Cuando vi a Selena Gómez en un comercial de un shampú me
dio gracia por la manera de hablar en español ... Tan malo como el de nuestra
Selena ... Y por mucho tiempo me quedé con eso hasta que recordé que Selena
también había hecho un comercial para otro shampú, y allí me volvió la misma
nostalgia y tristeza. Pues no sólo recordé el comercial que hiciera en 1994,
sino también las fotos pensadas para la campaña 1995 y las entrevistas que se le
hicieran al efecto. Recordé sus planes, lo que soñaba, sus próximas visitas por
Sudamérica, y hablar de Argentina, Paraguay y Bolivia como sus nuevos destinos.
También noté cómo había avanzado con su español y allí reparé en la injusticia
de mi primera apreciación … Selena se había esmerado muchísimo por aquella
época, y hablaba el español de manera fluida y entendible. No era esa mujer a
la que era mejor entrevistarla en inglés para ser comprendida. En poco tiempo
había estudiado lo suficiente como hacerse entender y expresarse, y si a veces
no le salía una palabra buscaba ayuda en el entrevistador o le decía la palabra
en inglés para continuar … Eran otros tiempos … Selena estaba convencida de que
no sólo con talento se llegaba. También con esfuerzo, con trabajo, con
dedicación, con ganas de hacer más que el resto y de demostrar que se podía con
todo con sólo proponérselo … A veces cuando uno ve a Selena hablar a sus 23,
casi 24 años, conmueve por sus sueños, por sus ideas, por su energía … Selena
no hablaba sólo del proyecto comercial del shampú que la patrocinaba. Tampoco
se limitaba a hablar de sus éxitos, o de la cantidad de discos que vendía o de
público que asistía a sus conciertos. Selena hablaba de su futuro disco en
inglés. Selena hablaba de su proyecto de toda la vida de ser diseñadora
plasmado en su cadena de boutiques “Selena Etc.”. Selena hablaba de viajar por
todo el mundo. Selena hablaba de su nueva casa con su esposo y un enorme jardín
lleno de animales. Selena hablaba de poner en práctica todo lo que pasaba por
su mente. Selena era un sueño y una realidad. No era sólo un producto de
marketing. Si acaso sólo hubiese sido eso, se hubiese limitado a hablar del
shampú en un mal español. Total, con eso le alcanzaba y le sobraba para
mantener su popularidad. Pero Selena no era así. Tenía otra sensibilidad.
También tenía otra historia, otro origen, otras vivencias. Posiblemente Selena
nunca se haya planteado como único y gran objetivo ser famosa, rica o artista
consagrada e influyente. Creo que Selena sólo quería ser feliz. Ser feliz
primero con sus diseños. Ser feliz cuando lograra la fama que le permitiera
cumplir sus sueños, y tener una vida más cómoda y sin tantas privaciones. Ser
feliz después con el Amor de su vida cuando lo encontró … Y más que nada ser
feliz con su Alma de niña inquieta que quería lograr todo lo que deseaba y que
no paraba hasta lograrlo. Más de una vez Chris habló del asombro que le
generaba las cosas que Selena hacía cotidianamente y en su libro muy
acertadamente lo explicaba al afirmar que ella había sido una mujer casi sin
niñez ni adolescencia normales que recién se permitió jugar aquellos juegos
postergados cuando la situación económica le permitió hacerlo. Tal vez por eso
en Selena era creíble cuando hablaba de luchar siempre por los sueños, de que
todo era posible, que era sólo cuestión de proponérselo. Porque la vida de
Selena era eso y la gente lo sabía. Muchos la habían visto actuar de pequeña y
en muchos pueblos de Texas era a la única artista a quien habían podido
disfrutar. Selena no estuvo quieta esperando que la escuchen y lograr así el
éxito. Selena lo fue a buscar a bordo de un bus, el “Big Bertha”, y fue de
pueblo en pueblo hasta encontrarlo. Muy pocos supieron lo que luchó Selena para
llegar a ser la mujer y artista que fue, pues muchos recién la conocieron
cuando se convirtió en una artista reconocida internacionalmente y que se
plasmó cuando en 1993 logró su primer Premios Lo Nuestro a la mejor cantante
regional méxico-americana. Luego vinieron los Grammy y tantos otros premios
reconocidos por lo que su carrera se hizo meteórica, pero aún así nadie dio
cuenta de la dimensión de su fama hasta que se dio aquel hecho nefasto del 31
de marzo de 1995 … Muchos de los que la conocían de esa última época, y que la
habían entrevistado más de una vez, no podían salir de su asombro cuando fueron
a cubrir el funeral y vieron una cantidad inimaginable de personas que se
movilizaban para despedirse de Selena … Gente de a pie, gente en autos, gente
en autobuses, gente proveniente de muchos pueblos de Texas y de otros Estados
que sentían la obligación moral de ir a estar al lado de aquella mujer que
consideraban su hija, su madre, su hermana, su tía … Gente que la habían visto
de pequeña cantando de pueblo en pueblo … Gente que la acompañó en cada
concierto cuando Selena apenas era una pequeña gran artista texana. Gente que
la vio crecer y la hizo exitosa. Cuando muchos empezaron a conocer a Selena por
sus grandes éxitos como “La Carcacha” o “Como la Flor” había multitudes que la
conocían de hacía muchos años. Cuando muchos vieron a Selena por televisión y
la consagraron como la “nueva promesa”, ella ya llevaba 7 años consecutivos
siendo galardonada como la mejor cantante texana y considerada la mayor
exponente artística del Estado de Texas. Para muchos Selena era una novedad.
