieran de que todo fue una mentira, de que todo fue un error, de que todo fue una gran equivocación!!”

El padre de Selena me miró un largo rato sin comprender qué hacía yo allí … Estaba shockeado, impactado. No salía del estupor, del dolor y de la impotencia frente a lo sucedido. Era una imagen que no se condecía con la que siempre había dado, con la que siempre se mostró públicamente. Tuve suerte de agarrarlo a tiempo solo para poder convencerlo de que no lo hiciera y para prepararlo para lo que le iba a proponer. Lo notaba en la soledad desnudo, vacío, tratando de sacar fuerzas de las que no tenía, tratando de mantener un ánimo que no le podía dar la pérdida de una hija que estaba tan cerca de lograr todo, de cumplir sus sueños, de lograr sus anhelos personales y familiares. Sobre todo, era un padre destruido por la partida de una hija, tan simple y tan duro como eso ... En un minuto ese hombre comprendió que no bastaban su convencimiento, su tenacidad ni su disciplina para mantener el orden de todo. En un minuto entendió que lo peor puede venir de cualquier lado y que puede atacar al que menos se piensa, al que más a uno le duele, al que jamás querría que se dañara. Ese hombre podía esperar que mucha gente lo quisiera dañar, pero ni aun sabiendo qué o quienes querrían dañarlo, podía suponer que lo harían arrebatándole a una de sus hijas, a una de sus creaciones, a su hija que lo quería tanto y que había dado todo de sí para cumplir su sueño, para verlo feliz, para llegar a revertir tantos años de angustias y de sinsabores. El padre de Selena estaba tan quebrado en la soledad que ni siquiera atinó a llamar a nadie cuando arremetí con mi ruego. Tal vez en esa soledad esperaba que alguien pudiera sacarlo de esa pesadilla, de esa imagen que tenía que enfrentar ese tristísimo 3 de abril de 1995, en el que tenía que salir a consolar a su esposa con aire aplomado y de tranquilidad impostada, de tener que enfrentar a toda la prensa, a toda la gente que se le acercaba y a todos los familiares buscando una explicación ... Tener que tomar aire para enfrentar toda esa situación viendo la fría realidad de su hija tan cerca era un mazazo del cual aún sentía un inmenso dolor del cual no podía reaccionar…

“Creame que lo entiendo, señor Quintanilla. Creame que sé por qué lo quiere hacer. Sé que quiere abrir ese cajón no tanto por la gente que no cree que su hija esté allí, no para mostrarle al mundo que efectivamente eso ha ocurrido y que allí está la prueba de que usted no miente. Yo sé, señor Quintanilla, que en lo más profundo de su ser usted tampoco cree lo que ha pasado. Yo sé que usted quiere creer que no pasó. Yo sé que usted querría abrir ese cajón y verlo vacío. Sería una quimera, pero, ¿acaso no querría ver que nada de lo que pasó realmente sucedió? ¿No le gustaría pensar que esos rumores son ciertos? ¿No daría todo por ver que por ahí su hija está realmente viva y que todo esto fue una pesadilla, una tonta pesadilla de la cual recién se despiertan?”

El padre de Selena, para mi sorpresa, rompió en llanto y me abrazó. Comenzó a decirme que no podía más con su dolor, que querría no pasar por esto, que se sentía culpable por no haber imaginado que el enfrentamiento con la asesina lo iba a llevar a esto. Me dijo que efectivamente quería abrir ese cajón porque quería ver si no se equivocó, que en realidad era otra persona la que está allí, que no hay nada, y que querría más que nadie poder decir que eran ciertos los rumores y de que todo fue un fatal error. Y que si efectivamente era su hija la que estaba allí, ya no importaba. “Que la vean”, me dijo, con mezcla de bronca, llanto e impotencia. “Total, ¿qué puede importar si la ven o no si efectivamente está sin vida?” … Me daba pena darme cuenta de que él no tenía esa fortaleza de la que se ufanaba tanto. La asesina le había asestado el golpe más duro que él podía soportar y permitir mostrar a alguien, pero en la soledad, y ante un desconocido que le pedía algo que él tampoco quería hacer para no certificar la triste realidad, no pudo evitar quebrarse, y admitir su dolor y su derrota. En un punto había llegado en el momento justo, justo para pedirle algo que de ninguna manera me hubiese permitido decir en otro momento, en otra circunstancia, en otro lugar. Era el momento de proponerle un milagro, un milagro de fe, un milagro que cambiaría la realidad de las cosas en este desdichado mundo…

