Esperando, sólo esperando ser felices, Selena...

A través de
los años y de nuestras vidas nos han enseñado que sólo importan los exitosos,
los que han ganado, aquellos que lograron sus metas, aquellos que lograron
todo, aquellos que han llegado a todo el mundo, aquellos que han tenido
millones y millones de fans, aquellos que llegaron a Hollywood, aquellos cuyo
nombre es reconocido en todos los países, en todas las lenguas, en todas las
etnias... Lo mismo que en ámbitos más modestos sólo importan los que logran
tener los puestos más importantes, los que deciden, los que ganaron la carrera
para mandar, dar órdenes, estar allí en los lugares de poder… Y sentirse recién
allí exitosos…
En estos
tiempos nos han hecho creer, Selena, que lo más importante es tener todo, no se
sabe qué, pero tenerlo todo y de cualquier modo. No importan los medios sino
los objetivos. No importa cómo lograr el éxito. Lo importante es tenerlo y a
cualquier costo, de cualquier manera. Verse, mostrarse, sentirse importante con
las “vistas” y “los “me gusta”. Así, muchos harán lo que sea para lograr estar
en la televisión, en el cine, en los medios, en los eventos, en todas las
plataformas digitales. Lo importante es ser esa figura a la cual todos adorarán
porque “están allí”. Y una vez que lo logran, ya no importa lo que dicen ni lo
que hacen. Seguramente tendrán millones de fanáticos que gritarán por ellos,
que querrán saber de ellos. Y gritarán y correrán de un lado a otro para
encontrar algún sentido a sus vidas, algo que les dé una alegría que excede a
sus propias necesidades...
Muchas veces,
ante tu ausencia, Selena, busqué entre tantos artistas que convocan millones si
acaso tienen algo de ti. Me pregunté si acaso podía borrar la tristeza de mi
rostro, dejar de sentir el dolor de tu ausencia, si pudiera ver en alguien ese
ángel, esa entrega, esa virtud, esa interpretación que sólo sabías dar tú, que
nacía desde el Alma, que se expresaba con pasión, con sentimientos, con los
sueños puestos en el escenario, con la necesidad manifestada desde que tú eras
muy pequeña, en la que la mayor prioridad era tener un plato de comida en la
mesa ... Esa necesidad, esos sueños, esos anhelos que se tenían que postergar
por mucho tiempo, casi hasta que empezaras a cosechar tus primeros aplausos,
cuando tuvieras tus primeros admiradores...
Y me di
cuenta de que es imposible que se pueda encontrar a alguien como tú, Selena.
Muchos a muy corta edad podrán lograr casi sin esfuerzo, aplicando recetas de
éxito ya probadas, con caras lindas y perfectas, con una sonrisa igual para
cualquier ocasión con un mensaje idéntico para cada fan sin ninguna
personalización, y con una buena difusión de algún importante medio de
comunicación, la cima, la fama y el dinero. También podrán encontrarse admiradores
en todo el mundo, millones y millones de gente gritando por ellos sin saber por
qué, acaso sin siquiera sabiendo para qué, acaso sin pensar qué es lo que están
viendo, están escuchando, están admirando...
Estamos en un
tiempo, Selena, en el que la inmediatez hace que la gente quiera ver todo en
pocos minutos. Estamos en un tiempo en el que se necesita que el video sea lo
más cortito y efectivo para ser celebrado. Queremos entrar rápidamente en ese
mundo artificial impuesto y sentir algo que nos dé una alegría fugaz. No queremos
preguntas, sólo respuestas. Queremos saciar nuestra sed sin gozar de lo que
estamos probando. Aunque muchas veces me pregunto si esto es lo que realmente
queremos o sólo estamos aceptando el mundo tal cual es sin preguntarnos si esto
es lo que deseamos o sin mirarnos a nosotros mismos para saber qué haríamos en
lugar de lo impuesto…
Ahora creo
entender, Selena, el fastidio que tenía John Lennon en aquella primera época de
The Beatles. Un John Lennon que tendría la misma suerte que tú, Selena, acaso
porque era como tú diferente, impredecible, tremendamente talentoso, que tenía
un carisma que excedía sus propias virtudes como cantante y como artista. Que
no se conformaba con lo logrado, o que se suponía que había obtenido, y que a
él no lo conformaba ... John Lennon decía que no podía disfrutar lo que hacía
porque todos gritaban sin siquiera oírlos, sin siquiera apreciarlos, sin
siquiera haberlos visto. Y por más que tuviera dinero, fama y amores, se sentía
vacío. Sentía que sus metas no se habían logrado...