Para otros una realidad de hacía mucho tiempo. Tal vez por eso hayamos visto
esa dicotomía que se daba entre 1994 y 1995 en el que en algunos lados Selena
tenía que hacerse conocer y en otros ya era un astro consagrado. Pero muchos
dieron cuenta de lo que Selena significaba lamentablemente cuando se dio su
despedida trágica. Allí comprendieron no sólo su popularidad, sino de lo que
significaba para tanta gente como artista y como persona. Tal vez por eso muchos
consideraron que Selena encarnaba el famoso “viejo sueño americano” ... Selena
había logrado lo que nadie. Que un latino después de tantos años de trabajo
honesto, responsable, y con una dedicación y deseos de superación, lograra
estar en lo más alto. Selena logró que todos hablaran de ella, hasta los que no
la conocían y no supieran lo que hacía. Selena logró que se advirtiera del
poder latino y de su fuerza e influencia. Pero todo eso Selena apenas pudo
verlo un poquito. Ella vio el principio, el inicio de todo. Selena apenas se
asomó a ese fenómeno, apenas vio el horizonte, pero casi no lo pudo vivir. Sus
sueños, sus objetivos, sus ideas, su trabajo, su esfuerzo fueron valorados en
toda su dimensión cuando se nos fue. El fruto de todo ello fue capitalizado por
otros artistas que le siguieron en el camino, desde Jennifer López que se
hiciera famosa precisamente por interpretar la película “Selena” en 1997 hasta
Selena Gómez. Ellas fueron beneficiarias de todo lo que había logrado Selena.
Selena inició el camino, el tramo más difícil, el que pocos pueden superar. A
ella se le debe todo. Lástima que ella no lo pudo disfrutar. Y más lamentable
aún, casi no pudo vivir con la intensidad que hubiese deseado y merecido…
Muchas veces me he preguntado, como tantos otros, qué
hubiese sido Selena hoy, qué camino hubiese trazado desde 1995. Recuerdo que
apenas un mes y medio antes del nefasto día Selena decía en “Padrísimo” que
ella era consciente del año importante que atravesaba la banda y de los
desafíos que debían afrontar. Nótese que Selena hablaba del grupo, no de ella
sola, aun cuando la compañía discográfica la había relanzado un año antes como
“Selena” en vez de “Selena y Los Dinos” … También veo aquellas fotos de la
campaña de Agree de 1995 que no llegaron a difundirse. Y si bien se ve muy
linda acaso no la puedo asociar con la Selena real, la Selena cotidiana, la
Selena artista … Tal vez se deba a que nunca la hemos visto así … Si no hubiese
sucedido aquel hecho nefasto nos hubiese resultado familiar … Pero también creo,
a la hora de imaginarme qué hubiese sido de Selena sin aquel triste 31 de marzo
de 1995, que hubiese tenido varias imágenes, varios destinos, varios paisajes,
varias rumbos. Muchos imaginaban a Selena convertida pronto en una cantante internacional
famosa luego de su disco en inglés. Otros imaginaban a Selena adoptando una
doble función de cantante en inglés y en español, y que para ello debía ampliar
su mercado y su destino para satisfacer tanto al público que la empezaba a
conocer como al que ya la conocía y que la esperaba hacía un tiempo por sus
últimos éxitos. Pero también había gente que se imaginaba rotando su rol de
cantante con su papel de diseñadora a medida que ampliaba su empresa “Selena
Etc.”. Para ella su boutique era su verdadero sueño, y para marzo de 1995 tenía
sus sucursales en Corpus Christi y San Antonio, y ya pensaba ampliarlos a
Monterrey y México DF. Selena no esperó a consagrarse internacionalmente para
lanzarse en el diseño, como tal vez hubiese querido su padre. Pero ya hemos
visto que Selena cuando estaba decidida a hacer algo lo hacía, como lo hizo
cuando decidió casarse a pesar de las objeciones del señor Quintanilla. Tal vez
ella quería llevar su vida por ese camino. O tal vez quería detenerse para
tener un hijo como tantas veces se ha dicho. Esas son las imágenes que proyecto
de Selena y que tal vez no se expresen en esas fotos de la campaña de Agree.
