Ese error ... es cosa de ayer...

30 de junio de 2013


Aquel día en el que la vida nos cambió para siempre, Selena...

Fue una reacción instantánea, impulsiva ... No hay explicación racional para ello ... Ni siquiera hoy, en el que ha pasado tanto tiempo ... Vi correr a alguien desesperada ... No gritaba ... Sólo gemía ... de dolor ... de tristeza ... Yo pasaba por allí ... Era parte del personal de Motel Days Inn y me dirigía a buscar unas herramientas para solucionar un problema de electricidad ... Cuando la vi, no sabía quién era ... Estaba por mirar para otro lado pues aquello que veía me daba convulsiones ... Pero algo me hizo dar fuerzas, como si supiera de quién se trataba, como si supiera que no podía dejar a esa mujer malherida sola deambulando hacia la nada misma ... No puedo explicar cómo lo hice y qué fue todo lo que pasó desde allí hasta que me encontré en el hospital frente a la Sala de Terapia Intensiva ... Sólo recuerdo que la tomé de un brazo y la sujeté. Ella se detuvo. No opuso resistencia. Fue como si en esa recorrida sólo esperaba que alguien hiciera lo que yo estaba haciendo. Allí mismo se me desvaneció ... No quería ver lo que pasaba por su cuerpo, por su cara, por su ser ... Pero lo tuve que hacer ... Allí di cuenta de que se trataba de Selena ... Casi desmayo yo también ... Fue todo rápido, muy rápido ... Después me lo contaron pues supe después que por puro instinto nomás hice un torniquete en el lugar en el que se estaba dando la gran hemorragia ... Pero eso sólo serviría para unos segundos ... Apenas recuerdo que grité desesperadamente, y que de mi boca salía un hilo de voz agudo y chillón que nunca lo oí no sólo de mí sino de nadie ... Mientras la gente se acercaba y yo les gritaba que fueran por ayuda urgente, yo le hacía respiración boca a boca porque sentía que apenas respiraba y se me estaba yendo ... No tenía tiempo para saber y recordar lo que Selena representaba para mí y para tantos latinos como yo en Estados Unidos ... Sólo tenía que actuar en consecuencia y demostrárselo allí mismo salvándole la vida. Como la ambulancia aún no venía pedí que viniera un auto, una camilla, lo que sea ... Quería trasladarla en ese momento al hospital, aunque fuera corriendo ... No sé cómo, porque ni recuerdo haberlo pedido ni que nadie lo hiciera, apareció un taxi y yo la fui poniendo a Selena en el asiento de atrás ... En el medio de eso les gritaba a todos los que se acercaban que no se vinieran encima de mí, que llamaran al hospital, que hicieran algo para ganar tiempo, que Selena se nos iba y que mirando, curioseando o llorando no lograríamos nada ... Acomodé a Selena como pude en el asiento de atrás y yo me quedé agachado en el huequito que había entre ella y el asiento del taxista para sostener la herida semicerrada y la respiración boca a boca ... Desde mi posición era casi imposible hacer lo que fuera pero lo hice y sólo rogaba que el taxista llegara cuanto antes ... Creo que él era un gringo que no sabía de quién se trataba o tal vez nunca supo que llevaba a Selena en mis brazos ... Tampoco sé cómo ingresamos al hospital, pero cuando llegamos había un ejército de médicos que esperaban en la explanada la llegada del taxi y de Selena ... Era como si ya supieran lo que había pasado y lo que tenían que hacer ... Apenas el taxi se detuvo yo salí de él y traté cuidadosamente de sacarla, pero sin dejar de retener su herida y de hacerle respiración boca a boca ... Cuando ya no podía más ni con mi cuerpo ni con mi Alma para sostener ese hilo de vida que tenía Selena unido a mis manos, los médicos la tomaron y se le llevaron como ráfaga a la Sala de Emergencias ... Yo corrí atrás de ellos y llegué a ver lo que hacían para reanimarla ... Esta vez no me di vuelta para no mirar ... Sentía que tenía que verla pues la única manera de sostenerla con vida es no dejar de observarla ... Sentía que aún estaba sujetando la herida y que no la podía soltar ... Pero al rato una enfermera me tomó del brazo y me pidió que la acompañara, que juntos íbamos a buscar una medicina para Selena ... Me empezó a preguntar quién era, de qué trabajaba ... vaguedades sin sentido a las que yo contestaba en el mismo tono ... Estaba anestesiado ... No sabía qué hacer y tampoco entendía por qué seguía a esa mujer ... Después comprendí que lo hacía para sacarme de la escena por si el desenlace era el que se esperaba ... Para cuando volvimos, un doctor le hizo una seña a la doctora y ésta se apartó ... El médico se acercó a mí y me dijo: “La trajiste a tiempo, pero no sé si podrá salir. La llevamos a la Sala de Terapia Intensiva. ¿Te puedes quedar al menos hasta que la Familia Quintanilla llegue por si tenemos que comunicarte algo? Después es probable que te cite la policía para que les expliques lo que has visto...”