Quisiera sentirte en mi ser, Selena…


Me gustaría sentir en mi cuerpo, en mi alma, en mi ser todo lo que nos has transmitido Selena. Me gustaría poder llevar en mí tus pensamientos, tus sentimientos, tu nobleza, tu espontaneidad, tu honestidad, tus ganas de hacer todo, tus ganas de ir siempre por más, tus ganas de ser genuina, de decir siempre la verdad, de que te quieran por lo que eras y por lo que transmitías. Me gustaría poder sentir todo aquello que pasaba por tu mente y por tu corazón. Quisiera poder transmitir, no sólo con mis escritos, no sólo con mi tributo a ti, no sólo por mi recuerdo, mi admiración y el poder de alguna manera seguir tu Legado de Amor. Quisiera poder evocarte sintiendo plenamente dentro de mí aquello que tú sentías, todo lo que soñabas, todo lo que aspirabas para ti. Quisiera poder llevar conmigo tus miedos de niña cuando tomaste por primera vez el micrófono para cantar, quisiera sentir tus miradas al cielo y a las estrellas esperando algo mejor para ti, soñando con que algún día serías alguien importante, alguien admirado, alguien que fuera para todos un ejemplo no sólo como artista sino también como persona, y sobre todo alguien amado. Quisiera poder sentir ese sentimiento de no poder expresar todo lo que sentías y pasaba por ti en aquel bus que te llevaba a tantas lugares y a ningún lugar, a tantos conciertos y a tantas incertidumbres. Quisiera poder sentir en mí, cuando te recuerdo, cuando pienso en ti, tus emociones, tu contacto con tu público, el vibrar de tu baile, la expresión de tu canción. Querría sentir el vértigo que tenías cuando te encontrabas con tanta gente que coreaba tu nombre, querría poder rescatar ese sentimiento tan particular de ser querida en tierras lejanas que se emocionaban con tus interpretaciones. Quisiera poder retener esa voluntad, esa tenacidad que siempre fue tu sello, Selena, para aprender unas viejas canciones para lograr la atención de tu padre, para aprender el español por respeto a aquella gente que te adoraba y te recibía con el mayor cariño, y con las mayores ganas de cuidarte y de tratarte bien. Quisiera poder llevar conmigo tus ganas de innovar, de presentarte en cada concierto de una manera distinta e innovadora, de preocuparte por tu vestuario, por tu fisonomía, por tu estilo, por ser siempre diferente y brindarte siempre por igual ante tu gente, de ser alguien a quien se distinguía claramente con su presencia, una presencia que provocaba el encandilamiento de todo el mundo. Quisiera, Selena, llevarme contigo tu amabilidad, tu buena predisposición, tu espontaneidad para encarar cada entrevista, cada conversación, cada diálogo con el mayor de los respetos y con la tolerancia de saber que mucha gente no tiene la mejor actitud ni la mejor intención. Quisiera poder llevar conmigo ese Amor que hacía que todo el mundo se llevara la mejor impresión de ti, que todo el mundo quería hablar contigo, y que se quedaba satisfecho con tu actitud y con ganas de volverte a ver y de encontrarse contigo siempre. Quisiera, Selena, llevarme conmigo tu actitud y tu talento para demostrar que se puede estar por encima de tantas mediocridades y de actitudes mezquinas marcando la diferencia sólo con lo que tú ofrecías tanto en el escenario como en la vida. Quisiera, Selena, llevarme todo esto de ti para tenerte como ejemplo, para ser como tú, para demostrarle al mundo que todo es posible siendo como tú, siguiendo tu camino, escuchando lo que tú decías, mostrando a los cuatro vientos lo que tú eras capaz de hacer. Me gustaría poder recordarte no sólo recordando tu obra, diciendo que eras la mejor, difundiendo tus canciones, tus conciertos, alegrándome con tus interpretaciones, llorando tu ausencia, sino poder actuar en la vida con tu Legado, con tu ejemplo, con tu forma de ver las cosas, con tus pensamientos, pero por sobre todas las cosas, con tus sentimientos, con tus nobles sentimientos que te llevaron a ese lugar tan alto, a ese lugar en el que todos te aman, todos te respetan y todos te dan su mejor cariño. Me gustaría poder homenajearte siguiendo tu vida como guía en mi propio camino en este mundo tan cruel que te llevó sin despedirte…