“Yo sé, Señor Quintanilla, que no quiere abrir ese cajón. Yo tampoco quiero verlo, al menos verlo así. Yo le propongo algo y sólo le pido que me dé esa oportunidad. ¿Quiere pensar que estos tres días fueron una pesadilla? ¿Quisiera poder evitar tener que decir que no es cierto lo que se rumorea y usted ofrecerle la mejor prueba de ello? ¿Quiere evitar exponer a su hija a una imagen de la cual se arrepentirá de por vida? ¿Querría poder decirles que se dio un milagro y de que en realidad su hija está herida pero está bien? ¿Que todo fue un error, un hermoso error que les devolvió el alma al cuerpo y la vida a Selena? ¿Quiere no sentirse culpable para siempre? ¿Quiere ver a su hija feliz? Si es así, déjeme aquí a solas con ella. Usted vaya por unos minutos a ver a los suyos, dígale palabras alentadoras, dígale que tal vez Dios los puso a prueba para saber la importancia de las cosas, de lo que realmente es valioso para todos ustedes. Dígales que usted aún espera alguna señal de él, una señal que le dé sentido a todo esto”.

El padre de Selena me miró e increíblemente se quedó un largo rato mirando hacia el suelo pensando. Creí que al decirle eso iba a despertar al Quintanilla de siempre y que llamaría a Seguridad, o él personalmente me iba a sacar del lugar. Pero su ánimo y la soledad lo pusieron reflexivo y pensativo. Definitivamente, no había aún reaccionado. No podía ni quería aceptar la realidad. El abrir ese cajón lo pondría en esa realidad y ya sus esperanzas de que nada fuera cierto se cerrarían para siempre. Levantó la vista, me miró largamente, miró el cajón y luego se dirigió a mí para decirme: “En 10 minutos tengo que volver a habilitar el lugar para que la gente empiece a despedirla. Ése es el tiempo del que tú dispones. Cuando vuelva yo aquí, no podré hacer nada por ti si te vuelvo a ver. Tú sabrás lo que quieres hacer. Por tu mirar, sé que harás algo bueno por mi hija. Lo intuyo, lo presiento. Te daré ese tiempo para creer que todo esto que sucedió no ha pasado”.

Tragué saliva y asentí con mi cabeza. Él se dirigió hacia la puerta y sólo se volvió para decirme. “Ojalá que cuando vuelva tenga la noticia de que mi hija sigue viva en algún lado. Espero que en 10 minutos pueda decirle eso a mi familia, a la gente, a la prensa, a todo el mundo. ¿Tú crees que tengo esperanza de que eso pueda llegarlo a decir … en 10 minutos?”. Yo lo miré y le dije que si él tenía fe, si le ponía mucha fuerza a creer que Selena estaba viva, y que estaba convencido de que es así y que de ninguna manera se ha ido, es muy posible que sea así. “Pero eso sí -lo sentencié-: prométame que si la vuelve a ver la protegerá como se debe y la dejará soñar con sus propios sueños, y que la ayudará para que todo lo que se proponga sea posible. ¡¡Prométame que usted también la ayudará a cumplir sus sueños!!”. Él se acercó a mí, tomó mis brazos con sus manos fuertemente y me dijo que haría lo que sea para ver a su hija de nuevo con él y con su familia. Me lo dijo con esas lágrimas, con esa desesperación, con esa tristeza que es imposible poder definirlo con palabras, con esa expresión que sólo viviéndola se puede entender su verdadera dimensión. Yo le dije que se marchara, que no me quitara más tiempo, ya que quería que no me volviera a ver cuando regresara…

El padre de Selena me miró, se sonrió, me dio una palmada a mis espaldas y se fue, y antes de cerrar la puerta me volvió a decir “¡10 minutos!” y se marchó definitivamente. Ahora estaba solo con ese cajón, con algo que nunca hubiese querido enfrentar pero lo tenía que hacer … por Selena, sólo por Selena. Sólo mi fe y la incredulidad de su partida, y la no aceptación de dejarnos tan solos podían revertir este dolor. Cuando pude dejar de pensar en mi temor y de moverme por darle una nueva oportunidad a Selena, me acerqué al cajón dispuesto a hacer lo que iba a realizar el padre de Selena un instante antes para convencerse él mismo de lo que había pasado. Ahora era yo el que lo hacía para todo lo contrario: para convencerme de que esa realidad que estaba allí pronto no iba a ser cierta y de que el mundo se enteraría de que todo fue un error sin importarle del por qué de ese equívoco, pues la noticia era otra: la noticia era que Selena estaba viva, estaba viva por la fuerza, el deseo y la voluntad de todos…

