Baila conmigo...

31 de julio de 2014


Sólo se trata de un sueño, Selena...


Pablo se levantó sobresaltado de la cama. Había tenido una pesadilla terrible ... No podía salir de su angustia y corrió al televisor para corroborar si era cierto, si realmente era verdad lo que le había sucedido a Selena ... Lo tenía todo claro ... Lo había visto todo ... Ese crimen ... Esa gente llorando ... Esa angustia ... Ese dolor ... No ... Pablo no lo podía creer ... Prendió el televisor imaginando que por allí al fin y al cabo todo había sido un sueño, una pesadilla de la que pronto despertaría ... Pero al ver que nada había en los canales de televisión, que ninguna noticia de Selena surgía ni para bien ni para mal, lejos de alegrarlo, lo puso en la realidad ... Recién allí Pablo se dio cuenta de que había despertado ... Y que en realidad él vivía en una Buenos Aires que no conocía a Selena ... Y que él tampoco la conocía ... Pensó que en realidad no existía y que sólo estaba en su pensamiento, en su mente, en esa terrible pesadilla ... Apagó el televisor y se quedó un largo rato en silencio mirando la nada misma ... “Es que era tan real todo ...  Me cuesta creer que esa mujer no exista ... Me cuesta creer que semejante artista exista sólo en un mal sueño, en un triste sueño”, pensaba Pablo. De pronto escuchó el sonido de su despertador y allí dio cuenta de que era lunes y de que debía partir a su trabajo. Se había levantado antes buscando que no fuera cierto algo que no existía y que se revirtiera algo que no sucedió ... Pablo se fue compungido y consternado a trabajar ... Ni siquiera desayunó ... Era todo tan real lo que había sentido que actuaba con el lamento de alguien que perdió a su ser más preciado, a lo más valorable que haya conocido ... Entró al trabajo casi sin saludar y se sumergió en sus labores tratando de olvidar todo en el convencimiento de que pensando sólo en lo que debía hacer lo haría no pensar en la angustia que tenía ... Pablo se aferró a esa realidad para no pensar en lo que realmente le importaba, como lo había hecho siempre, pero esta vez se le hacía muy difícil poderlo concretar ... De pronto, una compañera de trabajo, Andrea, le dijo: “¡¡Che, a mí no me engañás!! ¿Qué  te pasa? ¡¡Te noto muy mal!!”. Pablo no tardó en admitirle lo que le había pasado, con la expectativa de que tal vez ella podía darle alguna luz de esperanza de que en realidad Selena existía y de que no había pasado lo que él vivió en aquel sueño ... “Lo siento, Pablo ... Yo tampoco sé quién es esa tal Selena ... Pero te prometo que les avisaré a todos lo que te ha pasado para ver si ellos saben algo al respecto...”. Pablo hizo una mueca de agradecimiento y volvió a sus labores, con el convencimiento de que nada lo sacaría de su angustia y de su incertidumbre ... Con el correr del día se fue olvidando de lo vivido la noche anterior y volvió a su casa con otro semblante, con otra predisposición. Invitó a unos amigos a comer y para la ocasión compró un buen vino. Cuando todo acabó, Pablo se fue a dormir ya sin pensar ni en Selena ni en nadie. El fútbol, la política y las mujeres, esos temas de siempre que se hablan para no abordar otras cosas importantes, lo sumergieron a Pablo en la realidad de todos los días y en la cotidianeidad de cualquier argentino “de ley”. Bebió el último sorbo de vino y brindó a su salud para pronto caer en el más profundo sueño, en un sueño en el que no se levantaría por muchas horas...