Nunca sabremos qué hubiese pasado con Selena, pero si nos podemos imaginar sus
infinitos caminos, no sólo por el potencial de Selena sino porque ella misma
fue dejando los tendales para ir transitándolos a su debido tiempo … Tal vez
eso sea lo más triste … Selena fue forjando su destino, fue trazando su camino,
fue determinando su futuro con todas las variables según lo que la misma Selena
había pensado para ella y su familia. No necesitaba de asesores. Cada uno, eso
sí, fue cumpliendo su papel para que Selena llegara a la cima. Su padre como
manager. José Behar en su difusión a través de la discográfica. Martín Gómez en
los diseños. Toda su familia en la banda. Pero Selena aprendió a manejarse sola
para armar su imagen, para perfeccionarse en el canto y en las actuaciones,
para manejarse con los medios y con su público, para perfeccionarse en áreas
que eran necesarias para seguir con su carrera, como fue aprender bien el
español. Todo lo que hacía Selena era el fiel reflejo de lo que era su vida.
Cuando uno la veía actuar daba cuenta de lo que había tenido que hacer para
llegar a ese lugar. A Selena nadie le dijo cómo tenía que encantar a su
público. Lo aprendió con su oficio y por necesidad. Para Selena cantar y actuar
era un trabajo como cualquier otro. Es algo que no es especulación o
pensamiento de uno. Es algo que la misma Selena se encargó de decir varias veces.
Selena era en el escenario como era en la vida. Se movía allí con la misma
naturalidad como lo hacía en cualquier ámbito en el que se encontrara. Y en
cada lugar que aparecía dejaba un halo que hacía que nadie no pudiera dejar de
observarla, como varias veces afirmó su hermano A.B. Pero no dejaba de ser
aquella chica que quería que su imagen fuera coincidente con lo que pensaba,
con lo que hacía, con lo que manifestaba … Ya por aquellos años parecía algo
extraño ... Ni hablar en estos tiempos en los que sólo importa triunfar con lo
que sea y con tratar de llegar al público con actitudes que, según amplios
sondeos, son las apropiadas para ser aceptadas por el “gran público”. Selena
llegó a actuar en la novela “Dos mujeres. Un camino”, pero a la hora de evaluar
su actuación ella consideraba que antes que seguir actuando debía
perfeccionarse porque no estaba habituada a esa manera de trabajar. Además
sostenía que no podía aceptar, ni en esa novela ni en ninguna otra, hacer un
papel que no fuera coincidente con su forma de ser. Sostenía que no podía dar
una imagen equivocada de su persona. Que aquello que mostrara debía ser el fiel
reflejo de su persona. En estos tiempos en lo que único que importa es
mostrarse, y en el que está hasta pautado aparecer en una red social como
excéntrico o raro, pues es una de las tantas formas de llegar a la fama, lo que
pensaba Selena parecía romántico, ingenuo, antiguo. Conducta, ejemplo,
autenticidad, valores, verdad, bondad, honestidad, diríamos muchos. Por eso
creo que a Selena se la sigue extrañando tanto. Porque tanto en aquella época
como en la actualidad Selena reflejaba el triunfo de alguien como cualquiera,
de un trabajador como tantos otros, de un ser humano simple y con principios,
que llegaba a lo máximo tal cual era y con medios nobles, con trabajo, talento,
esmero, superación. Selena era un sueño hecho realidad, una comunidad en busca
de la reivindicación, el triunfo de los más humildes, de los postergados, un
horizonte, una esperanza, un ideal, un camino en el cual todos transitarían en
el convencimiento de que todo se lograría, que nada sería imposible, que todo
se podía lograr … un camino infinito en el que nada ni nadie podría detener el
andar de tantas personas encolumnadas en un mismo ideal detrás de aquella mujer
que sólo quería ser feliz haciendo lo que más deseaba con una sonrisa…
Pero todo se derrumbó … De forma inexplicable … Y nadie
lo ha podido superar. A.B. es el que más expresa ese dolor, aun cuando siguió
con su vida. Para él era la muerte de su hermana. Y para él y para todos el fin
de un sueño. El fin de llegar por los medios que se habían propuesto. El
empezar a vivir como se pueda, de seguir adelante sin poder evitar mirar atrás.
El tratar de tener a Selena en el corazón, en el pensamiento y en las actitudes
en el medio de un mundo que la dejó irse…
Tal vez por eso tratamos de recordar a Selena. Tal vez
porque seguimos sintiendo tanto dolor cuando vemos algunas imágenes, cuando
escuchamos sus canciones, cuando vemos ese mundo con Selena. Tal vez la
recordamos para que el mundo sepa que alguna vez hubo alguien que nos marcó el
camino de la felicidad, del éxito, de la convicción, de la fuerza, del talento,
de la honestidad. Y que no debemos olvidarnos de ella para seguir por ese
camino aunque tal vez nunca lleguemos a ver el fruto de nuestro esfuerzo.
Recordarla para mantener un camino, un ideal. Recordarla para mantenerla viva.
Recordarla para mantenernos vivos. Recordarla para intentar volver a ese mundo
en el que éramos tan felices…
Por eso te recuerdo, Selena. Para que nunca nos sintamos
solos…
Te quiere y extraña mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
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