Hoy busco a
alguien que me transmita lo mismo que tú, Selena, y sólo escucho y veo el mismo
mensaje de siempre. Y nada de eso me emociona, nada de eso me alcanza. La
felicidad de todo lo que me transmite cualquier medio de comunicación no me
llega a mí. Siento que me falta algo, que aquello no me satisface. Tal vez
porque ello es superficial, no es espontáneo. Simplemente no es real, no es
sincero. No surge de la necesidad de cantar, de expresarse, de sentir, de ser
felices con lo que se tiene, con tener la ilusión de que con trabajo, esfuerzo
y dedicación todo se logra. Que con esos valores nada nos detendrá. Que con eso
no tendremos que gritar ni ponernos felices por ver una imagen, por ver una
sonrisa repetida por miles en todo el mundo. No seremos felices por sentirnos haber
satisfecho la misma necesidad. Simplemente seremos felices por lo que tenemos,
por lo que somos, por lo que sentimos...
Y siento que
no podré hallar a alguien como tú, Selena ... Nunca encontraré aquella niña que
ponía todo su corazón para cantar, que entendía que cada persona era eso, una
persona a la que había que respetar y a la que había que dar todo de sí para
hacerla sentir feliz. Que cada palabra dicha en tu canto, aunque no fuera
expresada en tu idioma original, debía ser dicha con su real significado, ese
que sentía la gente. Que cada palabra debía ser dicha con pasión, que debía
representar lo que cada uno del público sentía todos los días, cada hora, cada
minuto. Y para eso había que sentir lo mismo que ellos, padecer lo mismo que
ellos, soñar como todos ellos. Y tú, Selena, no sólo lo sentías ... Con tu
dulce voz expresaste como nadie lo que cada hombre, lo que cada mujer sentía. Y
por eso todos comenzaron a quererte. Porque tú les expresabas su sentir. Y
paradójicamente les hablabas en su mismo idioma...
Me pregunto,
Selena, si acaso algunos hoy en día harían tu mismo recorrido. Si acaso harían
tu mismo sacrificio. Si acaso tendrían esa misma sonrisa que exhiben
congeladamente por Internet si tuvieran que vivir en un micro todos los días
para ir de pueblo en pueblo para cantarle a la gente, para alegrarles la vida
después de muchas jornadas de sacrificios y frustraciones, eso mismo que tú
sentiste, Selena, en toda tu infancia, en toda tu adolescencia, en toda tu
corta vida. Me pregunto si serían capaces de tener un contacto cara a cara con
esa gente, de alegrarse con lo que ellos se alegraban, de disfrutar de tener
una conversación con ellos, de tener la mejor predisposición para escucharlos,
de darles todo su tiempo para hacerlos sentir a ellos tan protagonistas como
los "famosos". Me pregunto, Selena, si acaso podían ser como tú. Si
podían darle un autógrafo a cada uno, de preguntarles por sus vidas, por
elogiarles su vestimenta, de compartir las alegrías y las tristezas. Me
pregunto, Selena, si alguien puede ser como tú...
Busco y busco
hoy en día, Selena, si alguien está dispuesto a dar todo de sí, si alguien está
dispuesto a ser diferente, a no conformarse con ser más de lo mismo, con no
conformarse con ser famoso a cualquier precio. En definitiva, si alguien quiere
sacrificarse por ser alguien en la vida, por tener un nombre, por jugarse por
un ideal, por un sueño, por una meta. Me pregunto si hoy en día alguien quiere
seguir tus principios, Selena. Me pregunto y busco hoy en día si hay alguien
que no se conforme sólo con tener una buena figura y usufructuar con ella. Me
pregunto si hay alguien como tú que, en pleno ascenso en su carrera, diga que
no quiere que la vean como una figura sexy, que desea que la quieran por lo que
expresa en el escenario, en la vida. Me pregunto si hay alguien que tenga
valores, que sea coherente entre lo que dice y lo que hace. Me pregunto si
alguien quiere saber que el camino al éxito tiene un límite ético, que la fama
también genera obligaciones y que el camino que uno ha hecho para lograrlo
tiene que ser un ejemplo para los demás, o bien prefieren aceptar
resignadamente que ese camino es algo vergonzoso pero aceptado por este mundo
del vale todo, en el que el fin justifica los medios...