Para cuando sonó el despertador, Pablo ya se había levantado. Esta vez fue en busca del calendario. Y vio que era martes 28 de marzo ... de 1995 ... Pablo había soñado de nuevo ... Esta vez sólo veía a miles de personas llorando en procesión para darle el último adiós a Selena. Podía intuir la fecha, pero no se hablaba de ese día. Sólo escuchaba a los cronistas de la televisión que una y otra vez decían que aquel viernes 31 de marzo de 1995 se había abierto un capítulo luctuoso del que nadie en Corpus Christi, Texas, olvidaría jamás, al perder a su hija más pródiga. Hablaban de su juventud, de su futuro, de su talento, de la consternación ante el asesinato perpetrado por la presidenta de su club de fans en un motel de un tiro en la espalda ... De lo asombrados que estaban ante tanta cantidad de gente qua había para despedirla ... Que aun cuando la conocían, que aun cuando la habían entrevistado miles de veces, que aun sabiendo de su popularidad, y de lo querida y querible que era, nunca pensaron en semejante despedida y que la emoción les impedía continuar con la transmisión, que ellos también sentían lo mismo que aquella gente, que tenían los mismos sentimientos, que querían verla, verla por última vez, aunque sea imagen, esa imagen de la que ya no vive no sea deseada ver y no se asemeje en absoluta con aquella que supo dar Selena en vida ... Pero es que era tan difícil comprenderlo, entenderlo, explicarlo ... Por eso la querían ver ... Porque querían ver si acaso no era todo una gran pesadilla, una gran pesadilla de la que pronto despertarían ... Pablo ya no podía pensar que eso era fruto de su imaginación ... Ya tenía algunos datos ... 31 de marzo de 1995 ... Corpus Christi, Texas ... Faltaban tres días para ese día ... No sabía si era un sueño premonitorio ... Ni lo quiso pensar ... A la vuelta del trabajo indagaría por el centro de la ciudad de Buenos Aires y pediría en esos kioscos de revistas que vendían diarios del extranjero para ver si alguien hablaba de Selena, si alguien le indicaba alguna pista más que le permitiera saber si Selena existía y si ese sueño se convertiría en realidad o tal vez en pesadilla en pocos días ... Pero al llegar del trabajo sucedió algo que le hizo acelerar los planes. Esta vez Zulma, otra compañera de trabajo, fue con algo más concreto y más impactante: “¡¡Pablo!! ¡¡Hoy es tu día de suerte!! Justo vino ayer vino una prima mía de Entre Ríos y se me dio por comentarle sobre tu sueño. ¡¡Ella se sobresaltó porque me dijo que esa tal Selena existe!! ¡¡Mi prima la conoce porque es fan de Gilda y por ella sabe de Selena!! ...  Parece que canta cumbia, música tejana, reggae o algo así, pero me dijo que Selena es alguien muy importante en México y Estados Unidos. ¡¡Dice que es una sensación y que sólo tiene 23 años!!”. Pablo al oír eso no dudó. Pidió permiso a su trabajo y fue a ver aquellos kioscos de diarios y revistas del centro ... Por suerte, a muchos kiosqueros les cayó bien su pasión por conocer a Selena y le dejaron leer todas las publicaciones sin cobrarle nada, a condición de que las cuidara mucho. Pero aún así Pablo decidió comprar una revista mejicana en la que hablaba del suceso de Selena el 26 de febrero último en el Houston Astrodome ante 65.000 personas y de la historia de Selena hasta ese día ... Pablo terminó de leer la revista en su casa y quedó extasiado. Selena era una artista increíble que se estaba convirtiendo en la artista latina más popular de Estados Unidos y México, y que muchos ya la comparaban con Madonna. En Texas hacía rato que era la cantante más popular y que aun siendo un Estado tan machista había superado a todos los artistas varones de su generación y de las anteriores. Era la mejor representante de la música texana y de la concreción del “sueño americano”. Premiada como la mejor cantante texana desde los 16 años, ganadora de varios premios internacionales y hasta de un Grammy la ponían en una carrera meteórica en la que no había ni límite ni final ... Era sólo seguir el camino trazado y gozar de los frutos de una carrera hecha con talento, honestidad y mucho, mucho trabajo en manos de una mujer que cantaba y deslumbraba a todos desde que tenía sólo 8 años ... Pablo quedó extasiado y exhausto luego de leer tanto de Selena y cayó en un profundo sueño, sin saber qué haría ahora que sabía que Selena existía, ahora que sabía que era una artista con un presente y un futuro enorme ... un futuro que tal vez tuviera los días contados...