Cuando me decidí, me acerqué y abrí el cajón … No quería hacerlo, me parecía truculento y hasta ultrajante tener que realizar ese acto, pero lo tenía que hacer. Tiempo atrás, el solo hecho de imaginarme la escena me hubiese puesto la piel de gallina, me hubiese corrido un frío helado en todo mi cuerpo y me hubiese paralizado para siempre. Sólo me dio valor el hecho de que si lo hacía, Selena se despertaría. Sabía que tenía que pasar por todas estas pruebas, por todos estos sinsabores. Nada era fácil, todo era doloroso, pero sólo podía hacer algo en ese momento, pues lo hecho no se podía modificar. Sólo podía hacerlo con los hechos consumados, y sumido en una profunda fe y con la noble intención de darle vida a Selena aun a costa de la mía. Pero para eso tenía que mirarla … Cuando lo hice, rompí en llantos por un largo rato, lloré por todos estos años de dolor por su ausencia. En un punto me alivió el hecho de ahorrarle la experiencia a su padre. Él hubiese sentido lo mismo sin poder hacer nada. En cambio, yo sabía que podía hacer algo. Verla allí con esa expresión seria, adusta, tan impropia de Selena, que no se condecía con su vida, con su historia, con su alegría, con sus ganas y con su Amor, era desolador. El verla así era certificar su incredulidad por lo sucedido, el absurdo de ver y de sentir lo peor en un instante, sin poder reaccionar, sin poder decir ni hacer nada. No podía verla así, no quería verla así, no quería que todos se llevaran de ella esa penosa imagen, no quería que la vieran derrotada en manos de la maldad, de la mediocridad, de la mentira, de la falsedad y de la injusticia. No quería que el mundo se la llevara así. Alguien le tenía que devolver esa vida, alguien le tenía que dar esa energía para que pudiera darle esa nueva oportunidad, esa nueva posibilidad de ser feliz y de dar felicidad a la gente…

Tenía temor, mucho temor. Sabía a lo que me exponía y sabía lo que estaba sacrificando, pero no podía seguir admitiendo que esa mujer de 23 años se fuera sin otra oportunidad, no podía admitir que una mujer con todo por hacer y con tantas ganas de hacer algo por su vida y por los demás se fuera por un acto absurdo e inadmisible. No podía admitir que ella no tuviera la oportunidad de vivir como la tuve yo. No podía admitir que el mundo se perdiera de verla. No podía admitir que el mundo no la conociera o se olvidara de ella por el absurdo paso del tiempo … ¡No! Yo tenía la energía que ella no tenía. Yo tenía las ganas que ella no tenía. Yo tenía la vida que ella no tenía. Yo tenía una fe que ella la fue perdiendo en su camino desesperado al lobby del Days Inn … Con ese valor y con esas ganas la miré y le dije: “Selena. Escúchame. Escúchame bien. Pronto despertarás. En un principio, no recordarás qué pasó y por qué. Sólo te sentirás con un pequeño dolor en la espalda y te encontrarás en el hospital en observación. A medida que pase el tiempo te llegarán las noticias y empezarás a recordar de a poco lo sucedido. Te preguntarás cómo te sucedió eso y cómo te salvaste cuando todos te daban por perdida. No pienses en eso. Ni siquiera pienses en esa mujer ni en lo que digan ella y sus familiares. Piensa en lo que pudiste perder y que lo recuperaste. Piensa en tu felicidad. Piensa en todo lo que quieres realizar. Piensa que tú estás primero a la hora de ser feliz. No te sientas obligada a ser tantas cosas por los demás. ¡¡Ya has hecho demasiado!! Piensa en los que realmente te aman. Piensa en la gente que se te acercará a ti con lágrimas en los ojos y que por unos días lloró sin consuelo. Piensa que ellos sólo te escucharán a ti y te creerán a ti. Sólo les bastará que les hables como siempre, que les digas todo con la sinceridad y con la naturalidad de siempre. Si tú actúas como siempre, ellos no te defraudarán, te amarán más que nunca y te cuidarán más que siempre. Nunca sientas miedo de ellos. Pero eso sí: cuídate, cuídate bien de todos los que te rodean, porque muchos se querrán aprovechar de tu fama, de tu bondad y de tu sinceridad. Antes que nada, diles a tu padre, a tu esposo y a tu familia qué quieres y qué es lo que realmente deseas. Te aseguro que ellos lo entenderán y lo aceptarán. Sabrán que para seguir felices, y no tener ni contratiempos ni desgracias inadmisibles, todos se tienen que escuchar y todos tienen que luchar juntos para ser felices cumpliendo sus sueños. Tu padre comprenderá que es tan importante para ti cantar como dedicarte a tus diseños, y por ello programará tus conciertos y tus actividades como cantante en función de tus labores en Selena Etc. Rodéate de la gente que te lleve por el camino que deseas. Hay mucha gente que quiere cantar contigo, pues ve en ti un futuro sin barreras. Hay mucha gente que quiere lo mejor para ti y que te ayudará en todo lo que emprendas. No sigas a aquella gente que con cualquier excusa te frena en tus objetivos, te aparta de tu felicidad, pretende que los atiendas para que no sigas tu camino sabiendo que a la larga tendrás que dejarlos para poder crecer. Deja que ellos busquen su camino a la felicidad y que no te usen a ti para paliar su mediocridad y por no saber qué hacer con sus vidas. ¡¡Vive tú, Selena, verás que si les demuestras que estás bien con tu vida, ellos lo terminarán aceptando y te lo agradecerán!!”.

