28 de febrero de 2013
Recordando el día que tú volviste a verme, Selena...
Recuerdo muy
bien aquel día hace ya un largo tiempo ... Yo era maestra en la primaria de un
humilde pueblo texano, en el que todos vivíamos tranquilos, todos vivíamos
felices, todos nos conocíamos, todos vivíamos soñando con que algún día la
suerte estaría de nuestro lado ... Yo era maestra de un colegio ... La única
maestra hispana de un colegio en el que aún lo latino no era aceptado y en el
que en las altas esferas la gente con piel oscura proveniente sobre todo de
México no era bien vista. Bien lo sabe nuestra generación lo que hemos vivido
... Ir en un furgón de atrás en los micros, no ser aceptado en diferentes
lugares “exclusivos”, no tener posibilidad en forma honesta de progresar en lo
inmediato ... Para fines de los años ’80 las cosas estaban cambiando, sobre
todo porque los hispanos éramos cada vez más y no “bichos raros” desperdigados
por allí en los Estados Unidos ... Y ni qué hablar de Texas, en el que ya el
inglés y el español se entremezclaban en nuestro hablar cotidiano ... Pero
todavía faltaba mucho para que diéramos el gran salto, para que nos empezaran a
escuchar, para que tuviéramos nuestro lugar “en la tierra prometida” ... Y para
que eso comenzara a ser una realidad y no un sueño lejano, casi imposible de
lograr, tenía que aparecer alguien, alguien que nos representara bien y nos
hiciera sentir importantes ... Alguien que nos dijera que ya habían acabado los
sueños y comenzado las realidades ... Y ese alguien estaba allí ... Y no era
alguien imponente ni con poderes especiales ... Era apenas una niña, una niña
que estaba acurrucada en el césped de un parque público ... Lejos estaba la
posibilidad de que me imaginara que ella cambiaría el destino de nuestras vidas
... Y aunque lo pensara no lo podía entrever en la actitud triste y solloza de
aquella niña que era alumna mía y la única hispana del aula en la que yo
enseñaba ... Me compadecí por su pesar, pero también por saber de su condición
de latina ... Esa niña, que se llamaba Selena, era increíblemente inquieta y
alegre. Siempre tenía buena predisposición a pesar de que yo sabía cómo sufría
la discriminación que, viniendo de los niños, resultaba más implacable que
cuando son hechos por los mayores ... Es que es así ... Los niños no tienen la
hipocresía de los grandes ... Dicen sin tapujos lo que piensan o lo que dicen
en privado y en sus casas sus padres ... Y Selena eso lo sentía, pero siempre
tapaba su tristeza y su pesar con una sonrisa o haciendo las bromas más
disparatadas ... Selena tenía esa sencillez y esa simpleza que la hacían tan
agradable, magnética y simpática que hiciera casi imposible que no se le
prestaba atención, aunque muchas veces se le fuera la mano con las bromas ...
Por eso no me sorprendió lo que logró después con la actuación ... Ella podía
estar horas y horas con un auditorio entero que se paraba para escuchar sus
cosas, para contarles chistes o simplemente para cantar, si se animaba ... Pero
ahora estaba allí sola, silenciosa, recogida con sus manos tomando sus piernas
y con su cara entre ellas tratando de disimular lo indisimulable ... Iba a
dejarla sola, pero me pareció que era mejor acercarse. Había algo que me olía
mal de verla allí en el parque. Sus padres eran muy estrictos y difícilmente la
dejarían estar mucho tiempo sola por allí aunque estuviera alegre y jugando ...
Por un momento temí que no fuera algo más serio y no una simple tristeza por
alguna peleíta con alguna amiga o con algún comentario hiriente de otra persona
... Decidí acercarme sigilosamente pero tratando de que ella notara mi
aparición y sintiera que lo hacía con la mejor de las intenciones de contenerla
... Fui adelantando despaciosa y firmemente mi paso mientras esbozaba la mejor
sonrisa para cuando notara que Selena me había advertido ... Ya a pocos metros
de Selena vi que ella levantó la cabeza, pero al advertir mi presencia volvió a
meter la cabeza entre las piernas ... Confirmé que estaba triste y que no
quería compartir su dolor con nadie ... Aun así me acerqué ... Sabía que no
podía dejarla sola ... Pensé, casi como una premonición, que tal vez la
ayudaría a cambiar su suerte de cara al futuro si no la dejaba allí en la más
absoluta soledad y desamparo...
“¡¡Hola,
Selena!! ¿Cómo andas? Es raro que estés sola aquí en la plaza ... ¿Lo saben tus
padres?” ... Selena tardó un rato en contestarme ... Al rato con un firme gesto
con la cabeza me dijo que no, que no lo sabían ... Sabía que se moría por
contarme lo que le pasaba, pero algo se lo impedía ... Sabía que no tenía
sentido interrogarla, aunque sea de buena onda, para que me dijera lo que la
entristecía tanto ... Sólo me acerqué a ella y le dije: “No te preocupes. Yo no
diré nada ... Nada de lo que tú no desees que se sepa...” y la abracé. En
cuanto lo hice ella se aferró a mí y comenzó a llorar sin consuelo ... Sentía
su cuerpo vibrar en el mío y no pude dejar de sentir una enorme tristeza ...
Esa niña estaba sufriendo de veraz y se notaba que lo venía aguantando desde hacía
mucho tiempo ... Podía imaginarme que en el medio de sus risotadas y de su
largo parloteo con sus compañeros de clase disimulaba todo lo que la apenaba y
quién sabe cuánto de esas escenas las hacía la niña para tapar su dolor ...
Estuvimos un largo rato sin hablar con Selena llorando, en el que sólo se
detenía para respirar y quedarse mirando la nada misma sin decirme nada ... Al
rato se tranquilizó un poco y me dijo: “¿Sabe lo que querría hacer en mi vida?
¿Sabe cuál es mi pasión? ¿Sabe cuál es mi verdadero sueño?” ... Yo me quedé
pensando, pero me inquieté cuando noté que Selena se me quedó mirando esperando
mi respuesta ... “Pues bien ... Sé que cantas en una banda y que muchos te han
visto actuar en el restaurante de tu padre...” ... Selena me paró en seco y me
dijo: “¡¡No, no, señorita!! ¡¡No, no!! ¡¡Mi sueño es el de ser diseñadora!!
También me gusta cantar pero eso le interesa más a mi padre ... Eso lo hago por
él ... y por necesidad ... Yo quiero diseñar mi ropa ... ¡¡pero nunca, nunca lo
podré hacer!!” y volvió a romper en llantos aferrándose a mis pantalones ... Yo
estaba compungida y francamente desorientada. Sabía que me faltaba algo para
entender lo que me quería decir la niña y ya era hora de que se lo preguntara
... Selena me lo estaba pidiendo a gritos ... “¿Pero por qué no lo podrás hacer
nunca? ¡¡Eres sólo una niña con todo un futuro por delante!! ¿Qué o quién te lo
impide? ¿Acaso tu padre...?”, alcancé a decirle ... “¡¡No, señorita, no!! ¡¡Es
que me voy!! ¡¡Mis padres han quebrado y nos quedamos sin casa, sin
restaurante, sin nada!! Lo único que sé es que tenemos que ir a lo de un tío
mío a vivir ... Ya no seguiré en el colegio ... Tal vez vaya a otro ... ¿Pero
qué será de mí, de mis padres, de mis hermanos? ¿Dónde quedarán mis sueños? ¡¡Yo
no sé qué hacer!! ... Tengo miedo, señorita ... ¡¡Tengo mucho miedo!!” y volvió
a romper en llantos Selena mientras se tapaba la cara con sus manos ... Yo sólo
atiné a abrazarla y a llorar también. No sabía qué decirle ni cómo consolarla
... Todo era tan repentino y tan terminante que no tenía nada para decirle más
que lo lamentaba mucho ... Sólo se me ocurrió preguntarle: “¿Cuándo te marchas,
Selena?” ... “Mañana. Mañana muy temprano ... ¡¡Pero por favor no se lo cuente
a nadie!! ¡¡Mi padre me matará!! Apenas hoy mi madre nos lo dijo a mí y a mis
hermanos ... Ella está muy triste ... Mi padre está furioso, pero ésa es su
forma de disimular su dolor ... Él quiere que nos vayamos en el más absoluto
silencio y sigilo ... Él quiere que cuando todos despierten ya no estemos más en
sus vidas ... No quiere que lo vean marcharse derrotado ... No quieren que lo
vean enojado ... o llorando ... Es su mejor forma de asimilar lo que nos está
pasando ... Usted tampoco se hubiera enterado si no me hubiese visto por aquí
... Y si estoy aquí es porque soy como mi padre ... Me fui para que no me vean
triste ... Me fui para juntar fuerzas y mostrar un ánimo que no tengo ... Me
fui para poder tener alegría y así sostener a mi padre...”, me dijo Selena sin
llorar pero con una tristeza que se le veía en su mirada perdida hacia el
horizonte gris. Aproveché ese momento para decirle que me acompañara al colegio
que tenía que darle algo, algo que le serviría para su nuevo desafío ... En
realidad sólo quería hablarle ... Ya se me ocurriría qué darle cuando
llegáramos allí ... Ya se me ocurriría algo ... Pronto lo sabría, muy pronto
... Pero en ese momento sólo quería hablarle, sólo quería que esa niña se fuera
con alguna esperanza ... Algo me decía que si no le daba esperanzas a Selena,
todos los hispanos como ella y yo estaríamos en un camino sin retorno, en un
callejón sin salida, en un laberinto del que no saldríamos jamás...
“Mira, Selena
... Yo sé que esto que te pasa es muy difícil de entender y de explicar ... Me
sería más fácil decirte que lamento que te vayas y llorar juntas hasta que no
podamos más y nos deseemos mucha suerte a la vuelta de la esquina ... ¿Pero
acaso te serviría? ¿Qué mensaje bueno te estaría dando? Mira ... En la vida
aprendí que lo peor que uno puede hacer es negar el problema, hacer que no
existe para exteriorizarlo luego cuando la situación nos supera, cuando ya no se
puede hacer nada ... Selena ... Siempre ten en cuenta esto ... Aprende a
convivir con el dolor, aprende a vivir con lo que más te duela ... Si hay algo
que no te gusta, no lo disimules para ti ... Si hay algo que te genera bronca,
no lo tapes ... No trates de convencerte por la fuerza que no te duele, que no
te enoja lo que te sucede ... Puedo entender y hasta aceptar que no puedas
demostrar eso abiertamente hacia los demás ... Yo te conozco, Selena ... Sé que
muchas veces ríes en vez de llorar ... Muchas veces haces reír a la gente
cuando estás triste ... Yo eso lo comprendo ... Una cosa es la vida con los
demás en la que hay que lidiar con muchas cosas que tal vez no nos agradan pero
que con las tenemos que convivir ... Pero otra cosa es nuestra actitud para con
nosotros mismos ... Por eso te pido: ¡¡no te mientas nunca!! Siempre sigue tu camino en base a lo que tú
realmente sientes ... Lo que tu corazón y lo que tu Alma dicen es lo único que
importa ... Y si ellos te dicen que sueñas con ser diseñadora, pero también te
dicen que quieres seguir cantando para cumplir con el sueño de tu padre, no hay
nada ni nadie que te lo impida ... ¡¡Nadie!! ... ¡¡Sí, ya lo sé!! ... Problemas
como éste tendrás una y mil veces ... A veces más graves ... Otros no tanto ...