Cuando Pablo se levantó al otro día entró en una gran depresión. Había tenido otro sueño esta vez muy triste. Podía ver cómo el padre de Selena anunciaba que saldría pronto un disco póstumo de Selena en inglés. Era un disco que Selena estaba preparando en el momento de la tragedia. Sólo habían quedado 4 temas, 2 de ellos en forma de demo. Pablo había podido ver en ese sueño cómo el padre estaba escuchando el tema “I could fall in love” tal cual lo había dejado grabado Selena, y les decía a unos periodistas que había encontrado la grabación en una de las cintas que dejó Selena y que ahora recién podía escucharlas ... El disco tuvo que salir con esos temas arreglados con los productores y artistas que habían sido contratados para hacer ese disco con Selena. Esos mismos productores tuvieron la tarea de completar el disco con viejos temas en español de Selena aggiornados para esta nueva grabación. Pablo podía ver al padre de Selena anunciar ese disco mientras se le escapaban las lágrimas por debajo de sus infaltables anteojos negros, mientras José Behar, el presidente de Emi Latin, afirmaba que este disco era la concreción del viejo sueño de Selena de convertirse en la gran artista internacional que rompería con todas las barreras que separaban el mundo latino de los “gringos”. Pablo podía ver cómo la gente se volcaba a las disquerías para tener su ejemplar de lo último que les dejó Selena y generar un récord de venta de discos jamás visto en la historia de la música de los Estados Unidos. Pablo también podía ver la congoja del productor del disco, que no podía aún creer cuando dos semanas atrás de la tragedia vio partir a Selena sonriente como siempre para anunciar su pronta vuelta al estudio siendo la última vez que la vería con vida ... Pablo aún recordaba ese sueño y, con su típica mirada “porteña” de la vida, sabía que todas aquellas palabras eran vanas, que Selena nunca pudo ver la dimensión de su éxito y que jamás pudo dar todo su potencial a pesar de los consuelos y de aquellas palabras de que ella con ese disco había logrado el éxito. “No, ella tenía mucho más para dar. Y se lo quitaron todo...”, se repetía una y otra vez Pablo. Siendo coherente con su pensamiento, ni se molestó en dar excusas en su trabajo. Dijo que estaba enfermo y partió al kiosco de revistas que le proveía de todo el material que necesitaba. El kiosquero se había tomado la molestia de buscar en todas las revistas que les había quedado sin vender el material relacionado con Selena y allí pudo ver Pablo que Selena venía anunciando desde hacía tiempo su disco en inglés ... Que era el sueño de ella y, sobre todo, de su padre de llegar a girar por todo el mundo con ese disco y que sabía que pronto lo tendría preparado ... Quizá para fines de 1994 o principios de 1995. Luego Pablo pudo ver que Selena tenía un contrato para hacer el disco desde 1993 y que Emi se lo venía dilatando, acaso porque el éxito de Selena en español era más redituable y seguro que la “aventura” de Selena en inglés. “Las ironías de la vida, siendo que Selena hablaba en inglés y no en español”, se decía Pablo. Volvió a su casa muy cansado y no sabiendo qué hacer. Tenía cada vez más certezas y el 31 de marzo se acercaba. ¿Podría ser cierto o era un engaño de su subconsciente? Por lo pronto, Pablo volvió a su casa a la espera de convencer al médico de la empresa que lo visitaría para verificar su dolencia de que estaba verdaderamente enfermo. No hubo que hacer mucho mérito. Con sólo ver el médico el estado lamentable en el que estaba Pablo producto de su angustia no dudó en extenderle su licencia hasta el lunes ... 3 de abril, día en el que, según el sueño de Pablo, Selena estaba siendo despedida por toda su familia y admiradores...