Cuando terminé de decir eso, tomé sus manos y la miré con ternura. Sabía que era lo último que le iba a transmitir. Sentí a la vez una hermosa sensación al tocarla pues podía sentir su Amor en mis manos. Sentía una gran felicidad al ver que esa mujer iba a seguir viviendo, que semejante bondad en un ser humano no se había marchado. También sabía que después de ello pronto despertaría. Cuando alcancé a ver que ella abría sus ojos y se despertaba como en un largo sueño, sentí que mi cabeza daba vueltas rápidamente y me desmayé. Por un largo rato estuve inconsciente. Cuando logré recuperar el conocimiento, sentía un gran dolor en la espalda y una gran debilidad. No sabía lo que estaba pasando. Sentía como si me estuvieran trasladando en un auto o en una ambulancia. Quise levantarme pero no pude. No tenía fuerzas y sentía que algo o alguien me sujetaba con cuidado. También sentí que alguien me decía que me quedara tranquilo. El ruido de una gran sirena acaparaba todos mis sentidos. Esbocé una sonrisa. Sentía que había logrado mi objetivo. No importaba lo que estaba pasando conmigo. Sí me importaba lo que le pasaba a Selena. Mi propia obsesión hizo que quisiera escuchar lo único que deseaba oír antes de sumirme en un largo sueño. Cuando creí que nada podría certificarlo, alguien le dice al conductor del vehículo: “¡¡Prende la radio, por favor!! ¡¡Acaban de decir que Selena está bien, que no se ha ido. Que está herida, pero bien!!”. Escucho el sonido de la radio y al padre de Selena diciendo: “Agradezco a Dios este milagro. Era como muchos decían. Fue un error. Un increíble y maravilloso error. Ya lo explicarán mejor las autoridades. ¡¡Pero lo más importante es poder decirles y certificarles que Selena está bien y viva!! ¡¡Todavía no puedo salir de la emoción!! Ojalá pudiera agradecer y a abrazar a quien me dio esa voz de aliento cuando ya nada tenía para decir ni para ofrecer. Créanme que hace tres días cuando anuncié aquello sentí que yo también había muerto … Hasta desee que me dispararan a mí también …Sólo le quiero decir a aquella persona que me dio esa esperanza, donde quiera que esté, que Selena está bien, que pronto estará con todos nosotros ¡¡y que la cuidaré mucho para que sea feliz con su vida!!”. Se me estaban cerrando los ojos, estaba muy débil, pero no importaba. Eso no era lo importante. Corrían varias lágrimas por mi mejilla y sonreía de felicidad. ¡¡Selena estaba viva. Selena estaba bien. Selena estaba feliz!! Su padre lo había comprendido e iba a cumplir lo prometido. Valió la pena el esfuerzo. Valió la pena el sacrificio. El mundo será otro. No importaba si yo lo iba a ver. Lo importante era que Selena sí lo iba a poder ver…