En este mundo
en el que los grandes ideales son apenas palabras que son frases hechas que
nadie cumple en la práctica, me pregunto quién está dispuesto a defender los
derechos de los niños, de la mujer y de la vida como lo has hecho tú, Selena.
Hasta dónde llegarían con su compromiso, hasta dónde estarían dispuestos a
llegar, más allá de las declaraciones políticamente correctas. ¿Lo harían como
tú, comprometiéndose en la participación de programas de inserción de los niños
a escuela, visitando cada colegio personalmente y ofreciéndoles un concierto
sólo para ellos? ¿Estarían dispuestos a dar una charla formal e informal con
cada medio periodístico para hablar de los planes personales, artísticos y
sociales? ¿Estarían dispuestos a poner su cara como apoyo para la defensa de
los derechos de la mujer en cada ámbito, en cada lugar, y para que se denuncien
abusos y excesos? ¿Estarían dispuestos a postergar su fama para abrigar todas
esas causas? ¿Querrían ser un ejemplo para los demás? ¿O simplemente ser una
imagen para vender, una imagen para adorar? ¿Estarían dispuestos a expresar
ideales como tú, Selena, para que las grandes marcas, las grandes empresas,
apoyen tus iniciativas, o aceptarían mansamente cumplir el rol que les imponen
éstas para ser lo "correcto", lo previsible, lo impersonal, el
mensaje sin contenido, sin compromiso, sin alma?
Me pregunto
si en un mundo tan elitista como el de ahora tendrían tantos planes, tantos
sueños, tantas ganas de arriesgar. Yo recuerdo que muy pocos comprendían el que
quisieras cumplir tu sueño de ser diseñadora y crear “Selena Etc.” antes que
ser exitosa como cantante y famosa en todo el mundo como artista ... Hoy hasta
un chico de 15 años aceptaría mansamente lo dado en la vida. Y el que llega al
éxito repetiría la fórmula hasta el cansancio y no haría más de lo que le
indicarían sus innumerables managers, consejeros, gerentes, canales de
televisión, multimedios, multinacionales, plataformas digitales. No se
plantearían nada nuevo, no pondrían en marcha sus sueños de niño. Sólo se
limitarían a cumplir lo que se les ha impuesto sin hacer correr su imaginación.
En cambio tú, Selena, tu increíble éxito en el mercado hispano, tus conciertos
multitudinarios en México y Estados Unidos, apenas eran para ti un paso más en
tu vida. Un paso que te abría el camino a la siguiente escala de tu carrera
profesional: tu disco en inglés, aquel que le prometiste a tu público en el
concierto de San Antonio en 1991 luego de cantar brillantemente y con tanta
emoción "Where did the feeling go?", y tus presentaciones en toda
América latina. Tenías la resistencia de Emi Central para seguir tu carrera en
inglés. Ellos querían que te limitaras a usufructuar tu éxito en español, lo
cual era lógico en un punto. Ese éxito te llevaba a otros mercados que con el
mismo éxito facilitaría tu carrera internacional. Ante esta situación, le
planteaste el sueño, que era de tu padre en realidad, a José Behar, presidente
de Emi Latin, y le insististe sobre tu objetivo. Muchos te preguntaron si acaso
eso era un capricho. Y tú dijiste, con la franqueza de siempre, que sí. Que era
el sueño de muchos años y que no había que desaprovechar el momento. Y cuando
se te decía si no era arriesgado poner en juego tu fama, tú les decías que más
importante era lo que se habían propuesto, que encima costaría el doble de
trabajo pues debían hacerlo paralelamente a su continuación con el proyecto en
español. Nada te habían regalado, Selena, y encima tu apuesta te llevaría el
doble de sacrificio. Porque tú llevaste la carga de los sueños de todos desde
el mismo momento en que fuiste la cara visible de “Selena y Los Dinos”. Los de Emi
Central cedieron y le dijeron a José Behar que siguieras adelante con ese sueño,
pero que tú te hicieras cargo de tu suerte. Y tú, Selena, lejos de ser una
artista dócil que estaba dispuesta a no permitirse soñar, seguiste adelante con
tu proyecto y lo anunciaste a cuanta persona quisiera escucharte...