Al día siguiente, jueves 30 de marzo, Pablo empezó a darse cuenta de que ya había pocas dudas para entender de que sus sueños eran premonitorios, un aviso de alguien, un llamado desesperado. Esta vez se trataba del juicio a la asesina de Selena. El escenario era lamentable. Una mujer queriendo demostrar una inocencia a base de falacias y de ponerse en situación de víctima de los ataques del padre de Selena ... Un sinnúmero de fans esperando la condena de esa mujer y un sinnúmero de periodistas que encontraron en este juicio su manera de hacerse famosos a costa de la justa fama de Selena, del dolor de sus fans y del morbo que generaba su asesina. Pablo veía y no dudaba de que la asesina lo había planificado todo, y que si falló en algo fue gracias a la mismísima Selena que al recibir el disparo pudo salir del lugar y lograr que un testigo viera cómo su asesina iba tras ella para rematarla y desistir de ello cuando vio que estaba realmente malherida ... El saber que esa misma mañana la asesina se las había ingeniado para que Selena fuera a solas a verla al motel en el que estaba alojada para que la acompañara al hospital por una supuesta dolencia, negarse a ser revisada en ella delante de muchos testigos y volver al motel para dispararle luego de que Selena le anunciara lo tan temido por ella, de que la abandonaría, era motivo más que suficiente de que Zaldívar lo había planificado todo. Además, el hecho de ver que aun cuando su abogado defensor había sido lo suficientemente hábil como para cambiar el eje del juicio y llevarlo al terreno de que su defendida fue obligada a autoincriminarse y de que ella era también víctima de las circunstancias, después apurara los tiempos para que el Jurado decidiese cuanto antes sobre la culpabilidad o inocencia de la pena mayor que se le imputaba a la defendida, en vez de dilatar los tiempos, como lo aconsejaba la situación, era un signo inequívoco de que la asesina lo había empujado a su abogado a esa situación ya que ella no quería una pena atenuada; sólo quería la libertad, tal como lo había planeado, en función de que todo había sido producto de un terrible “accidente”, para poder enrostrarle a la familia que ella había triunfado, que nadie podía contra ella, y si no podía estar con ellos en el triunfo de Selena al ser desplazada, se encargaría de que nadie triunfara dándole al padre de Selena el mayor castigo matando a su hija ... Pablo corrió a sus publicaciones y vio que esa mujer tenía el control de todo ... Era presidenta del club de fans de Selena y era gerenta de “Selena Etc.”, la cadena de boutiques de Selena que había inaugurado poniendo en marcha su viejo sueño de niña de convertirse en diseñadora ... Pablo pudo ver cómo esa mujer estaba al lado de Selena en el día de inauguración del local de “Selena Etc.” en San Antonio, y cómo estaba al lado de Selena y de toda su familia en cada evento, en cada fiesta, en cada ocasión ... “Los tiene a todos bajo su dominio y ellos no se dan cuenta ... Creen que es una mujer servicial e inofensiva, y no se imaginan que es una psicópata que puede hacerles mucho daño”, se decía Pablo mientras recordaba las barbaridades que la asesina, a través de una periodista que cubría el juicio, decía de Selena, de su vida, de su moral y de toda si familia ... Pablo ya no tenía dudas ... Al día siguiente, 31 de marzo, sucedería lo que le indicaba el sueño y él debía hacer algo, pero nada podía ocurrírsele ... Era tarde ... Sólo buscó un locutorio internacional y pidió allí una guía de teléfonos de Corpus Christi, Texas. Sólo se le ocurrió buscar allí el número del local de “Selena Etc.”. Llamó y llamó pero nadie le contestaba. Supuso que era muy tarde y desistió. Buscó el teléfono de Selena pero encontró muchos con el apellido Quintanilla y no sabía cuál de ellos podría ser el de ella. Tal vez Selena no figuraba con su apellido. Pablo estaba dispuesto a llamar a todos, pero todavía tenía algo de tiempo. Decidió esperar a la mañana bien temprano para llamar. No sabía cómo decirlo. Al fin y al cabo era un desconocido y seguramente colgarían el teléfono en cuanto quisiera decir algo ... Esa noche casi no durmió, y en cuanto pudo conciliar el sueño, sonó la alarma de su despertador. Corrió al locutorio, pero no sabía a quién llamar. Volvió a llamar a “Selena Etc.” y seguían sin contestarle. Llamó a uno de los teléfonos de los Quintanilla y no le contestaron. Llamó a otro pero en cuanto quiso hablar le cortaron, porque no le entendían con quién quería hablar. Pablo entró en una gran desesperación. Preguntó a uno de los empleados del locutorio si podía darle una idea de la hora que sería en Corpus Christi. Le dijeron que eran aproximadamente las 10 de la mañana. Pablo estaba dispuesto a insistir hasta que recordó algo que podía ser acaso su última carta que podría jugar. Recordó que el padre de Selena tenía una productora que se llamaba “q-productions”. Buscó su número en la guía y llamó. Pablo tuvo la suerte de que A.B., el hermano de Selena, no sólo tomara el llamado, sino que dijera que él estaba del otro lado en nombre de la productora de su padre y que si quería llamar lo hiciera más tarde pues no era aún el horario para ser atendido. Pablo lo interrumpió: “¡¡Espera, espera!! ¿Eres A.B? ¡¡Por favor, no cortes!! ¡¡Esto es una emergencia!! Puedes creerme o no, ¡¡pero te imploro que vayas ya mismo al motel Days Inn!! ... ¡¡Tu hermana Selena corre peligro, mucho peligro!! Esa mujer la va a matar. ¡¡Saldívar la asesinará si no te apuras!! Puedes pensar que es una broma de mal gusto. Prefiero que me insultes si piensas que es un mal chiste antes de que lo lamentes por no haberme escuchado ... ¡¡Corre A.B.!! ¡¡Corre!! ¡¡Tu hermana va a morir!! ¡¡Impídelo y no dejes que esa mala mujer logre su cometido!!”