. Yo asentí con la cabeza y el médico pasó su mano por mi cabeza: “Reza, muchacho, reza. Selena lo va a necesitar. Nosotros haremos lo posible...”. En ese momento pasó Selena en camilla rumbo a la Sala de Terapia Intensiva ... Tenía un dispositivo de emergencia en su boca para mantener su respiración, y su expresión seria y adusta aun con los ojos cerrados ... Casi se me parte el corazón al verla así pero no quise llorar ... Tenía que juntar fuerzas, fuerzas para rezar, fuerzas para pedir a Selena por favor que no se vaya, que mantenga su respiración, sus fuerzas, sus ganas ... Me dirigí a la Sala de Terapia Intensiva y me puse frente a su puerta ... Tenía terror de que saliera un médico, pues eso significaría que ... En todo momento hacía fuerza por Selena ... Le daba fuerzas mentalmente ... Miraba a esa puerta pidiéndole que no se vaya, que no nos deje ... En el medio de todo ello empezó a ingresar la Familia Quintanilla en pleno. Desde luego que se debieron quedar allí pues los horarios para visitar en Terapia Intensiva son estrictos y muy acotados ... Yo no me animé a decirles nada ... Tampoco quería molestarlos y ganarme notoriedad en esos momentos ... Yo sólo quería que Selena se salvara y no quería dejar de concentrarme ... En un momento apareció un oficial de policía, se acercó a mí y me dijo: “¿Usted fue el que trajo a Selena aquí?”. Yo asentí en silencio. “Pues debería venir conmigo para declarar todo lo que vio desde que se encontró con Selena y la trajo aquí...”. Yo me levanté y fui con él. No quería llamar la atención de la Familia Quintanilla que estaba en el otro extremo de la casa con una angustia que acongojaba a cualquiera .... Pero en cuanto comenzamos a bajar las escaleras, lo miraba al oficial buscando la manera de decirle si al menos me podrían dejar allí hasta saber qué sería de Selena ... Mi andar era cansino ... No podía concebir estar lejos de Selena en ese momento ... El oficial advirtió mi andar y mi cara de profunda preocupación ... Se detuvo y me dijo: “¿Preferirías estar aquí, no?”. Yo le dije que sí, que al menos me dejaran estar un ratito rezando por Selena hasta saber qué pasaría con ella ... El oficial me miró y me dijo: “Yo también admiro a Selena. Ni tú ni yo ni nadie entiende cómo pudo haber pasado esto. Allá afuera la gente está en silencio, con mucha angustia ... Te entiendo ... Quédate aquí ... Ya lo explicaré todo en el Departamento de Policía ... En todo caso vuelvo o alguien vendrá por ti ... ¿De acuerdo?”. Yo asentí con lágrimas en los ojos y luego nos abrazamos largamente, tras lo cual él me dijo: “Reza por Selena aquí que yo lo haré camino al destacamento y en él ... Y gracias por lo que has hecho ... cualquiera sea la voluntad de Dios con Selena...”. Yo corrí al lugar en el que estaba y me quedé petrificado hasta obtener alguna información y que ese informe del médico que fuera se diera lo más tarde posible. Si era así, Selena tendría alguna posibilidad de salvarse ... Eso fue lo que hice durante largas horas ... En el ínterin, cuando llegó el horario de visitas, la Familia Quintanilla se acercó a visitar a Selena ... Todos salieron de allí con honda preocupación. La madre salió llorando. Chris y los hermanos de Selena también. El señor Quintanilla mantenía la compostura pero no podía impedir que se le vieran las lágrimas que se le descubrían por debajo de sus anteojos ... Antes de retirarse llegué a ver que se volvía sobre sus pasos cuando vio que el resto de la familia ya estaba lejos de él y le preguntó qué posibilidades había de salvación de su hija ... El jefe de médicos fue claro: “Mire, señor Quintanilla. Su hija fue gravemente herida. Si aún permanece con posibilidades de vida es porque alguien la rescató a tiempo y la trajo hasta aquí. Aun así es muy difícil. Haremos todo lo posible...”. Cuando escuché eso sentí que me derrumbaba, pero mantuve mi postura y seguí mirando la puerta de entrada a la Sala de Terapia Intensiva como si nada pasara. El señor Quintanilla se iba conmovido del lugar hasta que algo lo detuvo ... Volvió sobre sus pasos, me vio y se acercó. Cuando estuvo frente a mí me dijo: “¿Tú eres la que trajo a mi hija aquí?”. Le dije que sí asintiendo con la cabeza. “No sé cómo agradecerte lo que has hecho por Selena ... Pero no es necesario que te quedes ... Espera en tu casa si quieres retirarte. No hay ninguna obligación. A menos que necesites...”, alcanzó a decirme el Señor Quintanilla a lo que yo lo interrumpí diciendo: “Yo sólo necesito estar aquí hasta que Selena se reponga. Yo sé que lo hará. Ella quiere vivir y yo rezo por ella. Pero para eso necesito estar aquí. Espero que no le incomode. Ya me iré para declarar lo que vi a la policía...”