Más tarde, cuando volví a abrí los ojos, estaba todo oscuro. No se oía nada ni se veía nada. Pero no quise averiguar más. Quería llevarme esa última hermosa sensación y no la de todos los días, la de vivir un nuevo sueño y de romper en llantos ante la dura realidad. Estaba seguro, quería estar seguro de que todo había cambiado y de que Selena era una mujer feliz aunque yo no estuviera allí para contarlo…

(Sólo espero que todo lo que desee toda mi vida se haga realidad. Que no haya más sueños ni pesadillas. Que no haya más pena ni olvido. Sólo espero que sólo haya una realidad, un mundo con Selena, una vida con Selena. Espero que haya valido la pena haber dejado todo para que así sea, para alegría de Selena, para alegría de un mundo necesitado de su Amor.)

Selena: vives y vivirás por siempre y para siempre en mi corazón…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)



Quisiera sentirte en mi ser, Selena…


Me gustaría sentir en mi cuerpo, en mi alma, en mi ser todo lo que nos has transmitido Selena. Me gustaría poder llevar en mí tus pensamientos, tus sentimientos, tu nobleza, tu espontaneidad, tu honestidad, tus ganas de hacer todo, tus ganas de ir siempre por más, tus ganas de ser genuina, de decir siempre la verdad, de que te quieran por lo que eras y por lo que transmitías. Me gustaría poder sentir todo aquello que pasaba por tu mente y por tu corazón. Quisiera poder transmitir, no sólo con mis escritos, no sólo con mi tributo a ti, no sólo por mi recuerdo, mi admiración y el poder de alguna manera seguir tu Legado de Amor. Quisiera poder evocarte sintiendo plenamente dentro de mí aquello que tú sentías, todo lo que soñabas, todo lo que aspirabas para ti. Quisiera poder llevar conmigo tus miedos de niña cuando tomaste por primera vez el micrófono para cantar, quisiera sentir tus miradas al cielo y a las estrellas esperando algo mejor para ti, soñando con que algún día serías alguien importante, alguien admirado, alguien que fuera para todos un ejemplo no sólo como artista sino también como persona, y sobre todo alguien amado. Quisiera poder sentir ese sentimiento de no poder expresar todo lo que sentías y pasaba por ti en aquel bus que te llevaba a tantas lugares y a ningún lugar, a tantos conciertos y a tantas incertidumbres. Quisiera poder sentir en mí, cuando te recuerdo, cuando pienso en ti, tus emociones, tu contacto con tu público, el vibrar de tu baile, la expresión de tu canción. Querría sentir el vértigo que tenías cuando te encontrabas con tanta gente que coreaba tu nombre, querría poder rescatar ese sentimiento tan particular de ser querida en tierras lejanas que se emocionaban con tus interpretaciones. Quisiera poder retener esa voluntad, esa tenacidad que siempre fue tu sello, Selena, para aprender unas viejas canciones para lograr la atención de tu padre, para aprender el español por respeto a aquella gente que te adoraba y te recibía con el mayor cariño, y con las mayores ganas de cuidarte y de tratarte bien. Quisiera poder llevar conmigo tus ganas de innovar, de presentarte en cada concierto de una manera distinta e innovadora, de preocuparte por tu vestuario, por tu fisonomía, por tu estilo, por ser siempre diferente y brindarte siempre por igual ante tu gente, de ser alguien a quien se distinguía claramente con su presencia, una presencia que provocaba el encandilamiento de todo el mundo. Quisiera, Selena, llevarme contigo tu amabilidad, tu buena predisposición, tu espontaneidad para encarar cada entrevista, cada conversación, cada diálogo con el mayor de los respetos y con la tolerancia de saber que mucha gente no tiene la mejor actitud ni la mejor intención. Quisiera poder llevar conmigo ese Amor que hacía que todo el mundo se llevara la mejor impresión de ti, que todo el mundo quería hablar contigo, y que se quedaba satisfecho con tu actitud y con ganas de volverte a ver y de encontrarse contigo siempre. Quisiera, Selena, llevarme conmigo tu actitud y tu talento para demostrar que se puede estar por encima de tantas mediocridades y de actitudes mezquinas marcando la diferencia sólo con lo que tú ofrecías tanto en el escenario como en la vida. Quisiera, Selena, llevarme todo esto de ti para tenerte como ejemplo, para ser como tú, para demostrarle al mundo que todo es posible siendo como tú, siguiendo tu camino, escuchando lo que tú decías, mostrando a los cuatro vientos lo que tú eras capaz de hacer. Me gustaría poder recordarte no sólo recordando tu obra, diciendo que eras la mejor, difundiendo tus canciones, tus conciertos, alegrándome con tus interpretaciones, llorando tu ausencia, sino poder actuar en la vida con tu Legado, con tu ejemplo, con tu forma de ver las cosas, con tus pensamientos, pero por sobre todas las cosas, con tus sentimientos, con tus nobles sentimientos que te llevaron a ese lugar tan alto, a ese lugar en el que todos te aman, todos te respetan y todos te dan su mejor cariño. Me gustaría poder homenajearte siguiendo tu vida como guía en mi propio camino en este mundo tan cruel que te llevó sin despedirte…