Tal vez eso atrase un poco tus objetivos, pero no lo impedirán si tú te
esfuerzas y valoras cada cosa que logres diariamente ... Mira ... Yo soy
maestra, pero me costó muchísimo recibirme ... Yo era muy pobre ... A mis
padres les costaba conseguir un empleo ... Les costaba ser aceptados en muchos
lugares ... Sabes que a los latinos nos cuesta el doble y hasta el triple, ¿no?
Seguro que tu padre te lo debe haber dicho muchas veces ... No me quedó otra
alternativa que dejar mis estudios por un tiempo para trabajar y ayudar a mis
padres ... Pero en cuanto logré hacerme de un dinero extra volví a mi pasión de
ser maestra y de enseñar ... ¡¡Y aquí me ves!!”. Cuando terminé de decirle eso,
Selena me ofreció por primera vez en esa tarde una sonrisa y yo me la llevé
abrazada camino al colegio ... “Y recuerda siempre esto, Selena ... Nada es
imposible ... Todo se puede lograr si tienes en claro tus sueños ... Trabaja
duro, sé honesta, perseverante, fuerte, dulce ... Y mantente tan graciosa y
carismática como siempre. ¡¡Ésa es tu carta de triunfo!! ¡¡Nunca lo olvides nunca,
Selena!! ¿Palabra de honor?”, le pregunté y extendí mi mano. Selena alzó su
mano y me dijo largando su clásica carcajada: “¡¡Palabra de honor!!” para luego
saltar y tocar su manito con la mía. A las risotadas llegamos al colegio.
Estaba feliz por haber logrado cambiar el ánimo a la niña, pero sabía que le
tocaría un camino muy difícil, casi imposible de sortear. Como pude, traté de
darle todos los instrumentos, todas las palabras, todos los medios de los que
se debía aferrar Selena para no caer en el mayor de los desánimos ... Sabía que
en el fondo Selena era una niña sensible y explosiva, pero no era frágil ...
Selena era una niña fuerte que podría soportar la mayor de las tempestades ...
Pero sentía que había que quitarle presión. Que la presión podía jugarle una
mala pasada. Que la presión podía hacerle tomar una decisión errónea, un
destino fatal ... Eso lo supe esa tarde, ese día que vi por última vez a Selena
siendo niña ... Una niña que podría lograr todo, una niña que soportaría cualquier
contratiempo siempre que no estuviera expuesta a tanta presión ... Una presión
que tal vez la haría perder el rumbo ... Una presión que podría llevarla a un
lugar como aquella plaza y que tuviera la suerte de encontrarme a mí en el
camino, o la desgracia de toparse con una persona que la llevara a un camino al
abismo prometiéndole el mejor de los paraísos ... Con el tiempo me arrepentí de
no haberle hecho hincapié en ese detalle, a juzgar por los acontecimientos tan
tristes que se dieron después ... Sé que no se puede vivir pensando en lo que
puede pasar, pero también sé que hay veces que cuando algo nos huele mal no hay
que callarse nunca ... nunca ... Es mejor pasar por un perseguido y alienado, y
no como un tonto que no se animó a decir lo que era tan claro que estaba
sucediendo e iba a suceder...
En cuanto
entramos al colegio no tenía en claro para nada sobre lo que le iba a dar.
Había puesto todo mi esfuerzo en decirle lo que quería que se llevase en su
mente y en su corazón en su viaje a su destino que no tuve tiempo en pensar en
el medio sobre lo que le daría ... Por suerte encontré sobre la mesa de mi
escritorio un cuaderno recién comprado que lo tenía reservado para las
calificaciones de mis alumnos ... Lo tomé y se lo di a Selena con esta
recomendación: “Sé que tu sueño es ser diseñadora. Por eso te doy este
cuaderno. Úsalo para empezar a hacer tus primeros diseños, tus primeros
esbozos. Cada vez que pase por tu cabeza algo, no lo dudes. Ponlo en el
cuaderno. Aunque sea apenas un bosquejo de lo primero que se te venga a tu
mente. Y cada vez que veas una página completa di a ti misma: ‘¡¡Prometo que
este diseño lo haré en cuanto pueda abrir mi propio local de ropa!!’. Estoy
segura de que esto te servirá. Tal vez tengas primero que triunfar como
cantante para luego volcarte a tu verdadera pasión. Es probable que tengas que
dar muchos pasos para lograr tus grandes objetivos. Seguramente el camino no
será lineal, y tendrás avances y retrocesos. Pero como sea, y sobre todo cuando
sientas que pierdes fuerzas y te sientas como hoy, ¡¡no lo dudes!! Abre este
cuaderno y mira lo que has hecho en él y recuerda tu juramento. Sé que eso te
ayudará en el futuro...”. Selena tomó el cuaderno y me pidió un lápiz. Un poco
consternada tomé uno de ellos que tenía en un portalápiz que había en el
escritorio y se lo di ... Selena lo tomó y comenzó a escribir o algo así en el
cuaderno mientras me miraba y sonreía ... Al poco tiempo me pasó el cuaderno y
me invitó a abrirlo ... Cuando lo hice quedé impresionada ... Selena había
hecho en la primera página del cuaderno un bosquejo de un hermoso vestido de
novia con todos los detalles ... “Es lo que tenía en mente desde hacía un
tiempo ... Espero poder hacerlo alguna vez y ser la primera en usarlo”, me dijo
Selena mientras sonreía. Yo le dije: “¡¡Claro que lo harás!!” y la abracé
fuertemente. Fue inevitable que ambas lloráramos pero esta vez el llanto era
distinto ... Era el llanto de los que saben lo que les espera pero que sueñan
con que lo superarán y que sonrientes podrán contarles a sus hijos lo vivido
como una linda anécdota ... Ese momento tan lindo fue interrumpido por una voz
que invocaba el nombre de Selena. Era su padre. Se veía que la estaba buscando
y no la encontraba por ningún lado hasta que alguien nos debe haber visto y lo
llevó para la escuela. Selena se asustó mucho, pero yo la tranquilicé
pidiéndole silencio llevándome el dedo a la boca ... “¡¡Aquí estamos, señor
Quintanilla!! ¡¡No se preocupe!! ¡¡Selena está conmigo!!”, y salí fuera del
colegio con Selena en mi mano. Cuando lo pude ver tuve una gran tentación de
abrazarlo a él también. Salí creyendo con que me encontraría con una persona
furiosa, pero en vez de ello me encontré a alguien destruido moralmente, que
apenas podía simular su dolor tratando de expresarme su preocupación por no
encontrar a su hija ... Toqué a Selena en la espalda como modo de que se
acercara a su padre y lo abrazara, mientras le decía: “Temo haberlo preocupado,
señor Quintanilla. Es que su hija se había olvidado su cuaderno de dibujo y
como era importante que me lo trajera completo la semana que viene, la llevé al
colegio a recogerlo ... No quería hacerlo de ese modo ... Lo pensaba llamar
pero como justo la vi a Selena, aproveché y aquí estamos...”. El señor
Quintanilla estaba tan triste que ni siquiera exteriorizó su enfado por el “procedimiento”.
“No debió haberlo hecho de ese modo ... Debió haberme llamado ... Pero no
importa ... No importa ya ... Le pido por favor que no se repita...”, me dijo
con la voz entrecortada. “¡¡Sí, sí!! ¡¡No se volverá a repetir!! ¡¡Jamás!!
Disculpa Selena que te haya traído hasta aquí. La próxima avisaré a tus padres.
¡¡Pero avócate a tus tareas y nos vemos mañana!!”, le dije con el mayor
entusiasmo y disimulo guiñándole un ojo ... Le di la mano al señor Quintanilla
y la abracé a Selena mientras le decía en el oído: “¡¡Suerte, Selena!! ¡¡Y recuerda
siempre lo que te dije!!”. Selena me dio un beso mientras me decía: “Prometo
que tendré mi tarea hecha y mi cuaderno completo ... Pronto, muy pronto...”.
Selena se apartó de mí, me devolvió el guiño de ojo y se sonrió mientras era
llevada por su padre ... Yo la vi alejarse y no paré de saludarla hasta que
doblaron por una esquina y ya no la vi más ... Aun con todo lo que pasó
recuerdo su cara de niña sonriente a la espera de un futuro incierto y de un camino
muy, muy duro por transitar...
Por un buen
tiempo no supe nada de Selena ... Me preocupaba por lo que estaría haciendo, si
acaso su padre consiguió trabajo y estaba más cerca de lo que pensaba ... O si
en realidad las cosas fueron empeorando ... La crisis en aquellos tiempos nos
había castigado muy duro y uno veía cómo tanta gente jamás se había recuperado
de aquello ... Temía que a Selena le hubiese pasado lo mismo ... Un día la vi
en el Show de Johnny Canales y me puse a llorar. La vi allí con el pelo cortito
cantando con tanta gracia “Oh!! Mamá!!” y noté que un buen paso había dado ...
Y no pude dejar de reírme cuando el conductor trató de que dijera en español lo
que habían hecho con sus vestidos. Dada su situación económica ellos mismos
habían pintado sus propios atuendos, pero al querer decirlo en español sólo
alcanzó a decir “Los pintaron...” y echó a reír a carcajadas. Y yo con ella. Yo
la conocía bien. Era su salida ingeniosa para cambiar de tema y no seguir con
algo que no podía dominar bien. “¡¡Qué bien!! -pensé-. Ya se está quitando la
presión de encima. ¡¡Ése es un buen síntoma!!”. Pero lo que más me hacía sentir
bien era que aún siendo pequeña ya sabía manejarse en el escenario y dominar al
público como nadie. Tal vez muchos crean que el secreto del éxito de Selena eran
sólo su figura escultural y una voz prodigiosa ... ¡¡Se equivocan!! Eso sólo lo
pueden pensar aquellos que no la han conocido bien o vieron su etapa de éxito
imparable ... Pero aquellos que la vimos desde pequeña, como la mayoría de los
tejanos, el gran éxito de Selena era su voz, su gracia, su carisma, su
simpatía, su dominio absoluto del escenario, su personalidad, su constancia, su
sacrificio, su honestidad, su autenticidad ... Uno no podía dejar de mirarla.