. Pablo sólo escuchó un largo silencio como toda contestación y al rato el zumbido de la comunicación cortada. Pablo entró en pánico y volvió a llamar. Tardó en que le contestaran. Esta vez fue una mujer la que atendió el llamado y sólo le dijo: “¿Tú eres el que llamó recién, no? Sólo te puedo decir que el padre y el hermano de Selena fueron al Days Inn. Espero que sólo sea una falsa alarma...”. “Yo también querría que fuera así, ¡¡pero por favor, avísame si todo está bien!! Te dejo mi número de teléfono para ello. Puedes decir a la operadora que voy a abonar yo la llamada. Es que soy de Argentina...”, le explicó Pablo. La mujer se quedó muda. “Sí, soy de Buenos Aires. No me preguntes cómo lo sé, pues no lo creerías. Por lo menos me quedo tranquilo de que están en camino...”, dijo Pablo y cortó. Se quedó por largas horas esperando un llamado. Más de una vez pensó en volver a llamar, pero temía lo peor. La hora había pasado y él no sabía nada. La tensión y la espera lo abatieron, y pronto cayó en un profundo sueño. A los pocos minutos un sonido terrible lo levantó. Era el teléfono. Lo tomó rápidamente pero tardó en ponerse al habla. Temía por lo que podría escuchar del otro lado. “¿Eres tú, Pablo?”, dijo una voz. “Sí”, le contestó él. “Soy el señor Quintanilla. No sé cómo lo supiste, pero tenías razón. ¡¡Llegamos a tiempo!! Logramos ir con la policía al lugar y la interceptamos a Saldívar en la habitación. Fue todo muy difícil pero con un final feliz. Esa mujer fue apresada y Selena está a salvo. No puedo creer que seas de Argentina y tuvieras esa certeza. ¿Cómo puedo compensarte por haber salvado la vida de mi hija?”. “Con nada, señor Quintanilla, con nada ... Sólo con saber que Selena está a salvo estoy feliz. ... Créame ... Yo a Selena no la conocía. Sólo tuve un sueño y ese sueño me llevó al llamado. A ustedes sólo los conozco por verlos en revistas y en diarios en estos días en los que busqué saber quién era Selena. Espero que pronto esté aquí...”, dijo Pablo. “¡¡Y así será, mi hijo!! ¡¡Así será!! Aceleraremos los tiempos e iremos pronto a Sudamérica para que Selena se presente allí y así te conoceremos. ¿Qué te parece la idea?”, le dijo el Señor Quintanilla. “Fantástica”, le dijo emocionado Pablo. “Espera, Pablo. Aquí alguien que quiere decirte algo...”. Pablo pensó que tal vez era A.B. que le quería agradecer también, ya que él fue quien recibió su mensaje de alarma. “¡¡Así que tú eres el famoso Pablo!! ¿Y qué haces allí en Argentina y no estás aquí a mi lado? ¡¡Y no me digas que no me conoces pues no te creo!!”, le dijo una voz de mujer que pronto echó una gran carcajada. Pablo sabía que era Selena y un frío corrió por su espalda. No podía hablar. “Bueno ... Ya que no me quieres hablar y no estás aquí, iré allí para visitarte. ¿Qué te parece?”. Pablo alcanzó a musitar: ¿Eres Selena, no?”. “Sí, soy Selena. ¿Sabes en qué pensé en esta horas terribles que viví. Que nada es casualidad. Que todo surge por un motivo. Y con tu actitud me di cuenta de lo que he generado ... un Amor y un cariño que casi he dejado de lado por ir en busca de esa mujer. ¡¡No, Pablo!! Nada es casual. No me conocías, pero me conocías ... Tal vez no me habías escuchado pero me sentías ... Tal vez eso pasó, aunque sea en un sueño. Recién ahora puedo darme cuenta de que provocamos más cosas de lo que suponemos y que si no estamos atentos, tal vez nos perdamos hasta lo más deseado ... Ahora me doy cuenta de todo. Te prometo, Pablo, que jamás te olvidaré y que jamás olvidaré a la gente que ha hecho de mí lo que soy ahora. Te quiero mucho y muy pronto estaré allí. ¡¡Te lo prometo!!”, le dijo Selena con suma emoción. Pablo se puso a llorar. Esta vez Selena no lo detuvo. En ella también salían lágrimas sin poder contenerlas. Estuvieron un largo rato así hasta que Pablo le dijo: “Yo también te quiero mucho Selena y tampoco creo en las casualidades. Te esperaré. Sé que las cosas ahora andarán mejor. No sé por qué, pero siento que el mundo será otro ... Tengo fe ... Todos nuestros sueños se cumplirán con sólo proponérselo ... Ahora que sé que estás allí” ... Selena no pudo ocultar su llanto, se disculpó por ello y le dijo: “Te mando mil abrazos y mil besotes. Cuídate muchísimo y nos veremos muy pronto. Hasta luego, chau y gracias por lo que has hecho por mí...”. Pablo le contestó:  “No tienes nada que agradecer. Sólo prométeme que tú te cuidarás”. “¡¡Y lo haré sólo para que me digas en la cara que realmente no me conocías a ver si te atreves!!”, le gritó Selena y echó a reír. Pablo la acompañó en la carcajada. Así estuvieron un largo tiempo hasta que supieron que debían cortar y esperar el encuentro. Mientras tanto, sólo gozaban, sólo disfrutaban de vivir en un mundo feliz y de una humanidad en la que no creía en imposibles, en una humanidad que sólo creía en trabajo, honestidad y confianza. En una humanidad que tenía a Selena como su ejemplo y estandarte. En una humanidad en la que sabía ahora con certeza que ya no habría más pena ni olvido...