. El padre de Selena abrió sus brazos invitándome a abrazarlo y así lo hice. Nos quedamos un largo rato en silencio hasta que él me dijo que me quedara, que él se quedaría por allí “rezando a su manera...”. Él se fue retirando lentamente y yo me quedé allí solo frente a la puerta. Por suerte habían restringido la entrada de persona ajena al hospital y a Selena, por lo que toda la locura estaba concentrada fuera de él. Se estaba haciendo de noche y llovía torrencialmente. Traté de no dejarme llevar por el mal presagio que significaba ese hecho y seguí concentrándome en darle fuerzas a Selena ... En el medio de ello escuché que en un pasillo alguien decía que la que le había disparado era la presidente de su club de fans y que se había parapetado en el garaje del Days Inn amenazando con que se iba a suicidar. Me puse a pensar que esa misma persona a quien yo vi cómo salía de la habitación 158 con el arma en la mano dispuesta a rematar a Selena, y que desistió por verlo innecesario y para que nadie la viera sin notar que yo estaba allí observándola, ahora usaba el arma para querer “suicidarse”. Sabía que era una estrategia para ganar tiempo hasta que se confirmara la peor noticia ... Dejé de pensar en ello y seguí mirando fijo la puerta, justamente para no darle el gusto a esa pérfida, para que la mala noticia nunca se confirmara...
Pasaron las horas y nada pasaba. En un momento se habían retirado todos y yo permanecía solo allí. No quise salir nunca del piso en el que me encontraba ni fui a comer ni tomar nada. Lo más que me permití fue caminar por el piso cuando noté que el personal de limpieza necesitaba higienizar la zona en la que me encontraba. Miraba y más de una vez quise pensar en Selena, en lo que representaba para mí, en lo que recordaba de ella, en todos los lindos momentos que viví estando ella siempre presente. Pero cada vez que surgía en mi mente aquello enseguida pasaba a pensar en que no debía desconcentrarme, en que si no quería que esos recuerdos se transformaran en añoranzas debía estar allí con Selena y darle todas las fuerzas para que no se fuera. Mientras deambulaba sin rumbo por el piso en el más absoluto silencio notaba desde lejos el bullicio de la gente cuando pasaba por una ventana, por algún hueco que me acercaba a la “realidad de la calle”. Me preguntaba qué pensarían ellos, si acaso estaban rezando, si sabían la verdad, si sabían bien de quién se trataba la pérfida que le disparó. Cuando estaba volviendo al lugar, vi que alguien con cámara en la mano trataba de ingresar a la Sala de Terapia Intensiva. No podía creer lo que estaba viendo pero sabiendo en el mundo cavernícola en el que vivimos esto era más que posible que sucediera. Corrí como un desaforado y lo intercepté justo cuando estaba por ingresar al lugar con la complicidad de alguien que trabajaba allí. “¿Pero qué clase de persona eres? ¿Cómo te atreves a sacarle una foto a Selena en estas condiciones?”, le dije al borde del insulto y de querer golpearlo. El reportero sólo atinó a decirme: “¿Pero qué quieres que haga? Yo sólo cumplo las órdenes de mis jefes. Lo tengo que hacer para vivir ... Sólo déjame sacarle una foto y todos contentos ... No me pongas difícil la situación ... Yo tengo una familia...”. Yo lo miré fijo a los ojos mientras me ponía cara a cara con él y le dije: “¿Y qué le dirás a tus hijos cuando te pregunten de qué trabajas? ¿Podrás dormir cuando le digas que violentas la vida privada de la gente sacándole fotos que no desean ser publicadas, imágenes de las cuales la víctima no tiene conciencia de que existen? ¿Crees que porque ‘tienes el deber de informar’ te habilita para invadir el momento de cualquiera? Como verás, no te hablo de Selena. Te lo digo por cualquiera ... ¿Tú permitirías que alguien saque fotos de algún hijo tuyo o de tu esposa en esas condiciones? ¿Crees que tienes derecho de meterte en la vida privada de los demás? Si tienes algo de conciencia, y si quieres un poquito a Selena, márchate por el mismo lugar del cual ingresaste y piensa si no deberías dedicarte a otra cosa ... Aún estás a tiempo”. La persona que la había acompañado huyó despavorida en el medio de la discusión y el reportero bajó la vista y se retiró del lugar con una mueca de la admisión de su derrota ... Cuando se estaba por ir alcanzó a decirme: “Sé que tienes razón, pero si quieres ser justo con Selena deberás estar bien atento, pues miles de reporteros intentarán lo mismo que yo al precio que sea...”. Yo sólo esperé que se fuera tras lo cual volví a sentarme frente a la puerta de la Sala de Terapia Intensiva. De allí no me iba a mover más. Tenía que darle fuerzas a Selena y a defenderla de los depredadores...