Quisiera poder ser como tú, Selena, y dejarme llevar por lo que supiste dejar y transmitir a cada uno de nosotros. Tus sentimientos fueron tan nobles y tan genuinos que no había necesidad de ser contemporáneo a ti para saber apreciarte. No había necesidad de poder valorarte en tu tiempo para saber lo que eras como artista, en la vida, en familia, con tus afectos, lo que eras en definitiva como persona. Transmitiste tantos valores y tantos afectos que el sólo contemplarte en un video, con sólo recordarte en algún concierto, con sólo escucharte en un cd, con sólo contemplarte en cualquier circunstancia bastan para quererte con toda el Alma y no olvidarte jamás. Tenías tanto para dar y tanto Amor desparramado en todos los lugares en los que supiste pasar que te hiciste querida y amada en tus tierras, inolvidable en tierras lejanas, tremendamente admirada en aquellos lugares en los que ni siquiera pudiste darles lo mejor de ti. Tal vez al contemplarte y al escucharte no hubo necesidad de tenerte tan cerca para amarte, para apreciarte, para quererte, para llevarte en nuestros corazones. Los humanos, como cualquier animal, tenemos instinto, podemos percibir y sentir tanto el peligro como el Amor. Y acaso todos los que tuvimos la fortuna de conocerte en algún momento de nuestras vidas pudimos sentir lo que supiste transmitir. Y como lo tuyo, Selena, no sólo era cantar, sino transmitir tu cariño y tu Amor, todos alcanzamos a sentir aquello no sólo a través de tu voz, sino a través de tus actos, de tus actuaciones, de tu actitud ante la vida, ante cada emprendimiento que comenzabas. Acaso por eso te amaron todos los que te vieron. Acaso no había necesidad de saber tu idioma. Acaso no había necesidad de que tú supieras el lenguaje de todos a los que les dedicabas tus canciones. Porque todos saben ese idioma tan hermoso y tan universal que expresaban tus sentimientos. Ese lenguaje que no tiene sólo un idioma, sólo unas palabras. Podías cantarles en español, podías hablarles en inglés, podías hablarles en una mezcla de ambos idiomas. Era lo de menos. Pues a ti te querían por otra cosa. Te querían por aquello que les ofrecías, y que tú, sólo tú, Selena, se los podías dar…