Ella te cautivaba, te subyugaba ... Y cuando la veías en entrevistas, se
mostraba del mismo modo que en el escenario ... del mismo modo que en la vida
... Yo lo podía certificar ... Yo la conocía aun antes de sus primeras
apariciones masivas por la televisión ... Yo no necesité verla ya consagrada
para darme cuenta de que lo lograría ... Cuando Selena fue a la plaza de
Matamoros, Tamaulipas, México, en el marco de otro de los conciertos
organizados por el Show de Johnny Canales, vi que tenía algo, ese algo que lo
tienen pocos o que no lo tiene ninguno ... Selena era apenas una adolescente,
con una figura bien distinta de la que se la conocería tiempo después, con un
atuendo metálico, y su pelo cortito y con rulos ... Estaba ante un público que
prácticamente no la conocía ... Eso achicaría a cualquiera ... No a Selena ...
Ella se desenvolvió con una soltura, con una prestancia, como una artista que
ya era una estrella internacional y que podía mover al público cuando y como quería
... La vi allí interpretar “La bamba” de un modo tan particular, arengando a la
gente, pidiendo que canten, que la sigan, que griten, tomando a su hermano A.B.
para bailar, mostrando unas ganas, una alegría, un estilo ... Era la misma
Selena que yo conocía ... Se mostraba tal como lo hacía con sus compañeros del
colegio, acaparando la atención, y mostrando una energía y unas ganas que tal
vez tapaban días, meses, años de penurias y de incertidumbre. Cuando la veía
actuar con esas ganas podía imaginarme cuánto la necesidad jugó un factor
fundamental para olvidarse por un rato del miedo, del dolor, de las privaciones
... Pensaba si acaso mi consejo de que diera todo el éxito por la banda con el
fin de lograr su sueño de ser diseñadora estaba dando sus frutos ... Y yo
estaba segura de que era así ... Esa chica daría todo por alcanzar su gran
pasión ... Todo lo que vino después no me asombró ... Ya había logrado compartir
escenario con el grupo consagrado La Mafia, ya había logrado su primer premio
tejano como mejor vocalista ... ¡¡A los 16 años!! Y así seguirían los premios
en forma ininterrumpida ... Bueno, por el tiempo que la dejaron ... Me
sorprendía que nada la condicionaba. Con el correr del tiempo lo que parecía
que no podría lograr era un obstáculo fácilmente sorteable para Selena ... Y
eso sí me superó hasta a mí ... Yo estaba acostumbrada a que por más talentosa
y guapa que fueras, una mujer no podía superar a los varones en el mundo de la
música tejana ... Siempre eran consideradas unas segundonas para el mundo
machista de mi tierra ... No se las tenía en cuenta ... Selena los pasó como
postes haciéndolos rodar varias veces ... Pasó a ser la tejana más exitosa y la
fiel representación de su música ...
Cuando uno pensaba que ése era su límite pues su no dominio del español
le impedía llegar a México y al resto de Latinoamérica, Selena rompió esa
infranqueable barrera con talento y encanto ... A ningún mexicano se le pasó
por la cabeza alguna objeción a su español no bien hablado o a alguna palabra
mal pronunciada ... Selena con una sonrisa los dejaba encandilados ... Había
muchos grupos tejanos muy talentosos y con posibilidades seguras de éxito en
cualquier lugar de Latinoamérica ... Pero nadie pudo lograr lo que Selena había
logrado ... Y no es que no fueran talentosos ... No es que no fueran buenos ...
Pero es que nadie, nadie, absolutamente nadie, era como Selena ... Selena tenía
ese “algo”, eso que sólo lo llevan los artistas diferentes, únicos e
irrepetibles ... Ese algo que yo se lo vi desde pequeña, ese ángel que se
empezó a mostrar desde sus primeras presentaciones ... Con el correr del tiempo
Selena sólo iba cosechando lo que había sembrado con creces ... De Texas a
México, de México a Miami, de Miami a Nueva York. De los Tejano Music Awards a
Premios Lo Nuestro ... ¡¡Y un Grammy a los 22 años en 1994!! ... ¡¡Con lo que
le costaba a cualquier latino en aquella época obtener ese premio del que sólo
había una terna, una sola posibilidad de ganar ... No como ahora, que si me
apuran lo gano yo también ... Dicho con todo respeto por tanta gente que se lo
merece ... Pero en aquella época ... Luego vinieron la enorme cantidad de
discos vendidos, la cantidad de hits, las increíbles presentaciones, los
multitudinarios conciertos ... Parecía un cuento de Cenicienta ... Pero no lo
era ... Era mérito, puro mérito de Selena ... Nada es casual en la vida ... Ni
lo bueno ... Ni lo malo ... Y nada de lo que le sucedió a Selena fue casualidad
... Todos estábamos muy contentos, los que la habíamos conocido y los que no
... Muchas veces quise acercarme, pero deseché la idea. No quería acercarme a
la artista. No quería aparecer como una aprovechadora de su éxito con la excusa
de que “yo la tuve como alumna en el colegio”. Si alguna vez se daba la
ocasión, bienvenido sea. Y si no era así, era porque Dios lo dispuso. Yo tenía
la secreta esperanza de que Selena recordaría sus palabras en su despedida y vendría
a verme. Y más lo desee cuando me enteré de que en el medio del éxito y sin
esperar la consagración mundial Selena inauguraba su boutique en Corpus Christi
para luego hacerlo en San Antonio. Podía imaginarme lo contenta que estaría y
más de una vez quise ir a verla a su ciudad para abrazarla ... Pero yo me
despedí de ella siendo una niña ... ¡¡Qué se iba a acordar de mí!! ¡¡Quién sabe
por todas las cosas que había pasado para llegar a ser lo que era!! ... No ...
Era imposible ... Y era lógico ... Selena tenía múltiples ocupaciones y mucha
gente a quien agradecer ... Pensé que lo mejor sería verla algún día, y
abrazarla y esperar si por allí me reconocía ... Y si no sucedía, no importaba
... Diosito así lo habría querido ... Y yo no iba a alterar su voluntad...
Era un día de
mucho calor en la ciudad ... Era uno de esos días típicos tejanos, en el que el
sol parece abrazarte hasta ahogarte y hacerte pedir que te suelte por el Amor
de Dios ... Yo estaba yendo camino al colegio y pensé que no iba a llegar nunca
... Había momentos en los que sentía alucinaciones y pensaba si no estaba en
pleno desierto de Sahara en vez de Texas. Como no vi ninguna palmerita, ni un
charco de agua ni beduinos, seguí mi camino hasta el colegio. Todavía era
temprano por lo que no había llegado nadie. Entré a mi aula de siempre, colgué
mi ropa y cuando estaba por arrojarme a la silla algo me hizo detener como si
hubiese recibido una puntada en la cintura o como si hubiese chocado contra una
pared ... Vi sobre el escritorio un cuaderno ... Pero no era cualquier cuaderno
... Era un cuaderno familiar ... Miré a mi alrededor y no vi a nadie ... “Tal
vez sea de algún alumno que se lo ha olvidado”, dije sin convencimiento y
alarmada por el tipo de argumento que había pensado ... Eso también me sonaba
familiar ... Cuando lo abrí pegué un salto enorme ... En esa primera página
estaba ese bosquejo, ese dibujo de vestido de novia que había hecho Selena ...
Ni llegué a levantar mi vista cuando escuché: “Te prometí que volvería cuando
lo hubiese logrado todo. Te lo prometí cuando hubiese hecho realidad mi gran
pasión gracias a ti y a tu consejo...”. Y vi entrar a Selena por la misma
puerta en la que yo misma había ingresado antes ... Pegué un grito que jamás
supe su significado y corrí hacia Selena. La abracé con una enorme fuerza que
casi la estrujo y me puse a llorar como una niña ... Los tiempos habían
cambiado ... Ahora era yo la que lloraba sin parar y Selena era la que me
consolaba y protegía ... “¿Creías que me había olvidado de ti? ¡¡Nunca!! Te
tuve siempre presente. Tus palabras fueron la fuerza para seguir en los
momentos más difíciles de mi vida...”, me dijo Selena mientras me mostraba en unas
de sus páginas mis consejos escritos por ella de puño y letra ... “Pasé por
momentos muy duros. Muchas veces quise escribirte o volver a verte ... Pero
quería que el momento fuera cuando se me diera el sueño de mi boutique propia
... Ése era mi estímulo para verte. Cuando más esfuerzo hiciera, cuando más
rápido lograra los objetivos, más rápido sería mi encuentro contigo ... Tenía
que demostrarte que cumpliría con mi palabra ... Tenía que demostrarme que lo
lograría a pesar de todo ... Tú sabes que no puedo parar hasta lograr lo que me
propongo ... ¡¡Y lo logré!! ¡¡Y aquí estoy!!”, exclamaba Selena con total
emoción. Yo no podía parar de llorar. Selena cada tanto me abrazaba y me hacía
recordar cada momento de aquel día en el que se tuvo que ir de la ciudad ...
“Pero para que veas que no sólo no me olvidé de ti sino que sé en qué has
andado en todos estos años, te tengo una sorpresa ... Ya sabes cuál es mi
primer bosquejo y lo has visto ahora ... Yo siempre soñé que ese vestido sería
para mí, para cuando me fuera a casar ... Por si no lo sabes, terminé casándome
en secreto y sólo por civil con Chris ... ¿Te imaginas por qué, no?”, me dijo
Selena y echó una de sus clásicas carcajadas. Yo asentí con una sonrisa mezcla
de complicidad y de alegría ... “Pues bien. El vestido lo hice igual pensando
en que algún día alguien lo necesitaría ... Y cuando pensé en ir a verte quise
averiguar en qué andabas y allí lo supe...”, dijo Selena e hizo una seña a
alguien que entró con una caja. La persona era una mujer de unos quince años
más grande que Selena. Ingresó pidiendo permiso mostrándose muy amable y
cordial ... Pero había algo en su expresión que no me gustaba ... “Sé que
tienes una hija que está pensando en casarse muy pronto y que pensaba en breve
comprarse un vestido de novia. Pues ya no lo tendrá que hacer. Eso sí ... ¡¡Que
quede como un regalo tuyo!! ¿Prometido?”. Y alzó su mano ... Yo quedé
petrificada. Apenas levanté mi mano pero no pude seguir y me puse a llorar
tomándome la cara con mis manos. Selena se acercó a mí y me abrazó dulcemente.