Me pregunto
si hoy en día alguien es tan profesional como tú para decidir qué hacer con tu
vida, cómo hacerlo, para qué. Me pregunto si algunos dirían a los 23, casi 24
años, en pleno éxito artístico, que pensarían en armar personalmente otro
proyecto ambicioso, como tú con tu cadena de boutiques y de diseño. Si en vez
de quedarse sentados en un gran sillón disfrutando de sus éxitos pensarían en
cuáles son sus sueños de toda la vida, qué era lo que los ponían felices y
pondrían esos sueños en marcha a base de ideas, de ganas, de entusiasmo. Me
pregunto si en un mundo en el que parece todo hecho, prefabricado, impuesto,
uno va a poner tanta energía en hacer algo nuevo, innovador, hecho con amor
propio, con ganas de progresar, de hacer cosas nuevas, de dejar grabado su
nombre para siempre en su vida. En un mundo en el que el mayor esfuerzo es
mover la mano y prender una computadora o encender un celular para que se le
abran los sueños, para alegrar sus vidas, para que se le dibuje una sonrisa en
el rostro ante la aparición de algo que les satisface, ¿cuántos tienen ganas de
ir más allá, de cumplir sus sueños por iniciativa propia sin esperar que otros
se las cumplan por ellos, sin esperar que otros les generen las ganas, las
expectativas, los sueños, la vida? ¿Cuántos están dispuestos a ser forjadores
de sus vidas, forjadores de su felicidad?
E
insólitamente, en un mundo tan avanzado tecnológicamente, en el que hay
respuesta para todo, en el que parece que todo se sabe, que todo está
controlado, te miran a ti, observan tu absurda suerte, y sacando a relucir sus
miedos más primarios y teniendo en cuenta que para ellos sólo cuenta el éxito,
el triunfo, la meta, piensan absurdamente que tu camino no conviene, que no
traen buenos augurios, que es inviable. Cruzan sus dedos y se preguntan por qué
no te conformaste, por qué no disfrutaste tus 10 minutos de fama, por qué no te
hiciste asesorar con los que saben lo que es el "negocio". Te
endilgan por qué no fuiste más práctica, por qué seguiste tus sueños.
"¿Acaso no supo que el sueño terminó?", se preguntaron parafraseando
paradójicamente a John Lennon, pero no siguiendo sus pasos precisamente, ni los
tuyos, sino ojeando secretamente los dichos hipócritas de esa persona que te
quitó cobardemente por la espalda todo lo que ella nunca obtendría en siglos...
Y cuando
observo ese mensaje impiadoso, cuando me muestran esa realidad, cuando veo esa
felicidad prefabricada, falsa, de plástico, como modelo a seguir, y muchos te
muestran a ti con la triste realidad de tu suerte, con imágenes espantosas para
demostrarnos cuánto se puede lastimar a alguien, cuánto se puede ultrajar, qué
les pasa a aquellos que se permiten soñar y ser diferentes, qué es lo
aconsejable, a quiénes hay que escuchar, cuando le siguen dando espacio a esa
persona para decir tantas barbaridades y que huiría espantada si te viera
nuevamente sin siquiera atreverse a mirarte a la cara, yo rescato tu figura, yo
sigo tus ideales. No me importa si no pertenezco al elenco de los
"exitosos". No me importa seguir el sueño de los otros. Sólo quiero
seguir lo que me dicta el corazón, sólo quiero expresar el sentimiento de una
persona que con su canto, su arte y su mensaje de vida marcó mi corazón para
siempre. Tal vez no hayas llegado a la cima mundial, tal vez para muchos no
hayas logrado el "éxito mundial", tal vez no hayas disfrutado las
mieles de la adoración de todo el mundo, tal vez para muchos tu verdadero éxito
no lo has visto. Pero date por seguro, Selena, que llegaste al corazón de
todos. Y ese es el verdadero éxito, el que no se puede comprar con todo el oro
del mundo, esos que pocos logran, esos que pocos pueden conquistar...