Ya casi de madrugada una doctora salió de la Sala, me vio y me llamó. Yo me levanté rápidamente y me dirigí a su requisitoria. “Mira. Como la Familia Quintanilla no está y sé que tú la salvaste en el motel, te quiero decir que Selena ha reaccionado favorablemente. Todavía está muy delicada, tiene que seguir con el respirador artificial, pero al menos hay una esperanza. Lo más temido no va a suceder. Veremos ahora su evolución y con qué nos encontramos. ¡¡Te felicito!! Tu esfuerzo no fue en vano ... ¡¡Gracias a ti Selena tiene esperanza!!...”. La doctora me dio un beso y me dijo que podía retirarme si quería, pero yo le dije que no lo haría hasta ver que alguien de la Familia Quintanilla estaba allí para acompañar a Selena. “Como tú quieras. Ya le avisamos a ellos y en breve estarán por aquí”, me dijo y se volvió a la Sala de Terapia Intensiva. Yo volví a mi lugar de siempre, y sólo me decía y se lo afirmaba a Selena: “¡¡Vamos, Selena!! ¡¡Por favor, ahora más que nunca pon lo mejor de ti para salir de esta situación!! ... Yo confío en ti ... Yo sé que pronto estarás con nosotros...”. Al rato entró la Familia Quintanilla en pleno y el padre pidió hablar con algún médico. Cuando lo atendió la misma médica que habló conmigo, ella le explicó lo que estaba pasando tras lo cual el señor Quintanilla se lo transmitió al resto de la familia y me señaló a mí. No sabía qué hacer cuando vi que todos ellos venían hacia mí. “Tú la salvaste y has estado aquí toda la noche para darle ánimo a Selena. No sé cómo agradecerte lo que has hecho por nosotros...”, me dijo el padre de Selena. “No la dejen sola y cuídenla. Lo va a necesitar”, alcancé a decirle. Todos los miembros de la familia me saludaron y a la vez me pedían que me retirara, que fuera a descansar, pero yo le contestaba que eso recién lo haría cuando supiera que Selena saldría de esa sala. Al rato llegó la hora de las visitas y la madre fue la primera en entrar. El padre me pidió que lo hiciera yo también cuando fueran a visitarla ellos, pero yo les dije que se turnaran los miembros de la familia, que ya habría tiempo para que lo hiciera yo, un “ilustre desconocido...”. Al instante salió la madre con una luminosidad  particular en el rostro. “¡¡Es increíble!! ¡¡Selena está muchísimo mejor!! Los médicos están azorados. Ella está pidiendo que le den Doritos y los médicos tratan de hacerle ver que aún no puede hacerlo. Me confirmaron que en breve irá a Sala Intermedia”, dijo, casi al borde del llanto. Luego se dirigió a mí y me dijo: “Entra tú. Selena pidió por ti. Te está esperando...”. Yo la miré sorprendido, pero la madre de Selena me hizo un gesto de que obedeciera sin chistar. “Aunque te cueste creerlo, ella sabe que estuviste allí y sabía que estarías afuera esperándola”, me alcanzó a decir antes de ingresar al lugar en el que estaba Selena, por suerte más viva que nunca...
Me tuvieron que empujar para ingresar a la Sala de Terapia Intensiva. Tenía temor de enfrentarme a esa situación. Sentía que no era mi lugar. Yo estaba emocionado con la noticia, y con eso me bastaba y sobraba. Pero ingresé igual. Los médicos entre sonrientes y sorprendidos me indicaban donde debía ir. “¡¡Esto es un milagro!! ... Aún no sabemos cómo evolucionó tan rápido ... De todos modos, habrá que seguir observándola. Su recuperación llevará un tiempo largo, pero con el ímpetu y las ganas que tiene Selena no dudo de que volverá a la actividad más temprano que tarde”, me decía el jefe de los médicos. Unos metros más adelante me encontré con Selena que estaba a los gritos y a las carcajadas pidiendo que la dejen comer porque tenía hambre. Cuando me vio, me dijo. “¡¡A ver si tú los convences!! ¡¡Estos malvados me quieren matar de hambre!!” y echó a reír con ganas. Yo me reía y lloraba a la vez. No podía creer que esa mujer a la que pocas horas antes la tomé en estado moribundo ahora se la viera tan vivaz. Pero sabiendo cómo era ella, no podía sorprenderme. Sólo necesitaba una pequeña ayudita para que todo siguiera como siempre ... “¡¡No te quedes parado sin hacer nada!! ¡¡Ven al menos a abrazarme y no dejarme sola frente a estos desconsiderados!!”, me dijo Selena con una sonrisa pero con una expresión que contenía el llanto. Fui corriendo a su encuentro, pero antes de hacerlo uno de los médicos me atajó y me previno que no la abrazara muy fuerte por el tema de las heridas. Aunque fui muy precavido, el abrazo fue fuerte igual pues ella me tomó y no me soltó por un largo tiempo. Fue un largo silencio en el que Selena me tomaba no sólo por agradecimiento sino para que yo no la viera llorar. Sentí en su abrazo su aferramiento a la vida, su sensación de que poco faltó para que nos abandonara para siempre. Luego me soltó, me tomó de las manos y me dijo: “Nunca podría olvidarme de tu rostro. Aunque te cueste creerlo, lo recuerdo todo ... O casi todo ... Recuerdo que estaba corriendo y me faltaba el aire ... Y justo apareciste tú. No sabía quién eras, pero en cuanto me sujetaste sabía que estaba a salvo”. Yo me puse a llorar, y ella me tomó tímida y suavemente de los hombros: “¡¡Vamos!! ¡¡Desahógate!! Sé que estuviste allí afuera todo el tiempo ... En todo caso, disculpa por lo que te hice sufrir. A veces uno no se da cuenta de las cosas hasta que las vive en el límite ... Yo sabía que no debía ir a ese lugar ... Yo me sentía a disgusto e incómoda ... El tiempo estaba feo ... Yo me sentía sola y había dejado a mi esposo solo ... Recién me sentí cobijada cuando tú apareciste ... Más que lo horrible que padecí ayer, lo que nunca me voy a olvidar es que tú estuviste allí cuando más lo necesitaba...”