(Los sueños, sueños son ... Está en nosotros hacerlos realidad ... Debemos estar atentos ... Una palabra, un gesto, un llamado puede ser una señal, una alarma que puede cambiar nuestras vidas y hacer de lo imposible posible ... Todos los días espero esa señal, ese sueño que me lleve a Selena, ese sueño que nos traiga a Selena con nosotros...)

Selena: yo haré que tu sueño, tu verdadero sueño, se haga realidad...

Te quiere mucho...


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

Una imagen tuya vale más que mil películas, Selena...


El otro día escuchaba una noticia que me dejó reflexionando ... Jennifer López estaría pensando en hacer una película sobre su vida y habría hablado con Selena Gómez para interpretarla ... Más allá de pensar si tiene algún sentido pensar en esa posibilidad y de ser inevitable pensar en nuestra Selena cuando se habla de estas dos personalidades, ya que JLo se hizo famosa al interpretar precisamente a Selena en la película dedicada a su memoria, y de que Selena Gómez es una joven cantante y actriz que lleva ese nombre por decisión de su padre de homenajear a Selena en vida cuando ella era sólo una joven cantante texana, se me ocurrió pensar si tiene algún sentido hoy hacer una nueva película sobre Selena, ya que varias veces se pensó en esa probabilidad. ¿Qué sería hacer una película sobre Selena hoy en día? ¿Para recordarla, para hacer un policial buscando una explicación sobre lo sucedido, para buscar aspectos no explicados ni estudiados sobre su vida y su destino? … No ... No creo que tenga sentido hoy hacer una película sobre Selena. Así como no tiene sentido que JLo decida hacer una película sobre su vida siendo que ella tiene más para dar que revisar su propia historia, tan ligada a Selena, y siendo que Internet nos brinda ahora tantas posibilidades de ver innumerable cosas sobre un artista sin ver visiones únicas sobre su vida, creo que a casi 20 increíbles años sin Selena no tiene sentido brindar a un espectador una nueva película. Ha pasado mucho tiempo, se ha dicho mucho de Selena y hay preguntas que nunca tendrán respuesta. Lo que creo que pocos han ahondado a la hora de hablar de Selena, lo que pocos han visto a la hora de recordarla, de homenajearla, o incluso de averiguar algún aspecto de su vida, es justamente verla, verla sólo a ella, verla cantar, verla actuar, verla hablar, ver lo que pasaba con ella y su público, entender su historia con sus propias palabras y con sus propios hechos. Pasó mucho tiempo, tiempo en el que la gente que llegó a ver a Selena se quedó con sus propios recuerdos, con su propia visión, con recortes en su mente sobre lo que llegó a vivir y sentir por, para y con Selena, y que cuando sobrevino aquella desgracia, se quedó con su angustia, con sus llantos, con su furia y con sus recuerdos. Muchos de los que vivieron aquello repitieron con sus actos aquella letra que tan brillantemente cantara Selena en el tema “Fotos y recuerdos” ... Se quedaron con las fotos de las revistas, de los posters, con sus discos, con todo lo que perteneciera o tuviera relación con Selena. Y se quedaron cantando sus canciones mientras esperaban la sentencia a la asesina y aquel proyecto que asomaba en aquel momento de hacer una película en su recuerdo. Aquellos que vivieron los momentos más lindos pero a la vez más tristes de Selena tenían a la televisión, a la radio y al cine como sus principales medios para enterarse de todo lo relacionado a sus artistas favoritos. Lejos estaba Internet de sus vidas. Pasaría mucho tiempo para que una computadora fuera el centro de información y de la vida para todos ellos. Y aun con ese panorama Selena era para los medios de comunicación de ese entonces una rareza, ya que muchos de sus fans y admiradores ni siquiera la habían conocido por la televisión, ni por los diarios, ni por la radio. Muchos, fundamentalmente en Estados Unidos, y sobre todo en Texas, la conocían de ver girar a Selena de pueblo en pueblo en bus, en el famoso “Big Bertha”. Así se hizo conocida Selena, y desde ese lugar llegó al éxito, y con ello a la radio y a la televisión. De hecho, Selena llegó a México antes siquiera de tener un número 1. Fue cuando Óscar Flores llamó al señor Quintanilla para decirle que era imperioso que Selena se presentara en Monterrey ya que su tema “Baila esta cumbia” había pegado fuerte en el público y muchos la querían conocer. Cuando Selena se presentó allí y generó una gran sensación, el impacto rebotó en Estados Unidos y en México, y Selena llegó lógicamente al podio y a los números 1 con “Como la Flor”, en Estados Unidos, y con “La carcacha” en México. A la evolución del grupo se acompañaba la fama que le llegaba con la masividad de sus fans y seguidores, con acertadas decisiones y con el aprovechamiento del fenómeno que se le iba presentando. Un hecho llevaba a otro ... Cuando Selena hizo pie en Monterrey, Emi Latin, la compañía que la había contratado hacía sólo unos años, no dudó en hacer un video de difusión de “La carcacha” en Monterrey, iniciando Selena una carrera meteórica que no terminaría jamás. Cuando se dio la tragedia, la tendencia vislumbraba el éxito mundial de Selena, tanto en inglés como en español. Cuando Selena inició su ya mítica presentación en el Houston Astrodome en 1995 con un “disco Medley”, ya iba abriendo camino sobre lo que serían sus futuras presentaciones en Estados Unidos cuando saliera su esperado y retrasado disco en inglés. Pero no era sólo eso la perspectiva promisoria de Selena ...  Su fama como artista hispana con éxito en México y Centroamérica ya le abría un panorama de expansión por todo Sudamérica con presentaciones que la misma Selena había anunciado en países como Paraguay, Bolivia y Argentina, sin descartar a Colombia y Venezuela , países que ya la conocían por su éxito en El Salvador, Honduras y Puerto Rico … Y Selena había llegado aquí no sólo por sus difusiones en los últimos años en las principales cadenas televisivas de Estados Unidos y México. Selena había llegado allí por años de trabajo, dedicación y tesón. Por eso cuando sucedió aquella desgracia, muchos cronistas y periodistas que habían entrevistado a Selena, y que la conocían tanto, no salían de su asombro al ver tanta gente que iban en caravanas para despedirse de ella. Para ellos, como hoy sucede con Internet, sólo los artistas eran conocidos si llegaban por medio de las grandes cadenas televisivas y radiales. Y para ellos Selena tenía su público por esos medios. Pero al ver aquello tal vez muchos debieron haber pensado que había otro fenómeno, un fenómeno mucho más amplio que tal vez ningún medio lo había logrado captar. Porque para muchos Selena era más de lo que mostraban los medios. Selena no era para ellos sólo una artista que le iba bien por un par de éxitos. Selena era para muchos la hermana, la hija, la madre, la mujer, la trabajadora que lo había logrado, aquella niña que otrora iba de pueblo en pueblo a cantar para sobrevivir y que había llegado al éxito con trabajo, con honestidad, con verdad .... Selena era la encarnación del pensamiento de que un camino era posible. Selena era el éxito de un pueblo que podía triunfar con trabajo, honestidad y alegría, ni más ni menos...