“Sabes que sin ti yo no hubiese podido hacer nada ... Es lo mínimo que puedo
hacer por tu inestimable ayuda... También debes saber que ni el éxito ni la
fama me han cambiado ... Yo no soy más que ti ... Yo sólo estoy haciendo bien
mi trabajo como lo haces tú ... Y sin haberme enseñado lo que tú me enseñaste
no me tendrías aquí...”. No sé cuándo duró el abrazo ... Sólo sentí en aquel
momento que nada había cambiado ... Que éramos las mismas personas de hace
quince años ... Selena seguía siendo esa misma niña ... Esa misma persona con
un enorme corazón y la misma sencillez ... Selena era una de las nuestras que
lo había logrado, que no sólo cumplió su sueño sino el de todos ... Selena no
dejaba de ser esa niña, esa hermana, esa mujer, esa persona sensible que lo
tenía todo siendo como era y con un enorme talento ... Y lo había logrado en la
Tierra de los Sueños, en el Paraíso Prometido ... Por primera vez sentí que
nadie nos podía detener. Con Selena sería posible tantos sueños postergados,
tanta justicia dejada a un lado, la igualdad de oportunidades ... El Amor, la honestidad
y el trabajo como modo de lograr que un mundo sea posible, un mundo lleno de
esperanza y de futuro...
La mujer que
estaba con ella le mostró el reloj como un modo elegante de decir que estaban
retrasadas y que debían marcharse. Selena hizo un gesto de asentimiento y rio en
un gesto elocuente de nervios. Allí notó que no me la había presentado y lo
hizo ... Me quedé tan concentrada en ese “algo” de lo que esa mujer no me
gustaba que no pude registrar ni su nombre ni su apellido. Pronto fui sacudida
por la misma Selena que me extendió su mano con su cuaderno y me dijo: “Toma.
Este cuaderno ya no me pertenece. Es tuyo. Quiero que lo conserves. Y te
acordarás de mí en el futuro por la última página ... ¡¡Vamos!! ¡¡Fíjate en
ella!!” Cuando lo hice vi que había otro vestido de novia. Yo la miré intrigada
y me dijo: “Ya te dije que el otro vestido de novia lo había imaginado para un casamiento
que no se dio ... Y ahora pertenece a tu hija ... Pero ahora tengo pensado
hacer la confirmación de mis votos de casamiento con Chris. Eso será cuando
cumpla 5 años de casada. ¡¡Sí, ya sé!! Falta aún unos años, pero ya tengo
armadas las primeras invitaciones, cómo será la fiesta y mi vestido de novia.
Ya lo tengo en la cabeza ... ¡¡Y el bosquejo lo tienes tú en exclusiva!! ¡¡Ah!!
Y Aquí tienes las invitaciones para toda tu familia. ¡¡Ya ves cómo organizo las
cosas con suma anticipación!!”, me dijo Selena y fue ella quien me abrazó con extrema
emoción. “Quiero que sepas que siempre te llevaré conmigo ... Y quiero que
sepas que necesitaré de ti y de tus consejos para cuando encare mi otra etapa,
mi última y consagratoria gran etapa” ... Esta vez el abrazo volvía a tener esa
misma connotación de quince años atrás. Volvía a abrazar a esa Selena llena de
miedos y de incertidumbre ... Esa Selena llena de presión ... Pero ahora no
daba cuenta de dónde venía esa presión ... Pensé en si era el trabajo, las
múltiples responsabilidades, o todo eso junto y algo más ... Allí volví a ver a
esa mujer tan pero tan amable, pero tan, pero tan asfixiantemente presente ...
Algo no me gustaba de ella pero no sabía bien qué ... O sí lo sabía, pero no lo
quería admitir pues hacerlo haría que debía decírselo a Selena ... Y yo no
quería romper el hechizo del encuentro ... “Me gustaría Selena que no te
expongas a tanta presión. Me gustaría que...”, traté de decirle. “¿Presión? ¡¡Por
ello no te preocupes!! Ella me saca de todos estos problemas. ¡¡Gracias a ella tengo
un mejor control de todo!!”, me dijo Selena señalando a su “asistente y amiga”
... Yo asentí con una mueca y ante una nueva seña de la mujer, Selena me dejó un
estuche y me dijo: “Quiero que conserves esto. Es la primera pieza de mi
colección de Huevos Fabergé. Sé que contigo está en buenas manos. Utilízalo
para lo que necesites...”. Estaba por rechazarlo, pues sabía lo que
significaba, pero ella tomó mis manos con dulzura y suave, pero firmemente me
recalcó: Ya sabes ... Para lo que lo necesites...”. Se despidió de mí
prometiéndome que volvería muy pronto. Lamentó que no pudiera quedarse para
cuando los niños entraran y enloquecieran al verla ... Pero prometió que pronto
lo haría, por mí ... El día en el que se casara mi hija ... El 30 de abril de
1995... La vi partir como aquel día 15 años atrás. Sólo que ahora no era una
niña y no iba con su padre de la mano ... Ahora la llevaba a la rastra esa
mujer ... Pero Selena seguía igual ...
Ella no había cambiado nada ... Alzó su mano y me dio mil abrazos y mil besotes
en el aire ... hasta que llegó a la misma esquina y no la vi más ... No la vi
nunca más...
Cuando llegó
la noticia ese nefasto 31 de marzo no lo quise creer. Vino mi hija llorando al
colegio a darme la noticia. Yo repetía una y otra vez: “No puede ser ... No
puede ser ...”. Afuera llovía torrencialmente. Poco a poco llegaba la mala
nueva por la radio, por la televisión, por los comentarios de los maestros, de
los niños, de todo el mundo ... Los llantos de todos me puso en estado de shock
... Pero sobre todo quedé estupefacta cuando escuché el nombre y apellido de la
asesina que estaba parapetada en una camioneta amenazando con “suicidarse”
rodeada de policías ... Allí recordé que se trataba de la persona que
acompañaba a Selena cuando me fue a ver ... Esa mujer que no me caía para nada
bien ... “Intuición de mujer”, dicen. “Sentido común”, diría yo ... Se había
determinado suspender las clases ... Ni hubo necesidad de que ninguna autoridad
lo dijera ... El vacío y el dolor de todos impedían que alguien quisiera hacer
algo ese día, y por varios días, meses y años más ... Recuerdo que me incorporé
como pude y volví al aula luego de que me sacara de allí mi hija para darme la
mala nueva ... Sólo les dije que se nos había ido una hermana y que había que
tenerla siempre en el corazón por el resto de nuestras vidas para recordarla con
Amor ... “como ella hubiese querido” ...
Luego de decirles eso ni esperé a que se fueran ... Me fui campo traviesa sin
rumbo fijo en el medio de la lluvia torrencial y me puse a llorar sin consuelo.
“¿Por qué, Dios? ¿Por qué te la llevaste? ¿Qué hizo de malo? ¿O qué hizo de
bueno para que necesites de ella? ¿Es que no puedes solo que necesitas de su
Amor? ¿Por qué Dios nos dejaste a esa asesina? ¿Por qué no me advertiste cuando
la tuve tan cerca y comencé a sospechar? ¿Por qué le hiciste esto a Selena? ¿Acaso
no has visto lo que tuvo que hacer no sólo para triunfar sino simplemente para
comer? ¿Cómo le hiciste eso? ¿Cómo nos hiciste eso? ¿Cómo voy a creer en ti
ahora? ¡¡Te llevaste nuestro Amor, nos dejaste sin Alma y nos dejaste al
mismísimo demonio con nosotros!! ¿Qué te hemos hecho para merecernos esto? ¿Qué
te hizo Selena para hacerle esto? ¡¡Dímelo, Dios, por favor, dímelo!! ¡¡Te lo
ruego!!” Y caí desplomada ... Cuando desperté vi a mi hija que rogaba que me
despertara de una vez ... Estuve inconsciente por varias horas ... Casi muero
de una neumonía ... En ese momento no me importaba si vivía o moría ... Como tantos
otros sentí que me habían quitado el Alma ... Tuve que hacer mucho esfuerzo
para convencer a mi hija que se casara en la fecha que había sido estipulada
... un mes después de todo ... y con el vestido que Selena había hecho ... El
primero que había diseñado siendo niña ... Ese 30 de abril me enteré de que
Selena había donado una suma considerable al colegio en el que enseñaba con la
condición de que el aula en el que dictaba clase llevara mi nombre y que todo
fuera comunicado una vez que mi hija se hubiese casado ... Cuando me enteré
sentí que moría de nuevo ... Para todos fue una fiesta muy triste y para
conmemorarla tuvimos que ser lo contrario a lo que hacía Selena ... Ese día nadie
pudo demostrar abiertamente y con sinceridad lo que hubiese querido decir y
hacer ... Allí supe que nunca podríamos homenajear a Selena a la altura de lo
que ella era ... Allí supe que nadie podría llegar a ser como era Selena...
Un día fui de
improviso al Gravesite en el que estaba Selena ... Nunca hubiese querido ir
allí. De hecho no fui al funeral ... Nunca me hubiese permitido ver a Selena
allí y así ... Cuando llegué al lugar sentí que mi corazón estaba en el lugar
en el que ella moraba. Quise aguantar pero no me pude. Rompí en llantos durante
mucho tiempo. En el medio del llanto y del dolor, hice un pequeño hoyo al
costado del gravesite y enterré el Huevo Fabergé que Selena me había dado ...
“Te devuelvo Selena el Huevo Fabergé que me obsequiaste con tanto Amor ...