Por eso estoy
aquí, Selena, para recordarlo todos los días, como el mejor modo de tributarte
y de seguir tu camino…
Te quiere mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)
Esas palabras que llevo en mi corazón, Selena...

Sé Selena que hay muchas formas de recordarte, de
tributarte. Estás en cada ámbito de mi vida y ese es motivo suficiente para que
en cada acto se reflejen mis más puros sentimientos hacia ti...
Sé también que muchos de los que te queremos tanto no
ahorrarán palabras y muestras de gratitud por todo lo que has hecho por
nosotros. En cada recordatorio estará expresado tanto cariño hacia alguien que
generó tanto Amor...
Pero todos necesitamos ese lugar de intimidad, ese lugar
en el que podamos estar contigo, sólo contigo, para poder decirte todo lo que
significas para nosotros, todo lo que sienten nuestros corazones, la necesidad
de manifestarte personalmente nuestros más puros sentimientos, lo que nos
dejaste y expresarte con toda el Alma nuestras más puras muestras de cariño
hacia ti.
Y para mí, ese lugar es el gravesite. Como verás Selena,
mi propio dolor me impide decirlo en mi propio idioma. Prefiero llamarlo así,
porque dicho lugar significa para mí morada, ese lugar en el que tú descansas y
en el que estás siempre presente, ese lugar en el que está expresado nuestro
Amor y también nuestro dolor...
Puedo estar muchos años, toda mi vida, escribiéndote,
recordándote. Puedo estar noches enteras viéndote, escuchándote y admirándote.
Puedo no dormir en mi recuerdo hacia ti. Pero aún así no estaré satisfecho.
Pues no descansaré en paz hasta poder estar contigo en el gravesite para
expresarte todo lo que mi corazón tiene guardado para decirte, todo lo que te
quiero manifestar. Es como si mañana tuviera la oportunidad de verte. Creo que
recién allí podría decirte lo que siento por ti. Recién allí podría realmente
mostrarte en lo que me he convertido gracias a tu canto, a tu carisma, a tu
personalidad, a ese Amor que transmitiste y que no olvidaremos jamás...
Y así como alguna vez dije que si me encontrara contigo
sólo tendería a abrazarte sin poder decirte nada, y sólo expresaría mi dolor y
mi sentir en forma de lágrimas, el tener la posibilidad de ir a tu morada haría
descubrirme para dejarte todos mis sentimientos. Para no guardarme nada. Para
dedicarte mi persona en toda su dimensión por tu recuerdo. Para demostrarte que
te tengo en mi corazón...
Sueño, deseo, ruego a Dios poder ir a Corpus Christi para
encontrarme contigo en el gravesite para poder decirte todo lo que siento por
ti... Me gustaría estar cerca de tu lugar para primero sentir que estás allí,
abrir y cerrar mi palma de la mano, y agitarla a uno y otro lado imitando tu
saludo al público en concierto, y decirte no sin antes llorar, llorar por todas
las veces que lloré por ti, lo que hace tiempo tenía tantas ganas de decirte...
Selena. Estoy aquí, estoy aquí para decirte que te
quiero. Vengo de un lugar muy lejano, de Argentina. ¿Recuerdas Selena que
dijiste que ibas a venir? Debo confesarte que muy a mi pesar te conocí por tu
triste noticia años después y te juro que desde ese mismo momento una gran
angustia se apoderó de mí, pues aunque no sabía quién eras, el solo hecho de
saber lo que te había pasado, de lo que te habían hecho, fue algo que siempre
me generó mucha tristeza. Desde ese mismo momento sentí que había perdido algo
aunque no supiera lo que representaras, y ni siquiera supiera quién y cómo
eras. No sé por qué, pero ya sentía algo por ti aun cuando no tuviera
recuerdos, no tuviera una visualización de tu figura, no pudiera reconocer tu
voz. Y aun sin conocerte deseaba en aquel momento que al menos pudiera ver que
dabas conciertos en Buenos Aires, aunque me preguntara con incredulidad quién
eras, me preguntara por qué eras un éxito. Al menos eso me daba la seguridad de
que estabas entre nosotros. Eso me generaría una tranquilidad aunque no te
conociera. Prefería eso que vivir esta triste y densa realidad de tu ausencia,
una ausencia que no puede cubrirse con nada ni con nadie...