Creo que la partida de Selena cambió la vida, los parámetros y el horizonte de todos. La personificación de ello es el éxito de JLo y su camino a su expansión mundial. Tuvo en cuenta, cuando la personificó en la película “Selena”, lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo, lo positivo pero también lo peligroso de su camino. Supongo que JLo no pudo dejar de pensar, como lo hicieron tantos otros, cuál fue el destino de Selena, y que para llegar a completar el camino de la fama debía tener decisiones más pragmáticas y menos idílicas, menos trabajosas pero más impactantes, menos sinceras pero más espectaculares. Tal vez haya triunfado la idea de preservarse antes que exponerse tanto, ser más artificial para no quedar tan vulnerable, no darse tanto para que ningún psicópata se aproveche de los buenos oficios de un artista, hablar de situaciones privadas que agradan al público más que mantenerlas en secreto, aunque muchas veces sean inventadas, tal vez con la idea de que se sepa lo menos posible de ellos, de lo que era realmente cierto, conformando al público con datos espectaculares pero distantes de la realidad del artista ... Tal vez muchos artistas pensaron que es muy lindo que los quieran como lo que son, pero no es bueno dar una imagen tan transparente ante un mundo cuyos exponentes no se muestran de la misma manera ... Sí, muchos deben haber pensado que es bueno recordar a Selena, ponderar lo gran artista que era, lo buena que era, lo querida y respetada que era por todos, pero que no era tan lindo tener ese destino, tan ligado a lo que ella era... Otro mundo nacía ... Ya no se pensaba que el camino del trabajo, de la bondad, de la autenticidad, de la veracidad era garantía del éxito. Nacía un mundo en el que ya no pensaba que eran seguras esas virtudes que había expuesto tan bien Selena para triunfar. Nacía un mundo más “realista”. Y mientras el mundo latino era reconocido por Selena, esa novedad era resaltada con otros valores, con otra estética, con otro lenguaje, con otra visión. Era el mundo en el que resaltarían con el tiempo JLo, Shakira y tantos otros ... Un mundo que conoció, vio y conmemoró a Selena ... Un mundo que no siguió necesariamente sus pasos para el éxito...