Contra mi voluntad quisiste que lo conservara para lo que lo necesite ... Pues
bien ... Sin ti este obsequio ya no tiene sentido ... Me diste más de lo que
necesitaba y merecía ... Además, este regalo me da culpa. Hubiese preferido
decirte lo que me generaba esa mujer y no prestar atención al regalo ... ¡¡Al diablo
con el obsequio, Selena!! ¡¡Yo te quería a ti, sólo a ti!! ¿De qué me sirve
tener esto o el valor de este regalo sin ti? ... Si quieres que lo conserve,
ven a buscarme y devuélvemelo. Sorpréndeme como aquel día y déjame el Huevo Fabergé
en mi escritorio, ¿sí? ... Ven y dame más novedades sobre tu confirmación del
casamiento. ¿Me harás Dama de Honor? ¡¡Eso te pido, Selena!! ¡¡Eso te pido!! ¡¡Ven,
maldita sea, y dímelo, por favor!!” ... Y volví a llorar sin consuelo. Me
maldije no haberle dicho sobre la presión, la sensación que tuve al verla así
siendo niña y que ahora de grande lo volvía a sentir, que eso me preocupaba y
que esa pérfida me inquietaba. ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Por qué todos
no nos dimos cuenta antes? Ahora era tarde. Todo era muy tarde .... Y Selena
era la única víctima de esta increíble historia ... Historia llena de Amor,
historia llena de dolor ... historia llena de locura ... Historia de cualquier persona
... Porque Selena era eso ... Una gran artista pero una chica como cualquiera
de nosotras ... Y eso nos enorgullecía ... Ahora lo pienso y tal vez si hubiese
actuado como una diva que se hubiese creído una grande se hubiese salvado ...
Eso sí, se hubiese salvado pero no hubiese sido Selena ... Por algo en su lugar
está Jennifer López ... Tal vez eso es lo que Dios quería ... Que Selena
estuviese en el Cielo y en la tierra Jennifer López ... Me fui esta vez sin
mirar atrás ... No me fui dándole saludos con mis manos y dándoles mil abrazos
y mil besotes ... Desde aquel día hasta hoy estoy esperando que Selena me los
venga a dar ... Y sé que algún día ella vendrá ... Dios no puede ser tan cruel
... El mundo no puede ser tan injusto ... Yo espero que un día Selena me vuelva
a sorprender para decirme que nada era cierto ... Que todo fue una pesadilla
... Una cruel y burda pesadilla ... Sólo espero que suceda ... Sólo eso me mantiene
viva a pesar de todo...
(El que
quiere a Selena de verdad la espera todos los días, la vive todos los días, la
siente diariamente ... El que quiere a Selena sabe y siente que su vida nunca
fue la misma desde que la conoció ... Y sólo quiere que esté presente para que
cada uno de nosotros pueda agradecerle ... Y para sentirse contento de que está
viva y de que es feliz ... Selena no era sólo una artista ... No era sólo una
gran cantante ... Selena era nuestra hermana, nuestra hija, nuestra madre ...
Selena fue y es una de las nuestras ... Selena es lo más hermoso que hemos
conocido ... Por eso la seguimos esperando ... Por eso esperamos verla feliz
... No hacerlo es aceptar su trágico destino ... No hacerlo es aceptar nuestra
propia muerte ... Y el que ama a Selena no quiere eso ... porque sabe que a
Selena no le gustaría aceptar esa densa realidad por más dura e irreversible
que fuera ... Para Selena lo imposible era posible ... Para nosotros está viva
... en nuestros corazones ... Por ahora ... Sólo por ahora...)
Selena:
siempre estaré aquí esperándote...
Te quiere
mucho...
Sergio
Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
¿Qué hacer cuando uno se da cuenta?...
Cuando esa
mujer me mostró el arma con su cara sonriente, como si me mostrara un juguete,
como si fuera normal que lo hiciera, casi me desmayo. En un minuto, en tan sólo
un segundo todo puede cambiar en nuestras vidas, algo se nos revela, algo nos
dice sin ninguna duda lo que nos va a pasar. Tuve que hacer un gran esfuerzo
para disimular lo que sentía. Un dolor fuerte en el estómago me hacía doblar
por completo, pero no podía demostrarlo. Ella se daría cuenta. Se daría cuenta
de todo, y si así fuera, cometería el crimen allí mismo sin dudar. No
importaría que estuviéramos en un lugar público. No importarían las
consecuencias. Ella lo haría antes de sentir que ya no era nadie en nuestras
vidas ... Pero allí estaba ... Sonriente y satisfecha ... Yo le di la tranquilidad
de que ni mi familia ni yo la apartaríamos del club de fans ni de “Selena Etc.”
... Lo había hecho para ganar tiempo ... Lo había hecho hasta que yo viera que
era el momento indicado para decírselo ... Le había pedido expresamente a mi
padre que no interviniera, que me dejara a mí resolver este entuerto ... Se
trataba de mi negocio, se trataba de mis asuntos, se trataba de mi vida ...
Pero hasta allí creí que estábamos ante un problema a la que no estaba
acostumbrada, que se hacía más difícil de resolver pues hasta allí ella era una
persona de confianza, una amiga que siempre estaba para cuando la
necesitáramos, una fiel servidora para cualquier menester ... Ni se me ocurrió
pensar que estábamos ante un gran peligro ... Por eso busqué que mi padre no
interviniera en este caso. Pensé que él empeoraría las cosas, que se iba a
llegar a un nivel de violencia que se podía evitar ... Tampoco quise hacerle
caso a Chris, que me decía que dejara en manos de un abogado la resolución de
los papeles que esa mujer tenía y que por esa razón me convocaba para no llegar
a ningún lado producto de que siempre había un “inconveniente” que impedía
resolver el tema de una buena vez ... Yo siempre pensé que podía sola, que
valía la pena ir a escucharla aunque supiera que me mentiría la mayoría de las
veces ... Siempre quise ver el lado positivo de las cosas ... Estaba convencida
de que todo se podía resolver, pues nadie es tan malo como para desearle lo
peor a uno ... Más de una vez le dije a mi padre que no desconfiara tanto, que
viera el lado bueno de cada persona ... Pero me estaba equivocando ... En mi
afán por ver todo bien, no quería dar cuenta de los “avisos”, de lo que se me
decía en aquellos malos sueños, de aquellas horribles pesadillas ... Pero ahora
todo lo que se me presentaba en aquellas espantosas imágenes, y que yo no
quería ni recordar ni ver, se replicaban en esa arma que esa mujer me estaba
mostrando ... Lo podía ver ... Podía verla esperándome una vez más en alguna
habitación de algún motel invitándome con cualquier excusa, buscando que
llegara allí para no regresar nunca más a mi hogar ... Las imágenes se me
aparecían una tras otra, sin ningún filtro, sin ninguna censura ... Tenía que
salir de allí ... Ella podía darse cuenta y yo estaría perdida para siempre ...
Le dije con la mejor de las sonrisas que debía irme cuanto antes al estudio
pues estaban mi hermano y mi padre esperándome para grabar el disco en inglés
que tanto soñamos hacer ... Ella accedió con amabilidad y yo partí raudamente
para el motel en el que ella se alojaba. Cuando vi dónde estaba sentí que me
desvanecería en cualquier momento ... Era ese motel, el mismo motel de aquella
pesadilla. Me preguntaba una y otra vez cómo no me había dado cuenta, cómo no
me lo imaginé antes ... Pero era difícil que ello pasara ... Si no quería
recordar aquellas pesadillas que una y otra vez invadían mi cuerpo, mi mente y
mi corazón, ¿cómo me daría cuenta de los planes de esta mujer, de lo que estaba
por tramar, de hasta dónde quería llegar, del grado de odio y de rencor que
tenía incorporado? ... Ella quiso que me quedara un ratito para celebrar
nuestra amistad ... Yo le dije que en ese momento no podía, que lo dejáramos
para después ... que lo dejáramos para el día siguiente ... “Mañana será otro
día ... Tendremos tiempo para celebrar nuestro nuevo encuentro...”, le dije ...
Ella estaba tan contenta que no se molestó por mi excusa ... Ella estaba tan
segura de su dominio que nada le podía amargar ése y los días siguientes ...
Allí me di cuenta del significado de la palabra “psicópata” ... Agradecí al
Señor de que me diera la templanza para disimular el dolor y la angustia que
sentía ... Pero también lamenté tener que mentir y no ser auténtica, como
siempre ... Algo había aprendido ese día ... La gente puede ser muy mala y
lastimarte de verdad ... Ese día me di cuenta realmente de lo que era el mundo
creado por una humanidad lejos de las enseñanzas de nuestro Señor ... Fui
rápido, casi volando hasta mi casa ... Quería descargarme, quería poder
expresar todo lo que sentía en ese momento y pensar ... pensar qué sería de mí
en el futuro, qué sería de mí cuando me levantara al otro día y tuviera que
actuar como si nada hubiera pasado, como si ese día fuera uno más dentro de nuestra compleja existencia...
Llegué a casa
en mi auto casi enceguecida ... Casi no veía las calles, los autos, el paisaje,
la gente, mi futuro ... Las imágenes se me presentaban cada vez más grandes y
más elocuentes ... Ya no las podía guardarlas para mí sola ... Ya no
pertenecían a mí ... Ya se movían a pesar de mi voluntad, a pesar de lo que yo
quería hacer con ellas ... Tanto tiempo estuve con mis pesadillas que me hacían
despertar a grito vivo sin que nadie pudiera explicar qué me pasaba, y sin que
yo pudiera y quisiera decir lo que veía y sentía ... Me provocaba tanto dolor
que no quería siquiera imaginar lo que sucedían en esos sueños ... Apenas sabía
o intuía que era siempre la misma imagen, que era siempre el mismo hecho
doloroso ... Lo pude ocultar durante muchos, muchos años ... No quería
enterarme de qué se trataba ... No quería imaginarme que algo tan terrible
pudiera pasar en este mundo, que algo tan espantoso que me pudiera pasar ...
Pero esa escena en la que esa mujer me mostraba el arma hizo que todo aquello
se revelara como una gran película, como una sucesión de imágenes que avanzaran
sin que yo pudiera detenerlas ... Sin que yo pudiera huir para no verlas ... En
todo el trayecto a mi casa no podía dejar de ver esa arma y esa mujer
portándola con una gran sonrisa ... Estacioné el auto como pude y corrí hacia
mi casa ... Abrí con desesperación la puerta y casi la derribo cuando pude
entrar ... Una vez cerrada la puerta me desplomé allí mismo y comencé a llorar
con fuerza, con rabia, con impotencia, con desesperación ... Me acurruqué como
un “bicho bolita”, tomé con fuerza mis piernas con mis brazos y puse mi cabeza
entre ellas como esperando que me tragara la tierra antes de seguir viviendo y
sintiendo aquello ... Pero lo veía ... Lo podía ver ... Ella me citaría por
enésima vez para que la fuera a ver ... Yo ya no creía en ella, pero igual iría
a su encuentro ... Por buena, por ingenua, por querer ver lo bueno de cada
persona iría de todos modos ... Pensaría que por allí valía la pena hacerlo ...