. Yo asentí en silencio y ella lloraba mientras me sonreía. “¡¡Despreocúpate!! Ya no tienes que sentirte mal. Ya aprendí la lección. Saldré pronto y me cuidaré. Aprendí a darle prioridad a mis cosas y a los que más me quieren. ¡¡Dile a todos que no los abandonaré nunca, que tengo mucho para darles aún!!”, me dijo Selena y estuvimos largamente abrazados. Al poco tiempo vino uno de los médicos para advertirnos de que ya era hora de dejarla. También me avisó que el jefe de policía me esperaba para declarar y para decirle a Selena que estaba feliz por su recuperación. Selena lo interrumpió y le dijo que antes de dejarla sola que su última voluntad fuera que ingresara el policía. El médico hizo un gesto y al rato cayó el oficial. “No sabes lo feliz que estoy Selena, Todos hemos rezado por ti. Siento mucho interrumpir pero es que esta gran persona que te salvó tiene que venir a declarar por lo que ocurrió. Lo dejé aquí porque estaba muy angustiado y porque quería estar cerca de ti, pero ahora que estás mejor y de que la mujer se entregó a las autoridades, él debe venir para aclarar las cosas ... Espero que lo entiendas, Selena...”. Ella asintió con un gesto adusto, el mismo que tenía cuando me topé con ella en ese momento fatídico y me hizo señas para que me fuera con él ... Yo me estaba yendo en silencio hasta que Selena me dijo: “Eso sí ... ¡¡Vuelvan pronto para traerme muchas bolsas de Doritos que estos malvados no me quieren dar!!” y se echó a reír a carcajadas. No pude evitar volver a abrazarla y darle un gran beso, y lo mismo hizo el oficial en cuanto Selena lo invitó a que se acercara ... Me fui dándole miles de besos en el aire y saludé hasta que salí de la sala. Antes de hacerlo, hablé con el jefe de médicos y le pregunté si me podía ir tranquilo ... “No te preocupes ... Ella estará bien. Milagrosamente lo peor pasó y lo más serio que pueda pasar es que esté un tiempo largo sin poder a la actividad grande, pero como es Selena por allí vuelve en un mes a cantar. Ya ves cómo quiere comer...”, me dijo palmeándome la espalda. “Nuestros rezos dieron efecto. A Selena no le podía pasar esto. Dios nos escuchó y por suerte lo comprendió”, le dije y me fui tranquilo a los abrazos con el policía que me llevaba a declarar...
Todo lo que pasó después fue tan rápido como feliz. Luego de que se entregara, la asesina confesó todo ... Sabía que estaba perdida y sólo buscó clemencia con su confesión. Pero yo no fui piadoso con ella. Le dije a la policía y a los jueces lo que vi y eso bastó para una condena dura ... Selena volvió rápido al ruedo. Nos pidió a todos que no le hablaran del tema de esa insensata, y nosotros se lo transmitimos a los periodistas. Ya bastante tuvo con tener que contar a las autoridades lo que vio y padeció. Por suerte éstos lo hicieron en forma privada y no pública para que Selena no quedara expuesta ante el escándalo, el morbo y los comentarios insensatos de gente que se mete en lo que no se debe ... Selena aprendió la lección y le dio prioridad a lo que más quería. Terminó de grabar su disco en inglés, expandió su tienda “Selena Etc.” a Monterrey y México DF, salió de gira en Estados Unidos con su nuevo disco y a México por sus éxitos en español. Selena estaba en su mejor momento, pero para 1996 quiso parar porque sintió que era el momento de agrandar su familia y pronto tuvo una hermosa niña. Luego volvió a grabar discos en inglés y en español y se dedicó a salir de gira por todo el mundo con un éxito increíble, pero jamás dejó que se la llevara la locura de este mundo. Cada tanto paraba para hacer algo que le gustaba, algo que debía hacer, o simplemente para gozar de la vida, de la familia y de su gente. Sabía que eso era lo más importante y cada tanto me lo decía, y si supe de todo esto con tanto detalle fue porque un día me dijo: ¿Por qué no dejas todo y te ocupas de mi club de fans? ¡¡Yo sé que lo harás muy bien!!” ... Y aquí estoy, por el bien de Selena, por el mío, por el de su familia y por el de tanta gente ... Supe desde aquel 31 de marzo de 1995 cuando me topé con Selena que siempre estaría con ella para estar cada vez que me necesite, para estar siempre a su lado y para no dejarla nunca sola...