Selena. Tú robaste mi corazón. Lo robaste desde el mismo
momento en el que te vi actuar por primera vez en aquel inolvidable concierto
en el Houston Astrodome en 1995. Había visto la película que se hizo en tu
recuerdo, había leído mucho de ti. Hasta había visto algunos videos, pero nada
se compara con la sensación que me dejaste al verte en esa entrada triunfal, en
ese saludo y en esa actuación que tuvo un inicio digno de una artista única e
irrepetible. Tu voz, tus movimientos, tu carisma, tu personalidad, tu talento,
tus miradas, tu energía, tu ir a uno y otro lado del escenario me subyugaron.
Nunca vi a alguien como tú, Selena ... Hasta conocerte a ti mi música había
sido el rock, y sólo escuché y vi artistas de ese estilo musical. Había
escuchado a otros artistas de otros estilos y nadie me llamó mucho la atención
... hasta que te vi a ti. Desde allí todo fue distinto para mí. Mi vida comenzó
a estar dedicada a ti. Cuando vi lo que eras como artista, cuando vi lo que
eras como persona, supe que lo menos que podía hacer por ti era recordarte, que
la gente que no te conoce sepa de ti, que vea lo que eras y que experimente lo
mismo que he sentido yo...
Selena. Haría lo indecible por tenerte aquí. Muchas veces
desee poder tener la posibilidad de volver el tiempo atrás para evitar la
locura que se ha hecho contigo. Que imaginé una y otra situación. Que pensé en
mil posibilidades. No importa si son vanas. No importa si son imposibles. Yo no
me resigno a verte nuevamente entre nosotros. Cada vez que te veo en un
concierto, en una entrevista, en un video, en cada aparición tuya que me genera
sonrisa, alegría, admiración, una mueca de incredulidad, dolor y desazón se
apodera de mí. Y el dolor es inmenso. Es ahí cuando me digo y te digo Selena
que no me resignaré a verte feliz, a verte viviendo tu vida, a que puedas gozar
de aquello que tantos sacrificios te ha dado. Que me gustaría tener la
oportunidad de tener en mis manos tu destino ... sólo para ofrecértelo, sólo
para que esté en función de cambiar tu destino. Sería capaz de hacer lo que
sea, de hacer cualquier sacrificio ... Varias veces me imaginé tener que hacer
un papel desagradable para ti, tener que hacer algo en el cual te enojaras
conmigo, pero que eso te permitiera vivir hoy. No me importaba si quedaba mal
contigo, pues el solo hecho de verte feliz me alegraría sobremanera. Tampoco
dudaría en intervenir en ese fatídico acto perpetrado por esa infame el 31 de
marzo de 1995. Todo sea por ti Selena, todo sea por tu vida que merecía ser
vivida…
Las cosas de la vida, Selena… Quién iba a decir hace unos
años que iba a estar aquí tributándote, que por estas cosas del destino yo iba
a estar aquí recordándote, llorándote, buscándote. Muchas veces pensé que por
aquella desgracia yo estoy aquí. Muchas veces me dije que si tal vez esto no
hubiese pasado yo apenas sabría de tu existencia, que tal vez sólo me llamaría
la atención tu fama y me preguntaría por qué. Pero ahora sabiendo lo que eras,
seguramente me hubiese llamado la atención tu figura, tu voz, tu talento y tu
don de gente. No hubiese podido ser indiferente ante tu figura, esa figura a la
cual era inevitable mirar, era inevitable reverenciar, era inevitable sonreír.
Y sabiendo eso, lamento profundamente no poder experimentar esa sensación, de
esa realidad en la que todos hoy invocarían tu nombre y te admirarían...