Que ella recapacitaría, que ella entendería que era mejor que las cosas fueran
así ... Que era mejor que interviniera yo y no mi padre ... Que estando yo en
el medio siempre había una posibilidad de remediarlo todo y de que nos
seguiríamos viendo ... ¡¡Y quién sabe!! ... Ella volvería con nosotros ...
luego de un tiempo ... luego de que ella admitiera su error y de que nosotros
volviéramos a confiar en ella ... De nada serviría el consejo de Chris ... De
nada serviría que la viéramos el día anterior y de que constatara que seguía
mintiéndonos ... De nada serviría que ella me atrajera con excusas absurdas ...
De nada servirían las sucesivas alarmas que provocaban las actitudes de ella
con el único afán de que yo me moviera con una marioneta al compás de sus
deseos y caprichos ... De nada serviría que nos diéramos cuenta de que nos
hacía más mal que bien, de que nada era como antes, de que había pasado el
tiempo y de que todos habíamos cambiado .. y de que debíamos estar a la altura
de las nuevas circunstancias ... De nada serviría que este juego, este nuevo
juego incompleto ya no le servía a nadie ... Igual yo iría, como todos las
otras veces, como si yo fuera apenas una artista en ascenso, de que aún no me
había consagrado, de que aún no me conocían ... Igual yo iría sin que pensara
en que corría peligro mi vida, sin que nadie de mi familia imaginara que yo
estaba entrando en una trampa mortal ... Había pasado el tiempo y nadie estaba
actuando como lo requería nuestra nueva situación, nuestro nuevo estatus,
nuestras nuevas exigencias ... No éramos tan malos como para pensar que nos
harían daño de verdad ... Nadie nos preparó para ello ... Nosotros sólo
recibíamos cariño de la gente ... La gente nos quería por lo que le brindábamos
dentro y fuera del escenario ... Todavía podía sentir mi gesto de
agradecimiento a Raquelín González cuando nos invitó a su programa “Padrísimo”
en el mes de febrero y hace unos pocos días para que le condujera el programa en
su ausencia ... Recuerdo mi propia expresión ante sus bonitas palabras ... Y yo
ya era una figura internacional que en el medio de ello había logrado que me
vieran 65.000 personas en el Houston Astrodome ... Y a pesar de todo eso fui al
encuentro tramposo de esa mujer, fui aun sabiendo de que debía seguir grabando
el disco en inglés, aun sabiendo de que debía viajar al otro día para dar un
concierto en Los Ángeles ... Fui desviando mi camino lógico hacia el estrellato
... Fui olvidándome de mis cosas para atender las de ella ... Fui conducido por
los deseos de una psicópata que no aceptaría un “no” como respuesta y que antes
que ser rechazada haría lo que sea ... hasta eliminar lo que supuestamente más
quería ... Llegué a su encuentro y me dijo lo que le había pasado unos días
antes aun cuando me costaba creer que aquello “supuestamente importante” no me
lo dijera antes, antes de prometerme devolver esos papeles que nunca me daría
... Aun así la acompañaría al hospital, en la seguridad e ingenuidad de que con
la verdad ella se rendiría, y dejaría de insistir y de mentir ... Aun así la
acompañaría en la seguridad de que ella querría demostrarme que estaba
equivocada ... Accedí ir al hospital, pero cuando estuvimos allí comprobé con
indignación que las cosas eran aún peores de las que imaginaba ... Ella dijo
“lo que le pasó”, pero a la hora de ser revisada, ella se negó ... Sentí que
había llegado muy, muy lejos ... Sentí algo que nunca había experimentado antes
... Era la primera vez que sentía que ya no podía ver el lado bueno de las
cosas, que había gente que podía desilusionarnos enormemente ... La enfermera
del hospital seguramente había notado mi fastidio y mi enojo, y trató de
apartarme del lugar para hablar de lo que estaba pasando, pero yo estaba tan
enojada y tan desilusionada que no quise decirle nada ... Sólo le expliqué que
era peor si nos encontraba ella en un costado cuchicheando sobre la situación
para que no lo notara ... Y me fui sin saber que esa enfermera era mi última
posibilidad de salvación para que entrara en la realidad de las cosas ... Que a
partir de ese momento transitaría el último camino que tenía preparado ella
para mí .... Que había entrado en su trampa y en su plan siniestro sin que yo
me lo pudiera imaginar ... Ella lloraría, patalearía, trataría de explicarme lo
inexplicable, trataría de que yo siguiera creyendo en ella ... Ella buscaría
darme una nueva oportunidad antes de activar el plan “por si ya nada se pudiera
hacer” ... Entramos a la habitación del motel a los gritos ... Yo me había dado
cuenta recién allí el tipo de persona que era, y cuánto enojo y desazón me
estaba provocando ... Pero lejos estaba de imaginarme hasta dónde podía llegar
... Yo sólo quería poder canalizar mi furia demostrándole que todo había
terminado, que ya no la quería ver más ... Sentía mucho dolor pues nunca me
había sentido así, y ahora que experimentaba esa horrible sensación debía salir
de allí cuanto antes no sin antes demostrarle lo que sentía y que no había
vuelta atrás ... Por eso tomé el anillo que me había regalado con la finalidad
de devolvérselo y de expresarle que ya no había más amistad entre nosotras ...
Iba a hacerlo hasta que vi la expresión de sus ojos y su mano tomando el arma
... Fue un segundo ... Sólo un segundo ... Esa cara ... Esa expresión ...
mezcla de locura, odio, satisfacción, venganza, furia ... Era imposible
olvidarlo ... Era imposible no saber su significado ... Esa cara con una mueca
de sonrisa ... Como diciéndome “Tu destino me pertenece ... Y de ese destino no
escaparás aunque lo desees ... Y no escaparás aunque falle en el disparo...”
... Fue un segundo, sólo un segundo, en el que me di vuelta lo más rápido
posible espantada por esa revelación ... Fue un segundo en el que escuché un
enorme estruendo y sentí un terrible dolor en la espalda ... y luego en el
pecho ... Después ... Después fue correr, correr y correr sin poder quitarme
esa cara de esa psicópata que reía y me mostraba por primera vez lo que era realmente
y de lo que podía ser capaz ... sin que nunca sospechara de nada ... Sin que nadie
de mi familia se imaginara jamás que esto nos podía llegar a suceder ... que a
mí me podía pasar eso ... Poco después sentí un gran mareo y caí sin saber ya
dónde estaba ... Sólo quería descansar ... Sólo quería volver el tiempo atrás
... en el que era una niña que pensaba que todos eran buenos y que sólo quería
ser diseñadora, una humilde, talentosa y trabajadora silenciosa que sólo se
expresara a través de sus creaciones ... Y cerré los ojos en la seguridad de
que cuando despertara todo sería distinto y todos seríamos felices siendo tal
cual éramos ... Felices mirándonos a los ojos ... Felices sin tener que
desconfiar en nadie ... Felices con honestidad, trabajo y sacrificio ...
Felices sin mentir ... Felices sin manipular ... Felices sólo siendo tal cual
queremos ser en nuestras vidas ... Felices ... sólo felices ... Sin pensar en
que es imposible lograrlo ... Sólo pensando en que con Amor todo se puede
lograr...
Cuando
apareció Chris en la casa me abracé a él y seguí llorando en sus brazos. Él
estaba lógicamente consternado. Pero fiel a su estilo dejó que llorara todo lo
que tuviera ganas de llorar y que sólo hablara cuando quisiera. Luego de un
tiempo supo que lo que tenía guardado bien adentro no lo diría tan fácilmente.
Él sabía muy bien lo que era sentir esa sensación ... De a poquito comenzó a
preguntarme lo que sentía, qué me estaba pasando, qué era lo que me angustiaba.
Le hice recordar el tema de las pesadillas recurrentes que tenía y que nunca
podía ni quería saber de qué se trataba ... Él me había visto en infinidad de
veces sudando frío en las madrugadas despertando a los gritos luego de vivir
esos terribles sueños ... Me preguntó si por fin sabía en qué consistían ... Yo
me aparté de él y le pedí que me escuchara sin interrumpirme ... Que sólo
escuchara lo que me había pasado un par de horas antes y que eso me hizo saber
lo que me aterraba de aquellas pesadillas ... Chris primero me miró entre
incrédulo y con aire burlón ... “¿Es que acaso crees en los mensajes
premonitorios? ¿Crees en mensajes del futuro o algo así? No sabía que pensabas eso
... ¿Es que...?”, me preguntaba Chris. Yo lo interrumpí: “¿Es que no entiendes?
No se trata de lo que creo ... No se trata de premoniciones ni de mensajes. Se
trata de intuición. Tú no sabes lo que sentí al ver la mirada de esa mujer.
Pude ver lo peor. Y pensé en el sueño ... ¿Qué importa si el sueño es
premonitorio o no? ¿Qué importa lo que significa? Importa el mensaje que me dio
esa mujer. ¡¡Ella me va a matar, Chris!! Ella me mostró su arma , como diciendo
“mira lo que iba a hacer contigo, Selena, si osabas apartarte de mí ... ¡¡Esa
mujer nos engañó a todos!! No sé si está loca, obsesionada o qué ... No sé qué
pretende de nosotros, pero si no hacemos lo que ella quiere buscará herirnos de
la manera más efectiva que ella cree. ¡¡Y ésa es eliminarme a mí!!”. Volví a
llorar y Chris me abrazó muy preocupado. Allí comenzó a darse cuenta de lo que
estaba pasando ... no sólo ese día sino en los últimos meses ... “Sí, Selena
... Ahora lo comprendo ... Le hemos dejado hacer lo que quiera en todos estos
años ... Y ella cree que te pertenece ... ¿Te acuerdas cómo intentaba influirte
en tus pensamientos? ¿Te acuerdas cuando hizo que me preguntaras si acaso mis
amigos y yo habíamos destrozado un baño en una de las fiestas organizadas por
ella a sabiendas de que ella sabía que unos cuantos años atrás había sucedido lo
mismo en otro lugar? Ya logró que Martín Gómez, tu modisto, se fuera por
desacuerdos con ella ... Ya logró que mucha gente cercana a ti se tuviera que
ir ... Nosotros nunca intervinimos porque no teníamos tiempo, pero también porque
confiábamos en ella ... Le dimos todo el poder ... Le dimos toda la confianza
... Ella siente que no se la puede sacar de allí ... Siente que tiene todo
controlado ... Piénsalo bien ... ¡¡Hasta logró ganar la confianza de tu padre!!