(Creo que todos hubiésemos hecho lo mismo ... Creo que todos hubiésemos querido estar en ese lugar ... Tener el destino de Selena en nuestras manos para salvarla, para que viva, para que sea para el mundo entero el modelo a seguir ... Pero por sobre todo para que Selena viva, viva a pleno su vida y no sólo en nuestros corazones, que siempre pertenecieron a ella...)
Selena: yo sé que Dios existe, porque sólo Él pudo crear a alguien tan lindo y tan bueno como tú...
Siempre al lado de ti...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)

Lo que habrás pensado aquel fatídico día, Selena...

Recurrentemente me pregunto, Selena, qué pasó por tu mente en aquellos últimos instantes ...Siempre me inquietó saber si acaso te arrepentiste de algo, si acaso te cuestionaste algo, si acaso te sorprendió aquel acto ruin que te profiriera aquella insensata ... Siempre me inquietó saber cómo pudiste salir de allí, si acaso advertiste el peligro un instante antes, un pequeño instante que apenas te daba tiempo para salir del lugar pero nunca de la trampa letal que te profiriera esa psicópata. Alguna vez recordarás Selena que te escribí imaginando aquello y tal vez te haya resultado doloroso recordártelo ... Espero que hayas entendido el motivo ... La realidad de la mente humana nos lleva a imaginar que en ese corto tiempo sólo tuviste tiempo para pensar cómo salir de allí, que nada podía llevarte a hacerte preguntas “filosóficas” ... Pero la mente humana ... la mente humana nos lleva a caminos que uno muchas veces ni siquiera sospecha ... ni siquiera imagina ... Creo que si supiéramos todo el potencial que tiene el cerebro nos quedaríamos boquiabiertos ... Y yo sé, Selena, que pasaron por ti infinidad de cosas, más de lo que cada uno se pueda imaginar ... Y tu corazón, tu maltrecho corazón debe haberte hecho sufrir mucho más que esa herida absurda ... Siempre pensé que llegaste a ese lugar porque tu bondad te hacía impedir rehuir de los reclamos de aquella malvada ... ¿Sabes las veces que me pregunté para qué fuiste, por qué no te quedaste, por qué no pensaste en ti en vez de los demás? Pero claro, también sé, Selena, que uno, a la hora de analizar las conductas de otro, se tiene que poner en su lugar, preguntarse qué haría uno en su humanidad y comprender ... A veces me cuesta entenderlo, Selena, pero yo no podría ser ni tan bueno, ni tan comprensivo, ni sentirme tan culpable ante cierta gente ... pero tú, Selena, tú ... no podías ... Ni aun cuando ya no confiabas, ni aun cuando sabías que la relación con esa persona no iría muy lejos en el tiempo, tú no te permitirías dejar de lado la cita, no enfrentar la situación y esperar que las cosas tuvieran una solución satisfactoria ... A veces, creeme Selena, que me avergüenza no poder ser como tú aunque te admire tanto como artista como persona ... Perdóname, Selena ... Yo que te invoco tanto, que he incluso cambiado tanto gracias a ti no podría hacer lo que has hecho tú ... Yo ante la primera desazón, ante el primer desengaño, ante la primera sospecha, no dudaría en defenderme, salir del lugar, pagar con el mismo precio, ser desconsiderado, contestador, orgulloso ... Y no creas, Selena ... muchas veces me vanaglorio de ello,  me gusta advertir que puedo controlar mis emociones ante gente tan perversa, malintencionada y maliciosa ... Y que en función de mi experiencia te pregunte: ¿por qué no hiciste lo mismo?; ¿por qué no la abandonaste?; ¿por qué no la despediste sin importarte las excusas que te daría?; ¿por qué no seguiste tu camino sin importarte la suerte de esa mujer? ... Pero también me pregunto quién soy para pedirte eso ... Tú nunca podrías hacer eso ... Iría en contra de tu esencia ... Tú, Selena, creías fervientemente en que cada persona tenía su costado bueno, tú pensabas que en cuanto le dabas tu confianza a alguien no había que poner ningún  reparo frente al reclamo de los demás ... Tú te hubieses sentido muy culpable si no hubieses ido a su encuentro ... Ella podría mentirte y tú saberlo, pero tu conciencia no te permitiría dejarla sin tu ayuda, no darle una nueva oportunidad a esa mujer para redimirse, para que te dijera la verdad. Tú podrías saber que te estaba manipulando, que buscaba tu atención a cualquier precio, que tenía terror de perderte ... Pero tú irías igual ... Porque tú eras así con la gente. Tanto en el escenario como en la vida ... Te brindabas con todo, dabas todo sin esperar, no seguías tu camino sin mirar atrás ... Fuiste coherente, Selena, hasta tu último instante ... Tal vez ni te preguntaste qué hiciste mal ... Sólo te habrás preguntado cómo esa mujer terminaba siendo la que se presentaba en ese acto despiadado ... Estoy seguro, Selena, que jamás pasó por tu cabeza que alguien de tu entorno podría hacerte algo semejante...
