El Astrodome aún te espera, Selena...

Hace 14 años



Hace casi 14 años Selena saldría de ese carruaje para ofrecer su más significativo recital. Aquel que marcaría un antes y un después de su carrera artística. Aquel concierto que quebraría el record de asistencia de público que ella misma ostentaba. Un concierto que luego todos recordarían con nostalgia y muchas lágrimas. Un concierto que tal vez publicística y erróneamente se lo llamó The Last Concert. Un concierto que parece tener tantas señales que sugieren indicar lo que sobrevendría después, pero que en realidad sólo indicaba el punto máximo entre el Amor y cariño entre Selena y su gente. Un Amor que no se acabaría jamás y que no se reemplazaría por ningún otro...Hoy el Astrodome de Houston Texas está vacío, tal vez esperando que Selena vuelva alguna vez, que alguien llene de Amor aquel estadio, que en él se refleje el talento de una artista indiscutible y el Amor de su gente dispuesta a dar todo por aquella artista de tan sólo 23 años que tanto los representaba...El Astrodome se había acostumbrado durante los últimos tres años el último fin de semana de cada febrero a recibir a aquella artista. Se había acostumbrado al estadio lleno, al cariño infinito, a la entrada de ese carruaje de Selena, el saludo a todos, el agradecimiento infinito, el recibimiento apoteótico. El saludo de siempre "How are you doing Houston, Texas?". Se alegraba en cada año de ver a Selena crecer y desarrollarse en su carrera. Veía en ella el nacimiento de un artista que le daba una nueva dimensión a la música, que albergaba algo que nunca había notado antes: una artista con semejante personalidad lograba acaparar la atención de todos con su voz, con un dominio del escenario absoluto, con un carisma increíble, con una pasión para interpretar que no la tenía otra artista. Podía ver en ella todas las cualidades de una artista en una. Podía ver una cantante que representaba a toda una comunidad como nadie. Podía detener el canto de un pájaro con su voz. Podía conmover hasta el más impertérrito personaje que pululaba en su ámbito. Podía hacer cantar a una familia entera. Podía encantar a cualquiera. Podía tener al público en su propia mano. Y ese público dejarse atrapar por esa delicada mano que nada malo les podía hacer. Sólo les podía ofrecer Amor...


El Astrodome sin Selena


Hoy el Astrodome está vacío. Le falta Alma. Le falta alegría. Le falta espontaneidad. Le falta emoción. El Astrodome sabe que recibirá a más y más artistas. Ha visto luego de muchisimo tiempo llenarse aun con más que los 65.000 personas que asistieron el 26 de febrero de 1995 para ver a Selena. Pero el Astrodome extraña a esa niña que tan sólo hacía lo que realizaba en cualquier ámbito y que lo había aprendido desde muy chica. Extraña a esa chica que sólo se proponía agradar, que se jugaba con pasión en cada canción, que en cada tema se proponía que casa asistente se sintiera agradecido por lo ofrecido por ella. Pero el Astrodome sabía que esa mujer siempre iba por más. Que no se contentaba con dar una representación correcta. Sabía que Selena tenía ese plus que buscaba conmover a cada asistente, hacer que cada uno se fijara en ella, que su vista siguiera sólo el recorrido de Selena en el escenario, que sus oídos estuvieran listos sólo para oírla. Que todos sus sentidos estuvieran preparados por y para ella. Selena se jugaba literalmente la vida en cada presentación. Lo aprendió a los 8 años. Luego lo tomó como un reto personal, algo muy distintivo en ella, y así se lo hacía saber a cada uno. El Astrodome, que hacía tres años la observaba con detenimiento y sabiduría, lo sabía muy bien...El Astrodome puede sentir aún a Selena. Y la extraña y la añora. Falta su alma, su espíritu, eso que sólo Selena podía dar. Ese sentimiento que sólo Selena podía transmitir. Esa forma de enfatizar cada palabra, cada frase, cada entonación. El Astrodome sabe perfectamente que cualquiera puede llenar su estadio, pero sabe muy bien que nadie podrá llenar de emoción a todos los asistentes. Nadie podrá interpretar con tanta ternura y naturalidad cada canción. Nadie podrá paralizar a la gente con interpretaciones como "Si una vez". El Astrodome no podía creer cuando Selena se detuvo en el medio de la canción. Podía sentir su respiración. Podía sentir el silencio de la gente. Podía sentir el delirio de la gente luego de que se dieran cuenta de lo que estaba pasando mientras Selena se paseaba de un lado a otro del escenario con mirada cómplice, como diciéndoles "miren que los estoy observando y sé lo que han hecho". Podía ver la emoción cuando Selena les sonreía como "perdonándolos" y podía ver el estallido cuando Selena les regalaba semejante final, semejante entrega, semejante voz que llegaba hasta la médula, que llega hasta lo más profundo en el corazón...