Y fue a la primera persona que acudió, con lo difícil que es convencerlo de
algo, con la desconfianza que tiene él de todo el mundo ... Pero ya esto me da
miedo ... Tendremos que avisarle a tu padre ... Todos sabemos que los problemas
con ella surgieron ahora porque se le han descubierto malos manejos con tu
negocio y con el manejo del club de fans ... Y di que algunos de ellos se quejaron
en q-productions y no en tu negocio, si no nadie se hubiese enterado ... Se ve
que ella controla todo eso y ha evitado que nosotros nos enteremos ... Habrá
que avisar a la policía ... Habrá que...”, alcanzó a decirme. “¡¡No, Chris!! ¡¡No
me entiendes!!” Ella es una psicópata. Ahora sé muy bien lo que significa ello.
Lo peor que podemos hacer es notarle que ya no confiamos en ella, que la
apartamos, que la echamos. ¿Acaso por qué no lo hicimos en estos días? Porque
sabíamos las consecuencias de despedirla. Pero esto es mucho peor de lo que
imaginábamos. Tenemos que seguir como si nada, pero tenemos que tenerla lejos,
bien lejos con cualquier excusa. Tendremos que apurar nuestro disco en inglés.
Tendremos que seguir con nuestras presentaciones tal como estaba planeado. A
ella tenemos que dejarla que siga sus contactos con la gente que conoce en
Monterrey y en México DF para abrir nuestras sucursales de “Selena Etc.”, pero
mientras tanto tenemos que volver a organizar el trabajo aquí con la gente que
más confiamos y que ella apartó ...Voy a llamar a Martín. Lo voy a dejar a
cargo de la parte creativa de mis negocios. Y buscaré que Suzette, mi madre y
algunos más de nuestra familia se hagan cargo de todo. Pero todo debe hacerse
en el más absoluto secreto. Ella no debe saber nada. Porque en cuanto sospeche
de algo, estaremos perdidos. ¡¡Hay que moverse rápido antes de que ella se
entere!! ¡¡Cada minuto es valioso!! ¡¡No tenemos tiempo que perder!!”, exclamé.
“Pero ella en algún momento buscará localizarte y tendrás que atenderla, si no
allí sí sospechará...”, me dijo Chris. “Sí, lo sé ... Tendremos que
entretenerla con lo que podamos. Si tenemos que verla, tú iras conmigo ... Hay
que mostrarse como si nada estuviera pasando ... Y cuando ella quiera saber qué
está sucediendo ya lo habremos hecho...”, le dije. “¿Pero tu padre? ¿Acaso no
le diremos nada? ¡¡Él debe saberlo!! No sabemos a dónde atacará ella cuando
sienta que la hemos engañado...”, me dijo atinadamente Chris ... De pronto sonó
el teléfono ... Chris atendió y abrió grandemente sus ojos ... Sin duda era
ella ... Le hice señas para que me la pasara y en cuanto la escuché supe que
estábamos en grandes problemas. “Llamé porque quería cerciorarme de algo ...
¿Pero no era que ibas al estudio para seguir grabando? Llamé allí pero me
dijeron que no estabas ... Supuse entonces que estabas en tu casa ... Y estás
allí ... Mira ... ¿Por qué no nos vemos de nuevo ahora y a solas? Pienso salir
a Monterrey hoy mismo y necesito coordinar contigo los detalles para abrir las
sucursales de ‘Selena Etc.’...”. Sabía que tenía que ganar tiempo ... Le prometí
que iría a verla a solas en un par de horas en el mismo lugar en el que la vi
antes ... En cuanto colgué, le dije a Chris: “Tienes razón ... Tenemos que ver
a mi padre ... ¡¡Hay que hacer todo ya!! ¡¡Debemos deshacernos de esa mujer
cuanto antes!!”. Salí corriendo a la casa de mi padre para explicarle lo que
estaba sucediendo. Todos nos convencimos de que debíamos despedirla y de que
debía enterarse por los caminos legales ... No había que atenderla más ... No
había que dejarla que ni siquiera se acercara por ninguna de nuestras
propiedades ... “Yo ya había impartido esa orden pero ella se las ingenió para
burlarse a través de sus ruegos a ti o de algún pedido a alguien que no sabe de
nuestras instrucciones. Debemos ser más estrictos. Llegado el caso tendremos
que denunciarla ante la policía...”, dijo mi padre. Yo lo atajé. “¡¡No!! ¡¡No
tenemos que hacer eso!! ¡¡Ella querrá que lo hagamos, pues la habilita al
escándalo!! ¿Acaso sabemos qué hará si sabe que le cortamos todos los caminos
hacia nosotros? Irá a cualquier lado para calumniarnos, para difamarnos, para
sembrar dudas, para ponernos al público en nuestra contra ... ¡¡Qué más
quisiera que la acusemos, así ella se pone en víctima y sale a decir ‘sus verdades’, el motivo por el cual
nosotros la apartamos de nuestras vidas!! ¡¡No!! Tenemos que seguir nuestro
camino como si nada y que ella esté lejos, bien lejos de nosotros con excusas
creíbles”. “Está bien, m´hija. Está bien. Pero entonces en algún momento
debemos hacer pública la ruptura del vínculo con esa mujer, pues si no lo
hacemos, ella lo hará público antes, y ahí sí estaremos en problemas y la gente
sospechará...”, dijo con criterio mi padre. Decidimos movernos sin dudar,
haciendo lo que debíamos hacer. Yo llamé a Martín y a toda la gente de mi
confianza. Les pedí que volvieran, de que los dejaría todo en sus manos. Que
tenían razón de quejarse de esa mujer, pero que no se preocuparan ... Que esa
mujer ya no estaba más, pero que no se le ocurriera a nadie comentarlo hasta
verlo en los hechos ... Todos se alegraron y aceptaron volver ... Mientras
tanto, mi padre hacía pública nuestra desvinculación con esa mujer y los
motivos que nos llevaron a ello ... El
que pega primero, pega dos veces ... Sabíamos que ella buscaría contestar con
difamaciones, pero sería tarde ... Nunca podría convencer con mentiras a gente
que creía firmemente en nosotros, que nos conocía bien, que sabía quiénes
éramos y los valores que profesábamos ... Decidimos partir cuanto antes a
Nashville para adelantar nuestra grabación del disco en inglés y estar bien
lejos de Corpus Christi para evitar las repercusiones de nuestra decisión.
Estaríamos allí hasta el 1 de abril en el que debíamos ir a Los Ángeles para mi
siguiente concierto. Si decidíamos volver lo tendríamos que hacer de incógnito
y en forma separada ... A nadie le gustaba mucho la idea de manejarnos así y
sin que casi nadie supiera nuestros pasos ... Pero intuíamos que ella buscaría
saber dónde estábamos y hacia dónde iríamos ... Ella buscó localizarme por
todos los medios ... Yo había tenido la precaución de cambiar mi celular y de
contactarme con él sólo con las personas de mi confianza ... Sabía que alguna
vez debía acabarse esta situación pero había que tener paciencia ... Habíamos
llegado al día 31 de marzo ... El día anterior la había pasado muy mal en
Nashville ... Volvieron a surgir aquellas pesadillas, pero éstas eran bien
distintas. Aparecía en una de ellas Martín, que me pedía que no fuera a verla a
esa mujer, pero yo no alcanzaba a escucharlo ... Pero él, en su afán por
salvarme, me siguió hasta el motel. Como al llegar no vio a nadie se dedicó a
esperar ... Y cuando nos vio llegar y entrar a la habitación, el ingresó detrás
de nosotras para acusarla a ella y pedirme que me vaya ... Y ella no dudó ...
Nos apuntó y lo sujetó a él pidiéndome a mí que no me moviera si lo quería ver
vivo ... Él me pedía que me vaya ... Que su vida no valía ... Que sólo valía la
mía ... Empecé a llorar ... Le pedía a esa mujer que lo soltara, que él no
tenía nada que ver con todo esto ... Ella sólo se reía y me pedía que se
pusiera al lado de él mientras le seguía apuntando a Martín ... Yo terminaba
accediendo en forma silenciosa mientras Martín me pedía que no lo hiciera a los
gritos ... Vi que la mujer estaba dispuesta a matarlo y luego a mí. Comencé a
gritar, a gritar muy fuerte ... hasta que de pronto vi que me sacudía Chris. “¿Qué
pasa, qué pasa, Selena? ¡¡Otra vez las pesadillas!! ... Tranquila ... ¡¡Estás
en Nashville!! ¿No lo recuerdas? Te iba a llamar después. Te llamó Martín desde
tu boutique. Dice que es urgente. Hay algún problema con la partida de algunos
diseños ... Llámalo a su celular. Está esperando tu llamado...”. Estaba
consternada y aturdida. Aún no había salido de la pesadilla y encontraba esta
rara nueva ... Tomé el celular y lo llamé. Martín me hablaba extrañamente. Se
lo veía nervioso. Me explicó que no había llegado de Francia los telares que yo
había pedido y que cuando fue a averiguar le dijeron que debía ir yo a la
aduana a solucionarlo ... “Mira que hay mucha gente esperando y que depende de
ti para destrabar todo esto ... Hasta de Monterrey esperan tu decisión...” y cortó
la comunicación ... Me quedé pensando unos cuantos minutos. Chris intentó saber
lo que estaba pasando, pero yo le pedí que me dejara pensar un tiempito sin que
nadie me interrumpiera ... Me quedé pensando en lo último que me había dicho
Martín: “...Hasta de Monterrey esperan tu decisión...”. ¿Qué me quiso decir con
eso? Supuestamente no quería decir nada, pero algo me estaba diciendo ... Y
pronto recordé mi pesadilla ... Martín no me llamaría por esto ... Ella está
con él y lo tiene amenazado ... Ella quiere que vuelva a Corpus para consumar
el plan ... y éste es el día indicado. Iba dispuesta a volver para salvar a
Martín, pero Chris me detuvo: “¿Pero acaso crees que lo salvarás así? Ahora
tienes en mente tu nueva pesadilla ... ¿pero no recuerdas la anterior? ¿No te
das cuenta de que vas a ir a su encuentro y ella te matará sin miramientos? ¿Es
que no te das cuenta de lo que piensa hacer?”. “¿Y tú no te das cuenta de que
lo tiene a Martín y de que lo matará si yo no voy para allá? ¡¡No podría vivir
con la conciencia tranquila si algo le pasa a él!!”, le dije y empecé a
preparar mis cosas para salir cuanto antes a Corpus Christi. Chris me pidió que
me esperara a preparar las suyas para acompañarme. Yo accedí pero le imploré
que lo hiciera cuanto antes ... Yo estaba decidida a hacerlo pero no sabía qué
hacer. Ella estaba dispuesta a matarme, pero ahora ella no sólo buscaba
cualquier excusa para atraerme. No sólo me amenazaba personalmente sino que
usaba a gente cercana a mí para ello.