¿Sabes, Selena? Es como caer recurrentemente en una pregunta existencial ... ¿Se puede ser tan bueno en la vida? ¿Se puede ser tan confiado? ¿Se puede esperar algo bueno de alguien que se sabe que te ha decepcionado? Creeme, Selena ... Yo no puedo soportar las decepciones, las mentiras, las falsedades, la hipocresía, las “puñaladas por atrás” que te da tanta gente en forma cotidiana ... Pero también sé que uno es en parte responsable de lo que le sucede ... Uno cosecha lo que siembra, y en casos asilados uno recibe algo que no se condice con la realidad de los hechos ... ¿Acaso, Selena, había gente que te odiaba, que deseaba tu desgracia, que buscaba herirte, salvo aquella histérica? No, Selena ... Tal vez tú hayas sido una de las pocas excepciones que se da en este pobre mundo ... Todos te querían, todos deseaban lo mejor para ti ... Tus fans te amaban, la mayoría te admiraba, tus colegas te respetaban, eras el ejemplo para una comunidad y una generación ... Y si las cosas se dieron así fue porque cosechaste lo que sembraste ... Diste sin esperar, te brindaste ante todos en cuerpo y Alma ... Jamás hablaste mal de nadie, no buscaste en el escándalo un modo de ganarte notoriedad ... Sólo trabajaste, fuiste honesta, fuiste en la vida con la verdad, te sacrificaste, te superaste, buscabas aprender, perfeccionarte ... Fuiste a cuanto lugar requirió de tu presencia ... Podías estar cansada, no tener humor para encarar un evento, podías sentirte incómoda, podías estar hastiada, pero igual ibas y cantabas, actuabas, saludabas a cada uno de tus admiradores, te dirigías a ellos por su nombre, los hacías protagonistas, te preocupabas por saber lo que hacían tus entrevistadores, los hacías sentir tan o más importantes que tú misma, no te sentías más que nadie, no rehuiste a ninguna obligación, aprendiste el español por respeto a todos los de habla hispana que te habían brindado todo el apoyo, mostraste una sensibilidad notable ante el padecimiento de tus semejantes, fuiste la cara visible en las compañas a favor de la vuelta de los niños al colegio y contra la violencia a la mujer en la convulsionada Texas, recibiste a todos y les diste Amor a todos ... ¿Qué se suponía que ibas a recibir a cambio? Como bien te dijeron en noviembre de 1994 en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha, todos los artistas te respetaban y todos tus fans expresaban su Amor tratando de protegerte, de hacerte sentir bien ... ¿Cuántos logran semejante muestra de afecto? Pocos, pero esos pocos tienen que ser especiales, tan especiales como lo eras tú ... Eso es lo que me avergüenza en mi actuar cotidiano ... Que yo nunca podría llegarte a los pies con tu bondad, trabajo y ejemplo, y nunca podrían quererme de la manera que han sabido quererte a ti...