Selena. Yo te vine a decir que te quedes tranquila. Sé
que te has ido de este mundo con una horrible sensación, una sensación que yo
también siento. Porque lo que te hicieron a ti también me lo hicieron a mí. Yo
también voy por este mundo con la sensación de que todo está perdido, que ese
ideal que tú transformaste en acción quedó en un sueño, en una quimera... Que ser bueno, talentoso, honesto,
responsable, genuino no sirve en este mundo. Que es un sueño, pura ilusión…
Pero trato de sacar fuerzas, las mismas fuerzas que sacaste tú para correr
hasta el lobby del Days Inn y no quedar en manos de esa insensata, de esa
pérfida. Y te puedo asegurar que yo haré lo que sea para tu obra no quede como
algo que se ha hecho en vano. Yo haré lo indecible para que todo lo que has
hecho quede grabado, tallado en piedra, marcado en nuestras Almas. Te
demostraré en cada escrito, en cada acto de mi vida, en cada tema que vea y
escuche, en cada difusión que se haga de tu obra en todos los ámbitos en los
que me mueva que lo tuyo ha tenido sentido, que caló hondo en nuestros
corazones, y que somos miles y miles de personas que te recordamos en todo el
mundo, que todos los días nos dedicamos a tributarte, que ponemos nuestros más
puros sentimientos para mantenerte viva, que no nos resignamos ante la dura
realidad y el paso del tiempo, que nos hemos propuesto continuar tu legado de
Amor, que jamás te dejaremos con tu miedo de que no eres querida o de que se
han olvidado de ti. Que estamos aquí Selena en todas partes del mundo
demostrando que eras la mejor, una artista y persona única e irrepetible, y que
nadie podrá emularte...
Selena. Yo sólo estoy aquí por ti. Estoy aquí para que no
te sientas sola, para que no te sientas vacía. Que yo, como tantos otros, he
decidido acompañarte y hasta mis últimos días dedicarme sólo a ti. Estoy aquí
para quererte, para darte todos los tributos que sean necesarios, para
cumplirte tus sueños, para que lo imposible sea posible. Que ninguna excusa hay
para abandonar aquello que tanto significa para ti. Que lucharé para que toda
tu obra se conozca, para que tus sueños de diseñadora se cumplan, para que seas
una mujer feliz habiendo logrado todo como artista y como persona. Que haría lo
indecible para que tengas tu casa, tu familia, tus animales, tu boutique, tus
discos, tus videos, todo a disposición tuya y de tu gente. Quiero que tu nombre
siga figurando en todo el mundo como si aún estuvieras aquí. Quiero que te
sientas orgullosa de ti, de la gente que siempre te ha querido, de tus fans, de
todo lo que has generado. Quiero devolverte algo de todo lo que tú diste en tan
sólo 23, casi 24 años. Que diste demasiado Amor y ese Amor debe ser
correspondido ... Y no me resigno a verte feliz, a que todo lo que has anhelado
lo puedas ver y disfrutar. Que no me voy a quedar con la sensación de
resignación, de ver que todo se ha terminado cuando apenas asomabas tu cabeza
en este mundo injusto. Que tú mereces la vida que te propusiste y aquí estamos
para cumplirte tu dorado anhelo...
Selena. Estoy aquí porque quiero que en tu recuerdo se
rescate que tú eres la única protagonista de tu historia… Y paradójicamente la
única víctima... Pues en el recuerdo a ti, tú, Selena, estás por encima de
todos y de todo. Que todo hecho, gesto, actitud, sacrificio, dedicación debe
ser puesto en función de la exaltación de tu figura, de tu vida y de tu obra.
Porque todos comprendemos que eres tú la que no tiene voz, eres tú la máxima
figura, eres tú la que necesita a gente que defienda tu obra, que exalte tus
virtudes. Y es entonces que todos nosotros, la familia, los admiradores, los
artistas que han trabajado contigo, los músicos, los medios, todos deben
contribuir a la exaltación de tu vida. Todos debemos erigirnos y ser portadores
de tu voz, de tu posición frente a las cosas, a la vida. Tenemos que
representarte por lo que fuiste y ser meros instrumentos para tu recuerdo, y
para eso debemos ir tras de ti en ese camino sin estar nunca por delante ni ser
nosotros las figuras. En el recuerdo a ti la única figura eres tú, Selena...