El desafío al tiempo


El Astrodome está solo. Está triste. Tal vez porque recuerde las palabras de Chris Pérez poco tiempo después cuando decía que “sueño todos los días que ella alguna vez va a volver, aunque sé que eso nunca va a suceder”. Es muy lógico, es muy real, nadie puede ir contra la densa realidad que nos propone resignarnos, a deambular por el mundo sin esperanzas, sin sentido. Pero el Astrodome se resiste a esa resignación, porque también la rebeldía, el desafiar la lógica, el ir contra la corriente, el desafiar las leyes de la naturaleza, el pensar que lo imposible siempre es posible es parte de la condición humana. Selena era un ejemplo de ello. El Astrodome lo recuerda, y por eso no se olvida y pone en práctica aquellas palabras. Y por ello recuerda esas palabras de Selena cuando, al finalizar de cantar "Como la Flor" y a modo de despedida, dijo proféticamente: "Mil abrazos y mil besotes a cada uno de ustedes. Cuídense muchísimo y nos veremos muy pronto. Hasta luego. Chau. Buenas noches. Gracias". El Astrodome espera a Selena. Mientras tanto, se cuida y espera que Selena también lo haga por el bien de todos...El Astrodome aún retiene aquellas imágenes de Selena despidiéndose de su público llevada por un automóvil. El Astrodome aún recuerda cómo Selena se despedía sin dejar de saludar a cada uno de los asistentes, que miraba a un lado y otro para, con su eterna sonrisa, darle todo su Amor a cada asistente para devolverle parte de todo el agradecimiento que el público le profesaba. El Astrodome veía cómo Selena estaba a punto de retirarse y, aun así, asomaba su cabeza para saludar a un asistente más, acaso porque pensaba que le faltaba uno más para saludar y no quería irse para que no pensara que lo había desairado. El Astrodome veía que ningún artista se comportaba así. Que no lo vería nunca después. El Astrodome extraña a la artista que agradecía no sólo de palabra a su público, sino que lo hacía con hechos. El Astrodome espera que esa artista vuelva para regalarles una representación más...El Astrodome ve cómo en su casa se sigue viendo ese escenario lila vacío, ese micrófono solitario que espera la presencia de Selena para cantar. El Astrodome quiere vivir de nuevo. Él sabe muy bien que aun rodeado de mucha gente se puede estar muy solo. Y el Astrodome hace 14 años que está solo. Solo esperando que aparezca la Reina, que aparezca la niña tímida, que vuelva la cantante que todo podía con su presencia. El Astrodome sólo espera volver a vivir. Vivir con Selena, única razón de su existencia...Por eso el 26 de febrero el Astrodome se vestirá de gala, con la esperanza de que Selena vuelva a aparecer en el carruaje y vuelva a decirles a todos "How are you doing Houston, Texas?"...Te extrañamos y esperamos también que vuelvas, de todo corazón...









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