Quisiera poder sentir el orgullo de seguir tu ejemplo en todos los aspectos de la vida, porque en definitiva, parecería que tu partida de este mundo nos dejó la peor enseñanza, el peor camino, el más desagradable y deplorable ejemplo. Nos dejó que lo más importante es el fin y no los medios, los resultados antes que las convicciones, el éxito antes que el Amor, los premios antes que el brindarse con espontaneidad ante todos. Nos enseñaron que es mejor ser mezquino, calculador, falso, mentiroso, estrafalario, engañar a cualquiera con la finalidad de un objetivo, mentir aun en la evidencia de que se falsea la verdad, ensuciar a nobles almas con la excusa de defender una “verdad”, ensombrecer lo noblemente logrado, hacer del escándalo un modo de lograr notoriedad, no mostrar lo que se es para lograr la confianza de la gente y herirla hasta lo más profundo con tal de salirse con la suya, llamar “amor” a la posesión, a la dominación, a la paranoia, a la obsesión. Tu partida de este mundo confundió a tal punto a la gente que en el dolor mismo de tu partida, en la incomprensión de cómo a ti te pudo pasar semejante cosa si eras lo más bello, lo más genuino, lo más auténtico, lo más noble, lo más divino que nos podía ofrecer Dios y esta tierra, pensó que “había que aprender la lección”, que había que entender el mensaje de tu triste e incomprensible partida. Y así, mientras te lloraban, te recordaban, te evocaban, sus vidas se transformaron en desconfianza, en ocultamiento, en la no espontaneidad como modo de vida. No era conveniente ser genuino, ser auténtico, ser en la vida como uno es, con lo bueno, con lo malo, con lo discutible. La gente se dijo: “¿Para que ser así? ¿Fíjate lo que le ha pasado a Selena por ser así?”. Comenzó a pensar que más bien tu actitud había sido ingenua, de una confianza no conveniente, que a veces decir la verdad no es “buen negocio”. Que el contacto con la gente fue un error y hasta un peligro. Pensó, Selena, que tal vez con más seguridad y con más mezquindad, nada de eso te hubiese sucedido … En definitiva, todos comenzaron a “entender” que si tú, Selena, no hubieses sido tú, tal vez otro hubiese sido el destino que te deparaba, sin pensar que en conclusión si tú habías llegado a ese lugar era precisamente por haber sido de esa manera. Nunca siendo mezquina, poco espontánea y fría en tu interpretación llegarías a ese lugar tan amado, tan respetado y tan premiado. Pero muchos llegaron a esa conclusión porque en cierto modo voces interesadas les hicieron pensar que ése fue el grave error de tu parte, Selena. Pero la realidad es que el peligro no venía de afuera, no estaba en aquellos brazos a los que tú les extendías para hacerles sentir tu calor, tu Amor, el contacto de tu cariño, del brindarte siempre, de ir por todo en cada saludo que les ofrecías. El peligro no estaba afuera, estaba adentro, bien cerca de ti, a pocos metros, desde hacía tiempo, ganándose la confianza tuya y de toda tu familia con engaños, con mentiras, con cálculos, con fines bien estudiados, con falsedades, con desamor, con odio, con rencor. En definitiva, tu partida les ha hecho pensar que al final esa mujer de esa manera logró lo que ella se proponía y tú no, ella llegó a sus objetivos y tú no, ella está viva para contarlo y tú no. La gente te siguió queriendo y admirando pero pensando que no se podía ser como tú, porque al final los buenos terminan así, como tú, y los malos salen a mostrar “sus logros” como trofeos, como lo hace esa mujer cuando exhibe junto con su familia lo que tiene de ti y que insólitamente tu familia jamás logró o quiso recuperar…

Por eso es que quiero llevarte en mi cuerpo, en mi Alma, en mi corazón, Selena. Porque para mí tú eres lo más bonito que nos dio Dios, el ejemplo a seguir, el modo de vida que si lo practicara el mundo entero, otro destino habría para él. Quiero sentir tu emoción, quiero revivir en cada acto de mi vida lo que tú viviste y sentiste, lo que transmitiste en tus actos y en tus expresiones. Quisiera poder sentir tu llanto, tu emoción y tu mano en el pecho cuando recibiste el premio a la mejor cantante regional méxico-americana en Premios Lo Nuestro 1993, quisiera poder estar dentro de ti cuando expresaste como mensaje a tu banda que detestabas que te dijeran que eras la mejor pues detestabas que te dijeran la verdad. Quisiera pasearme en la vida recordando tus genuinas palabras cuando recibiste tu primer premio a la mejor cantante femenina en los Music Tejano Awads 1987: “Si Los Dinos ganan, yo gano. Pero si ellos pierden, ¡yo no los conozco!”. Y quisiera tener esa irreverencia y esa picardía para decir esas palabras y poner esa hermosa risa cómplice, sabiendo que lo que se dice “es un chiste”, como lo era también el decir “que se era la mejor”. Quisiera poder tener el sentimiento, la sensibilidad, el Amor, la sensualidad y el poder de lograr ganarse el cariño de tanta gente con interpretaciones como la de “Como la Flor” en Festival Acapulco 1994, quisiera tener el profesionalismo pero también el carisma para poder expresarme como tú lo hiciste cantando “Si una vez” y “El chico del apartamento 512” en el programa “Siempre en domingo” en 1994. Quisiera poder tener esa emoción de sentir lo mismo que tú, ese sentimiento de ser querida, amada y respetada sólo por lo que eras, sólo por lo que les cantabas, sólo por lo que les transmitías, sólo por la autoridad para cantarles y hacerles sentir en lo más profundo de sus almas y de sus corazones cada palabra, cada entonación, cada mirada, cada señalamiento con tus manos, cada saludito con una sonrisa. Quisiera poder sentir lo que es estar caminando en el escenario y en silencio, y lograr con ello sólo el alarido de la gente con sólo mirarlos con picarda, con hacerles sentir su respiración, con impactarlos con su voz y su presencia. Quisiera poder sentir lo que tú sentías, que era impactar al público sólo con tus interpretaciones, sin efectos especiales grandilocuentes, sin que nada se pusiera por encima de ti en el espectáculo. Quisiera poder llevarme siempre en mi vida esa interpretación de “Si una vez” en el Houston Astrodome 1995, y tenerla tan presente para que si alguna vez perdiera el conocimiento, la razón o la memoria, siempre recuerdara aquello, para que pueda seguir viviendo, para que pueda seguir soñando, para que siga teniendo ilusión, para que pueda seguir mi alma y mi corazón latiendo con tu Amor, Selena…