Quisiera poder ser como tú, Selena, y dejarme llevar por lo que supiste dejar y transmitir a cada uno de nosotros. Tus sentimientos fueron tan nobles y tan genuinos que no había necesidad de ser contemporáneo a ti para saber apreciarte. No había necesidad de poder valorarte en tu tiempo para saber lo que eras como artista, en la vida, en familia, con tus afectos, lo que eras en definitiva como persona. Transmitiste tantos valores y tantos afectos que el sólo contemplarte en un video, con sólo recordarte en algún concierto, con sólo escucharte en un cd, con sólo contemplarte en cualquier circunstancia bastan para quererte con toda el Alma y no olvidarte jamás. Tenías tanto para dar y tanto Amor desparramado en todos los lugares en los que supiste pasar que te hiciste querida y amada en tus tierras, inolvidable en tierras lejanas, tremendamente admirada en aquellos lugares en los que ni siquiera pudiste darles lo mejor de ti. Tal vez al contemplarte y al escucharte no hubo necesidad de tenerte tan cerca para amarte, para apreciarte, para quererte, para llevarte en nuestros corazones. Los humanos, como cualquier animal, tenemos instinto, podemos percibir y sentir tanto el peligro como el Amor. Y acaso todos los que tuvimos la fortuna de conocerte en algún momento de nuestras vidas pudimos sentir lo que supiste transmitir. Y como lo tuyo, Selena, no sólo era cantar, sino transmitir tu cariño y tu Amor, todos alcanzamos a sentir aquello no sólo a través de tu voz, sino a través de tus actos, de tus actuaciones, de tu actitud ante la vida, ante cada emprendimiento que comenzabas. Acaso por eso te amaron todos los que te vieron. Acaso no había necesidad de saber tu idioma. Acaso no había necesidad de que tú supieras el lenguaje de todos a los que les dedicabas tus canciones. Porque todos saben ese idioma tan hermoso y tan universal que expresaban tus sentimientos. Ese lenguaje que no tiene sólo un idioma, sólo unas palabras. Podías cantarles en español, podías hablarles en inglés, podías hablarles en una mezcla de ambos idiomas. Era lo de menos. Pues a ti te querían por otra cosa. Te querían por aquello que les ofrecías, y que tú, sólo tú, Selena, se los podías dar…