Por suerte puedo decir que esto se está cumpliendo, que se te recuerda como
artista y como persona, que llegaste a lo más alto siendo tú misma, con tus
aciertos, con tus errores, con tus virtudes, con tus miedos… Y que no hay
necesidad de exaltar tu figura como mito, como leyenda… O sólo por tu música…
Que hay que recordarte como una chica que fue por su sueño, como una gran mujer
que sólo quería ser feliz, como una artista única e irrepetible que dio todo
para ser amada… Y lo ha logrado…
Quiero decirte Selena que el Amor hacia ti no tiene
dimensión, no tiene límite. Va más allá de nuestras vidas y de nuestros propios
sentimientos. Nosotros podemos armar nuestras vidas, nuestras familias, amar y
ser amados, pero eso no quita que no te llevemos contigo, que no tengamos
siempre un lugarcito en el corazón reservado sólo para ti. Tal vez nuestro
entorno no lo entienda, pero si acaso supiera o entendiera todo lo que eres
para todos nosotros lo aceptarían sin más. Tal vez, Selena, aún recuerdes aquel
admirador que fue a verte el 26 de febrero de 1995 en el Houston Astrodome. ¿Lo
recuerdas? Era un admirador tuyo de Los Ángeles que se había ganado unos boletos
para verte en un concurso que había organizado el programa Onda Max. Pero lo
curioso es que él no había mandado la carta para participar en el concurso...
Lo había hecho su esposa. Ella, sabiendo cuánto te quería, no dudó un instante
en hacerlo participar y hacerlo acreedor de la posibilidad de verte. Y así lo
logró. Esa persona entendió que si quería a su ser amado también debía verlo
feliz estando contigo… Porque el que te quiere no puede abandonarte, no puede
dejar de expresarte su cariño, no puede dejar de quererte con toda el Alma...
Selena. Perdóname si a veces me expreso con tristeza,
pero mi dolor me impide hablarte con la dicha con la que querría expresarme. Es
que por más que tratemos de recordarte con alegría, por más que gocemos cuando
te vemos actuar, por más que nos riamos con tus ocurrencias, por más que nos
contagies con tus ganas de vivir, por más que sintamos orgullo de ser tus
admiradores, por tu ejemplo de vida, de trabajo, de sinceridad y de honradez,
no podemos, Selena, no podemos en cada recuerdo olvidarnos del nefasto 31 de
marzo de 1995. No podemos. No podemos aceptarlo. No podemos asumirlo. No
podemos resignarnos a volver a verte. Yo no puedo resignarme a no ver tu
promocionado concierto en Los Ángeles, yo no me resigno a ver un concierto en
el que presentes "Dreaming of you" y "I could fall in
love". Yo no me resigno a volver a ver interpretaciones como las de
"Where did the feeling go?" de San Antonio 1991, la de "Missing
my baby" en Corpus Christi de 1993, la de "Como la Flor" en
Festival Acapulco 1994, la de "No debes jugar" en el Far West Rodeo
1994, la de “¿Qué creías?” en Odessa 1994 o la de "Si una vez" en el
Houston Astrodome 1995. No me resigno de volver a verte tan linda cantando
"Si una vez" en el programa "Un nuevo día" en noviembre de
1994, de "Fotos y recuerdos" en "Padrísimo" en marzo de
1995, o rememorar tu concierto en el programa "En vivo", de Ricardo
Rocha, en noviembre de 1994. No me resigno. Pero lo resignaría si todo eso lo
pudiera abandonar a cambio de algo mucho más importante ... Que me den la
seguridad de que puedas ser feliz viviendo tu vida, esa vida que tú sí la
sabías vivir: la de vivir cada día como si fuera el último. Esa vida que la
vivías con toda intensidad, con toda pasión, esa vida que tanto merecías vivir,
esa vida a la que estaría dispuesto a dar todo para que tuvieras una segunda
oportunidad...
Antes te dije, Selena, que tú robaste mi corazón. Y no es
así. En realidad, yo te lo ofrecí en cuanto te vi. Y vine hasta aquí para
verificar que lo tengas... Y para decirte que puedes quedarte con él, pues
contigo sé que está en buenas manos...
Te doy un besito con mi mano, alzo mi brazo imitando tu
saludo personal a tus fans y cierro mi mano tocándome mi mejilla en señal de
recibir tu beso. Y me despido poniendo mi mano en mi corazón y te digo:
"Hasta pronto, Selena, cuídate muchísimo y nos veremos muy pronto".
Sé que será así. El poder de tu Amor lo logrará…
Te quiere mucho…
Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)