Quisiera llevarte siempre dentro de mí y no quisiera que te vayas nunca, quisiera que con mis actos puedas sentir que lo tuyo también tiene un buen final, y aunque nunca lo tuviera, que tu Amor, tu ejemplo, tu constancia, tu vida, tu historia, tus sentimientos, tu ternura, tu emoción, tus sueños, tus fantasías, tus convicciones, tu honestidad, tu ir en la vida siempre con la verdad y con sinceridad siempre sean un camino a seguir, un hermoso camino a pesar de tantas dificultades, de tantos obstáculos, de tantos sinsabores. Quiero siempre llevarme eso de ti, Selena, porque sintiéndote y sabiendo tu destino, sé que todos los días tendré que enfrentarme a gente como la que te quitó impunemente tus sueños … Todos los días, todos los benditos días en los que hay luchar contra aquellos que eligen el camino más fácil y más deshonesto para lograr los objetivos más bajos, más terrenales, los fines que menos enaltecen a cualquier ser humano. Tal vez me sería más fácil seguir ese ejemplo ... Ser uno más de ellos ... Pero, ¿sabes, Selena? Yo quiero ser como tú, yo quiero ser como tú en esta vida hasta el último de mis días, hasta mi última respiración. Yo quiero ser como tú para que este mundo sea posible, para que se recuerde a ti como lo más hermoso, lo más venerable y lo más auténtico que ha dado esta tierra. Quiero sentir como tú para sentir tu alegría y tu dolor, y quiero seguir tu ejemplo para que siempre sepas, Selena, que lo tuyo no ha sido en vano, que valió la pena, que tuvo un fin. Que ese Amor que dejaste dejó una huella, una vía, un camino, y que siempre habrá alguien dispuesto a seguir tu camino. Ninguno de los que elegimos tu ejemplo podrá llevar a cabo tu Legado como podrías hacerlo hecho tú … ¡Nunca! … Pero todos nosotros, los que te amamos de verdad, los que te admiramos como artista y como persona, tomaremos esa posta, esa huella que dejaste para continuar tu obra, tu vida, tu Amor. No importa si nuestro destino es el mismo, no importa si nos aguarda a nosotros también una derrota, una desilusión, otro engaño. Lo importante es que a la larga tú triunfarás. Tus valores y tu ejemplo de vida terminarán por encima de aquellos que eligen el camino más fácil y el más innoble. Porque mala gente, gente mediocre, sin Alma y sin corazón hay mucha. Pero como tú, Selena, no hay nadie, absolutamente nadie. Y aquí estamos nosotros para certificarlo con cada acto de nuestras vidas, siguiendo tu Legado de Amor en cada homenaje que te hagamos todos los días…

Por eso, Selena te llevo con orgullo en mi corazón. Por eso, Selena, estoy orgulloso y pleno de vivir y de sentir la vida como sólo tú lo supiste vivir y transmitir…

Yo sólo soy feliz si te tengo a ti Selena. Yo sólo soy feliz si tengo bien cerca en mi Alma y en mi corazón…

Te quiere, te extraña, te siente, te vive, te recuerda, te llora, te lleva en el Alma, en el cuerpo y en el corazón por siempre y para siempre…

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)



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