Quisiera poder sentir el orgullo de seguir tu ejemplo en todos los aspectos de la vida, porque en definitiva, parecería que tu partida de este mundo nos dejó la peor enseñanza, el peor camino, el más desagradable y deplorable ejemplo. Nos dejó que lo más importante es el fin y no los medios, los resultados antes que las convicciones, el éxito antes que el Amor, los premios antes que el brindarse con espontaneidad ante todos. Nos enseñaron que es mejor ser mezquino, calculador, falso, mentiroso, estrafalario, engañar a cualquiera con la finalidad de un objetivo, mentir aun en la evidencia de que se falsea la verdad, ensuciar a nobles almas con la excusa de defender una “verdad”, ensombrecer lo noblemente logrado, hacer del escándalo un modo de lograr notoriedad, no mostrar lo que se es para lograr la confianza de la gente y herirla hasta lo más profundo con tal de salirse con la suya, llamar “amor” a la posesión, a la dominación, a la paranoia, a la obsesión. Tu partida de este mundo confundió a tal punto a la gente que en el dolor mismo de tu partida, en la incomprensión de cómo a ti te pudo pasar semejante cosa si eras lo más bello, lo más genuino, lo más auténtico, lo más noble, lo más divino que nos podía ofrecer Dios y esta tierra, pensó que “había que aprender la lección”, que había que entender el mensaje de tu triste e incomprensible partida. Y así, mientras te lloraban, te recordaban, te evocaban, sus vidas se transformaron en desconfianza, en ocultamiento, en la no espontaneidad como modo de vida. No era conveniente ser genuino, ser auténtico, ser en la vida como uno es, con lo bueno, con lo malo, con lo discutible. La gente se dijo: “¿Para que ser así? ¿Fíjate lo que le ha pasado a Selena por ser así?”. Comenzó a pensar que más bien tu actitud había sido ingenua, de una confianza no conveniente, que a veces decir la verdad no es “buen negocio”. Que el contacto con la gente fue un error y hasta un peligro. Pensó, Selena, que tal vez con más seguridad y con más mezquindad, nada de eso te hubiese sucedido … En definitiva, todos comenzaron a “entender” que si tú, Selena, no hubieses sido tú, tal vez otro hubiese sido el destino que te deparaba, sin pensar que en conclusión si tú habías llegado a ese lugar era precisamente por haber sido de esa manera. Nunca siendo mezquina, poco espontánea y fría en tu interpretación llegarías a ese lugar tan amado, tan respetado y tan premiado. Pero muchos llegaron a esa conclusión porque en cierto modo voces interesadas les hicieron pensar que ése fue el grave error de tu parte, Selena. Pero la realidad es que el peligro no venía de afuera, no estaba en aquellos brazos a los que tú les extendías para hacerles sentir tu calor, tu Amor, el contacto de tu cariño, del brindarte siempre, de ir por todo en cada saludo que les ofrecías. El peligro no estaba afuera, estaba adentro, bien cerca de ti, a pocos metros, desde hacía tiempo, ganándose la confianza tuya y de toda tu familia con engaños, con mentiras, con cálculos, con fines bien estudiados, con falsedades, con desamor, con odio, con rencor. En definitiva, tu partida les ha hecho pensar que al final esa mujer de esa manera logró lo que ella se proponía y tú no, ella llegó a sus objetivos y tú no, ella está viva para contarlo y tú no. La gente te siguió queriendo y admirando pero pensando que no se podía ser como tú, porque al final los buenos terminan así, como tú, y los malos salen a mostrar “sus logros” como trofeos, como lo hace esa mujer cuando exhibe junto con su familia lo que tiene de ti y que insólitamente tu familia jamás logró o quiso recuperar…

Por eso es que quiero llevarte en mi cuerpo, en mi Alma, en mi corazón, Selena. Porque para mí tú eres lo más bonito que nos dio Dios, el ejemplo a seguir, el modo de vida que si lo practicara el mundo entero, otro destino habría para él. Quiero sentir tu emoción, quiero revivir en cada acto de mi vida lo que tú viviste y sentiste, lo que transmitiste en tus actos y en tus expresiones. Quisiera poder sentir tu llanto, tu emoción y tu mano en el pecho cuando recibiste el premio a la mejor cantante regional méxico-americana en Premios Lo Nuestro 1993, quisiera poder estar dentro de ti cuando expresaste como mensaje a tu banda que detestabas que te dijeran que eras la mejor pues detestabas que te dijeran la verdad. Quisiera pasearme en la vida recordando tus genuinas palabras cuando recibiste tu primer premio a la mejor cantante femenina en los Music Tejano Awads 1987: “Si Los Dinos ganan, yo gano. Pero si ellos pierden, ¡yo no los conozco!”. Y quisiera tener esa irreverencia y esa picardía para decir esas palabras y poner esa hermosa risa cómplice, sabiendo que lo que se dice “es un chiste”, como lo era también el decir “que se era la mejor”. Quisiera poder tener el sentimiento, la sensibilidad, el Amor, la sensualidad y el poder de lograr ganarse el cariño de tanta gente con interpretaciones como la de “Como la Flor” en Festival Acapulco 1994, quisiera tener el profesionalismo pero también el carisma para poder expresarme como tú lo hiciste cantando “Si una vez” y “El chico del apartamento 512” en el programa “Siempre en domingo” en 1994. Quisiera poder tener esa emoción de sentir lo mismo que tú, ese sentimiento de ser querida, amada y respetada sólo por lo que eras, sólo por lo que les cantabas, sólo por lo que les transmitías, sólo por la autoridad para cantarles y hacerles sentir en lo más profundo de sus almas y de sus corazones cada palabra, cada entonación, cada mirada, cada señalamiento con tus manos, cada saludito con una sonrisa. Quisiera poder sentir lo que es estar caminando en el escenario y en silencio, y lograr con ello sólo el alarido de la gente con sólo mirarlos con picarda, con hacerles sentir su respiración, con impactarlos con su voz y su presencia. Quisiera poder sentir lo que tú sentías, que era impactar al público sólo con tus interpretaciones, sin efectos especiales grandilocuentes, sin que nada se pusiera por encima de ti en el espectáculo. Quisiera poder llevarme siempre en mi vida esa interpretación de “Si una vez” en el Houston Astrodome 1995, y tenerla tan presente para que si alguna vez perdiera el conocimiento, la razón o la memoria, siempre recuerdara aquello, para que pueda seguir viviendo, para que pueda seguir soñando, para que siga teniendo ilusión, para que pueda seguir mi alma y mi corazón latiendo con tu Amor, Selena…