Y mientras ello sucedía, el público que se quedó huérfano de Selena sólo se conformó con seguir con aquello que fue quedando de Selena … A sus fotos y recuerdos, a su música, a su póstumo disco en inglés … Fue conformándose con quedarse a esperar justicia con la condena a la asesina, a la expectativa de la película, verla, llorar y finalmente quedarse huérfano para siempre. Alguna vez un periodista mexicano dijo que al ver la película sintió que se había puesto fin al mito y a la leyenda, que al ver a esa Selena tan humana, tan simple, como una chica más que tenía problemas como cualquiera y reacciones como tantos otros, ya nada podría ser lo mismo recordarla. Que se había acabado ese recuerdo de Selena con esa áurea, con esa imagen grandilocuente de éxito, como esa imagen que se adora desde la distancia y desde la altura de la fama. Y tal vez sin querer aquel periodista mexicano estaba en lo cierto, pues afirmaba algo que empezaría a suceder con la emisión de la película “Selena”. La gente ya no tendría, a partir de allí, más expectativas … Ya nada podría recibir de Selena ... Podrían venir recopilaciones, nuevos videos, nuevos discos ... Pero nada nuevo recibiría. Era tal vez el momento de elaborar el duelo y de aceptar que vendría un mundo sin Selena, un mundo en el que poco a poco su figura se iría alejando por más que se la recordara con Amor, como la mejor cantante latina, como el modelo de artista y persona. Porque el paso del tiempo, el bendito paso del tiempo, haría surgir nuevas generaciones y nuevos artistas. Artistas y generaciones que la respetarían y la seguirían, pero que la sentirían lejana, ajena, como la música de sus padres, de sus tíos, como el recuerdo de gente con otras perspectivas y expectativas. Selena, a pesar de lo que pensaba aquel periodista mexicano, se convertía en mito, en leyenda. Un recuerdo que tal vez Selena nunca quiso tener...
Por eso ... ¿qué significaría hacer una película sobre un artista hoy en día? Pero fundamentalmente, ¿qué significaría hoy hacer una película sobre Selena? Otros son los tiempos en la actualidad. La vida no es la misma, el mundo no es el mismo ... Los artistas no son los mismos. Las visiones, las expectativas, los proyectos de la humanidad no son los mismos ... El horizonte no es el mismo ... No sé si hoy tiene sentido volver a convocar a actores, productores y directores para hacer una película sobre Selena. Yo no creo que hoy para saber quién era Selena, qué representaba y representa para tanta gente, para saber qué hizo, qué pensaba, qué quería o por qué tuvo ese final se tenga que hacer una película que tendría en definitiva la visión y las intenciones de quienes la realizan, exaltando aquello que pensarían más importante        y minimizando otras cuestiones ... Y ya no son tiempos para hacer esos recuerdos sobre Selena ... Se ha dicho mucho sobre ella, se ha mostrado mucho su música y se han hecho miles de interpretaciones sobre su final ... Pero no se ha visto tanto de ella. Por hechos mezquinos difíciles de explicar hay conciertos enteros de Selena, como el del Astrodome 1994, que no se conocen y hay muchos datos de Selena que se ignoran o que se han difundido precariamente ... Pero si uno hoy entra en Internet hay tantas cosas de Selena que no se han visto, hay tantas cosas que en su momento se ignoraron y que hoy se pueden ver ... Conciertos, entrevistas, presentaciones en programas de televisión y radio en los que se ve a Selena decir, expresar, actuar de una manera tan particular, tan natural, tan auténtica ... Allí está Selena sin intermediarios y sin interpretaciones tendenciosas. Allí está Selena por lo que le importaba a todos, y no con imágenes, datos y dichos por los que no fue ni querida ni famosa. Allí está Selena con sus éxitos, con sus actuaciones, con sus expectativas, con sus sueños, con sus proyectos. Hoy recordar a Selena es lo que lo genera al verla, no al ver recopilaciones y visiones de otros ... Es verla a ella, sólo a ella ... No es necesario hoy hacer una película, no es necesario ver lo que dijeron y escribieron otros de Selena a través del tiempo. Hoy sirve verla a ella en esta era de Internet que nos permite observarla en toda su dimensión, de una manera que antes no se tenía y que se dependía de una película, de una revista, de un libro para verla, recordarla e interpretarla. La única protagonista de esta historia es Selena, sólo Selena ... Sería bueno que hoy día, a la hora de recordarla, la veamos en todas sus versiones, en todas sus apariciones y podamos apreciarla en toda su dimensión. Después, si queremos, podemos ver lo que hizo y dijo sobre ella. Pero no olvidemos que hoy la mejor forma de recordar a Selena es verla y darnos cuenta de lo extraordinaria que era como artista y como persona, y darnos cuenta de lo que esta humanidad ha perdido ... hace casi 20 años...

(Hoy más que nunca para entender a Selena basta con verla. Nunca dejemos de mirarla, nunca dejemos de gozar y de regocijarnos observándola, nunca dejemos de contemplar su obra teniendo ese privilegio que nos da la tecnología de hoy para verla. No es necesario que nadie la interprete, no es necesario que nadie la reemplace. Allí está Selena, la verdadera Selena, la única Selena que nos espera que la descubramos y que la querramos como ella quería ... con Amor).

No importas mis palabras, no importa mi recuerdo, ni importa mi dedicación a ti … Sólo importas tú, Selena … Lo mío y el homenaje que hacemos cotidianamente todos los que te queremos sólo sirven si constituyen instrumentos de tu recuerdo. Como siempre dije y diré, la única protagonista de tu historia eres tú, Selena … Sólo tú…

Simplemente, te quiere…


Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)