Sabía con pesar que iba a tener que
convivir para siempre con este calvario. Ella estaría una y otra vez
acosándome, difamándome, amenazándome. Ya nada volvería a ser lo mismo ... Tal
vez debería dejar la música, mis diseños, todo lo que yo más he querido hacer
para evitar una desgracia ... O tal vez yo tendría que asumir el rol de víctima
redentora, la mujer sacrificada para que “todo vuelva a la normalidad”. Seguía
empacando mis cosas y mis lágrimas desbordaban mis ojos hasta recorrer todo mi
cuerpo y morir en el piso sin que yo atinara a desviar su lento, persistente e
inexorable camino ... Tal vez había llegado mi hora ... muy a mi pesar ... Este
mundo no era el que yo me imaginaba ... Tal vez no estaba preparada para
enfrentarlo ... Yo no fui educada para estar en la vida con mentiras,
falsedades y actitudes engañosas ... Yo nací para que el mundo me conociera tal
cual soy, sin tener que esconderme, sin tener que huir, sin tener que ser de un
modo distinto para sobrevivir ... sin tener que ver morir a alguien para
salvarme de este mundo cruel ... Si no puedo ver morir siquiera a un pobre
animalito enfermo y viejo, ¿cómo voy a permitir que Martín muera por mí? Asumí
que si tenía que haber una víctima en esta historia, esa víctima tenía que ser yo
... Era mejor así ... Yo no quería ver sufrir a nadie ... Y mucho menos por mí
... Cuando Chris volvió con sus cosas fuimos a mi auto y partimos en silencio
... Llamativamente él no me dijo nada ... Tampoco me hizo preguntas ... Eso sí,
a cada rato me pedía que me detuviera por alguna cosa ... Que había problemas
en el auto, que debía tomar un café para despejarse ... Yo estaba ten aturdida
que ni pude expresarle que no podíamos perder más tiempo, que había una vida en
juego ... Y si tal vez no lo hice es porque deseaba saber que estaba
equivocada, que los sueños no son premonitorios y que todo fue una burda
casualidad. Por un momento me distendí pensando que Martín me recibiría con una
amplia sonrisa y que yo respiraría aliviada ... Eso hacía acelerar mi paso pero
cada vez que lo hacía Chris me advertía con razón que bajara la velocidad, que
nos iban a penalizar. Era extraña la conducta de Chris ... Se lo veía tranquilo,
puntilloso, atento ... También me llamó la atención que mirara a cada rato el
reloj ... Estábamos por llegar a Corpus Christi y me estremecí con el sonido
del celular ... Pero no era el mío ... Era el de Chris ... Vi que sonrió cuando
terminó de escuchar lo que le decían. Yo le pregunté quién era, pero él sólo me
contestó que era un amigo con buenas noticias sobre su futuro ... Entrando ya
en la ciudad, él me pidió que lo hiciera despaciosamente ... “No sabemos con
qué nos encontraremos ... ¡¡Ten cuidado!!”, me pidió. Doblamos en la esquina de
“Selena Etc.” y casi desmayo cuando vi miles de patrulleros que estaban
estacionados en la puerta del local. Chris me iba a detener, pero cuando vio
que, para mi sorpresa, mi padre se acercaba a mí, dejó que él me explicara todo
... “Tu esposo hizo lo correcto. Me avisó en Nashville lo que estaba pasando,
pero me pidió que no te dijera nada ... Así que avisé a la policía y vine lo
más rápido posible para aquí ... Les dije que probablemente estuviera armada y
tuviera un rehén esperando que tú vinieras ... Y así fue ... La policía estudió
la situación y rodeó el lugar. La intimó a que desistiera. Todavía no sé cómo,
pero lograron que ella liberara a Martín para salvar su pellejo ... Me dijeron
que estaba aturdida ... Jamás se imaginó que íbamos a hacer esto. Estuvo un
rato amenazando con que se iba a suicidar, pero pronto desistió ... No tenía
mucho sentido ganarle tiempo a la policía ... No te tenía a ti ... No había
logrado su cometido ... Sé que es duro decirlo así, pero con esta atrocidad nos
hizo un gran favor ... Ahora nada de lo que diga será creíble ... Hablarán sus
actos antes que sus palabras. Podemos quedarnos tranquilos ... Y yo aprendí una
lección ...Yo no hubiese creído ni en tus sueños ni en tus mensajes premonitorios.
Ahora sé que debo hacerlo. ¡¡Menos mal que tienes a alguien como Chris a tu
lado, que te quiere tanto y que te escucha!! ... Perdóname si no lo he hecho
antes m´hijita. Sé que debo aprender mucho todavía”. Yo rompí en llantos y mi
padre me tomó con sus grandes brazos. Se sumó Chris y todos nos abrazamos ...
“Yo no sé si podré superar esto. No sé aún cómo lo asimilaré...”. Alguien me
dijo: “¡¡Lo harás!! ¡¡Claro que lo harás!!”. Era Martín. Me abalancé sobre él y
le di miles de abrazos y besotes. Le pregunté cómo había salido de ese
infierno. Le pedí disculpas. Le prometí que no volvería a suceder esto. Le dije
que podía irse de nuevo si él lo deseaba ... “Selena ... Antes que nada, ¡¡menos
mal que entendiste lo que quise decir de la gente preocupada en Monterrey!! Te
debo la vida ... ¡¡Y lo sabes!! Por lo demás, no te preocupes .... Más que
nunca estoy contigo ... Todo esto lo hice por ti. Y en todo caso, si quieres
sentirte culpable, yo te daré motivos, pero otros de los que no mencionaste:
cuando me fui de ‘Selena Etc.’ en enero, yo hubiese deseado que me retuvieras y
que la pusieras en vereda a esa mujer ... Pero entendí tu decisión ... Pero si
te sientes mal por ello, entonces te pido a cambio algo por aquel error: que no
te rindas, que pongas más empeño en todo lo que haces y que confíes en tus
instintos. También aprende a defenderte de aquellos que viven de la maldad, del
maltrato, de la manipulación ... No te pido que seas otra persona ... Sólo te
pido que no creas que todo el mundo es bueno, que todo el mundo es como tú ...
Si quieres, ofrece tu Amor, como siempre, pero no entres jamás en su juego ...
Haz siempre el tuyo y que todos se adapten a lo que tú quieres, que todos
compartan tu felicidad ... Si lo haces, nada te detendrá y triunfarás ... ¡¡Y yo
estaré allí para compartirlo!! ¿Me lo prometes?”. Yo acepté con un movimiento
de cabeza y seguí llorando en sus brazos. Él también lloraba, pero de felicidad
... “Pues bien. Sé que mañana tienes un concierto ... Ve a prepararte que yo
cuidaré tus espaldas aquí ... ¡¡y ni se te ocurra volver hasta tener tu disco
en inglés terminado!! Yo mientras me encargaré de todo con las chicas y cada
decisión será consultada contigo siendo tú la última palabra y decisión ...
¿Entendido?”, me pidió. “Está bien, pero si pasa algo...”, le dije. “Ya sabes.
Te diré: ‘¡¡Hasta de Monterrey esperan tu decisión!!’ “, me interrumpió a las
carcajadas. Yo me reí con él y nos volvimos a abrazar. En el medio de ello
apareció un A.B. desesperado: “¿Estás bien hermanita? ¡¡Dime que todo está bien!!
Tal vez no te lo haya dicho antes pero sabes que te quiero mucho y que no
podría hacer nada sin ti ... Tú eres mi única inspiración. Quiero que lo sepas..”.
Yo me reí en el medio de los llantos: “¿Pero qué haces aquí? ¿No sabes que debemos
partir a Los Ángeles? ¡¡Vamos ya!!” y nos abrazamos: “Gracias, hermanito. Sabes
que nunca te abandonaré. Recordaré siempre tus palabras antes de tomar una
decisión...”, le dije al oído. Luego les pedí a todos que saliéramos del lugar
abrazados y con una sonrisa. Más que nunca había que estar juntos para afrontar
esta dura situación ... Siempre dije que éste era un año clave para todos
nosotros, pero resultó ser mucho más difícil de lo que imaginaba ... Lo
afrontaré con todos y estando a la altura de las circunstancias ... por mí
antes que nada y por todos los que esperan lo mejor para mí ... No me tengo que
dejar estar, pero por sobre todo no los debo defraudar. Desde niña aprendí que
pesaba en mí una gran responsabilidad, y que debía convivir con ella para
lograr mis mayores sueños y logros ... Sólo así podré lograr triunfar, pero por
sobre todas las cosas, sólo así podré ser una persona feliz, una mujer plena y
satisfecha ... Ahora sí sé que nadie podrá detenerme ... Estoy a punto de
lograr el éxito mundial, estoy a punto de consumar mi viejo sueño de ser
diseñadora, estoy a punto de mudarme a una casa que sea el hogar definitivo con
Chris y en el que planifiquemos nuestro futuro como familia ... Sólo falta un
pasito, sólo un pasito más y todo lo deseado se habrá logrado ... Sé que mañana
mis sueños se habrán cumplido, sé que pronto mi nombre será recordado como
siempre he querido ... con Amor ... Y no pararé hasta ver realizado ese sueño
... Sólo falta un tiempito para ser una realidad ... Sólo un tiempito y seré la
mujer más dichosa de este mundo...
(Qué no
hubiera hecho para que te dieras cuenta, Selena ... Qué no hubiese hecho para
volver el tiempo atrás y entrar en tus sueños para avisarte, para advertirte,
para salvarte ... Qué no hubiese hecho para recordarte de otra manera, Selena
... Al menos hoy podré hacer que no se te olvide nunca, que se te recuerde
siempre ... con Amor ... Tal vez algún día Dios atienda mis ruegos y me permita
que tú vivas tu vida, aunque sea a costa mía, aunque tú te niegues a que yo
haga ese sacrificio, aunque desees con toda el Alma que el Señor te dé esa
nueva oportunidad...)
Si me
conoces, Selena, sabes que desde que te descubrí soy otra persona, una mejor
persona que se nutre a través de tu ejemplo y de tu Amor...
Por siempre
tuyo...
Sergio
Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
(Buenos Aires, Argentina)
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