Quisiera llevarte siempre dentro de mí y no quisiera que te vayas nunca, quisiera que con mis actos puedas sentir que lo tuyo también tiene un buen final, y aunque nunca lo tuviera, que tu Amor, tu ejemplo, tu constancia, tu vida, tu historia, tus sentimientos, tu ternura, tu emoción, tus sueños, tus fantasías, tus convicciones, tu honestidad, tu ir en la vida siempre con la verdad y con sinceridad siempre sean un camino a seguir, un hermoso camino a pesar de tantas dificultades, de tantos obstáculos, de tantos sinsabores. Quiero siempre llevarme eso de ti, Selena, porque sintiéndote y sabiendo tu destino, sé que todos los días tendré que enfrentarme a gente como la que te quitó impunemente tus sueños … Todos los días, todos los benditos días en los que hay luchar contra aquellos que eligen el camino más fácil y más deshonesto para lograr los objetivos más bajos, más terrenales, los fines que menos enaltecen a cualquier ser humano. Tal vez me sería más fácil seguir ese ejemplo ... Ser uno más de ellos ... Pero, ¿sabes, Selena? Yo quiero ser como tú, yo quiero ser como tú en esta vida hasta el último de mis días, hasta mi última respiración. Yo quiero ser como tú para que este mundo sea posible, para que se recuerde a ti como lo más hermoso, lo más venerable y lo más auténtico que ha dado esta tierra. Quiero sentir como tú para sentir tu alegría y tu dolor, y quiero seguir tu ejemplo para que siempre sepas, Selena, que lo tuyo no ha sido en vano, que valió la pena, que tuvo un fin. Que ese Amor que dejaste dejó una huella, una vía, un camino, y que siempre habrá alguien dispuesto a seguir tu camino. Ninguno de los que elegimos tu ejemplo podrá llevar a cabo tu Legado como podrías hacerlo hecho tú … ¡Nunca! … Pero todos nosotros, los que te amamos de verdad, los que te admiramos como artista y como persona, tomaremos esa posta, esa huella que dejaste para continuar tu obra, tu vida, tu Amor. No importa si nuestro destino es el mismo, no importa si nos aguarda a nosotros también una derrota, una desilusión, otro engaño. Lo importante es que a la larga tú triunfarás. Tus valores y tu ejemplo de vida terminarán por encima de aquellos que eligen el camino más fácil y el más innoble. Porque mala gente, gente mediocre, sin Alma y sin corazón hay mucha. Pero como tú, Selena, no hay nadie, absolutamente nadie. Y aquí estamos nosotros para certificarlo con cada acto de nuestras vidas, siguiendo tu Legado de Amor en cada homenaje que te hagamos todos los días…

Por eso, Selena te llevo con orgullo en mi corazón. Por eso, Selena, estoy orgulloso y pleno de vivir y de sentir la vida como sólo tú lo supiste vivir y transmitir…

Yo sólo soy feliz si te tengo a ti Selena. Yo sólo soy feliz si tengo bien cerca en mi Alma y en mi corazón…

Te quiere, te extraña, te siente, te vive, te recuerda, te llora, te lleva en el Alma, en el cuerpo y en el corazón por siempre y para siempre…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)