Sé que tu propia historia explica este actuar tuyo, este pensamiento ... Fuiste disciplinada y aplicada ... Y fuiste rebelde en las cosas personales en las que tú nunca permitirías que te avasallen ... Y allí vuelvo a mi pregunta inicial ... ¿Qué debes haber pensado cuando tu padre decidió hacer una banda contigo y con tus hermanos a partir de una ocurrencia tuya de cantarle viejas canciones para impactarlo? Yo estoy seguro de que nunca te hubieses imaginado esa reacción, que sólo lo hiciste un poco por celos, porque el hecho de que tu padre le enseñara a tocar el bajo a tu hermano A.B. le quitaba parte de su atención a ti, y otro poco para entretenerlo, en la seguridad de que a tu padre le gustaría ser acompañado por alguien en aquellas tardes en las que se recluía en una de las habitaciones de la casa para tocar la guitarra y no olvidar su sueño de vivir por y para la música ... Supongo que te debe haber sensibilizado verlo así y por eso te dedicaste a ponerlo bien, sentirse contento y acompañado ... Pero supongo que jamás pensaste en esa decisión y semejante cambio de vida ... Y estaba en ti creer en que era una buena decisión y que lo mejor era acompañarlo ... Era tu familia y quiénes sino ellos te iban a dar y ofrecer lo mejor ... Creer, ser honesta, auténtica, laboriosa, sacrificada fueron tus lemas y nunca los abandonaste ni aun en los peores momentos. Supongo que ante tanta adversidad del afuera sólo quedaba en creer en las propias fuerzas, las tuyas, las de tu familia y las del círculo íntimo que los acompañaba a todas partes, ese mismo compuesto por pocos pero que tenían tus mismas vivencias, tus mismos sueños ... Como nunca en tu caso debe haber primado aquel lema del “todos para uno y uno para todos” ... Y todo aquel que se sumaba compartía los mismos valores y los mismos objetivos ... Sólo así se explica que a esa malvada le hayan dado la misma confianza y el mismo trato que a los demás ... Era para ti parte de tu familia ... Nunca hubieses imaginado nada malo en ella ... Nadie de ustedes pensaba dañarse a sí mismos...
Siempre me pregunté cómo esa mujer se ganó la confianza de ustedes ... Es allí donde sale mi lado más egoísta, más sórdido, más especulador ... Me hubiese gustado tanto que no hubieses sido ni tan buena ni tan dada ... Pero si hubiese sido así, ¿acaso serías tú misma?, ¿te querríamos del mismo modo?, ¿te admiraríamos tanto? No ... Desde ya que no ... Por eso tú eras distinta a todas, por eso nadie podría ser como tú ... Pero, qué quieres que te diga, me hubiese gustado que hubiesen desconfiado más, que hubiesen reparado en aquellas conductas de esa mujer que en cualquier contexto les hubiesen resultado sospechosas ... ¿Acaso, Selena, tú no hubieses mirado raro a alguna persona “de afuera” si la hubieses visto actuar como la has visto a esa mujer? ... Seguro que sí ... Aún recuerdo el día en el que fuiste a aquel colegio en el contexto del programa de la vuelta de los niños al colegio y se te acercó alguien para qua mandes un saludo a una supuesta institución ... Tú lo estabas por hacer pero algo te detuvo ... No sabías de qué trataba esa organización ... Sospechaste que querían usar tu imagen para un lugar de quién sabe qué origen y objetivos ... Se te ocurrió preguntar a esa persona de qué se trataba todo ello y al notar el tartamudeo de la persona desististe por completo de cumplir el pedido ... No, Selena ... Tú no eras ni ingenua ni inocente ... Tú misma historia te enseñó a ser precavida ... Entonces, ¿cómo fue que con esa mujer no lo fueron ni tú ni tu familia? ¿O acaso lo fueron pero ni dieron cuenta del engaño de esa psicópata que los enroscó con su supuesta bondad, candidez, cordialidad? No hace mucho tu compañero de ruta, Pete Astudillo, comentaba que aún le costaba creer que esa mujer convenciera tan rápido a tu padre para hacer un club de fans siendo que él era una persona tan desconfiada como difícil de ser convencido por extraños ... Yo también me pregunto lo mismo ... Creo que su propia formación y sus convicciones hacían imposible que encontrara dobles mensajes o dobles intenciones en las personas ... Y esa forma de ver y de pensar las cosas se la enseñó a toda la familia ... Ustedes eran directos, decían a cuanta persona se les cruzaba por el camino lo que pensaban y sentían, y no tenían ningún prurito en ello ... Aún me da escozor cuando en la entrevista que te hiciera Cristina Saralegui le dijiste que la timidez te la sacaste por tu padre que estaba con el cinturón diciendo “¡¡Vamos, niña, a cantar!!” ... Y lo que para los demás era tremendo, para ti era natural contarlo ... porque era la verdad ... Pero ya sabes, Selena ... Ya en el ámbito artístico no es “políticamente correcto” decir ciertas cosas ... Te invitan a que muestres una cara que no tienes ... Y en la vida, y más aún en los últimos tiempos, te van enseñando a que ser espontáneo, verídico, auténtico, mostrar la verdadera cara ante los demás es hasta muy peligroso ... Porque siempre del otro lado habrá alguien que se aprovechará de personas como tú para manipularte, para sacar todo lo bueno de ti en su provecho ... Son personas que nunca se mostrarían como tales, que darán un perfil de confianza para que los auténticos como tú, Selena, les digan todo lo que piensan, sueñan, sienten, y así obtener un poder inusitado con esa información que les servirá para sus fines ... Es curioso ... Cuando esas personas ganan la confianza de gente auténtica, nunca provocan ni una sospecha ni una duda ... Nadie se pregunta cómo es que uno dice todo y él otro no dice nada, cómo es que  el otro sabe todo de uno y uno no sabe nada de esa persona ... Es como dice el dicho: “La confianza mata al hombre”. Y tú y tu familia se entregaron a las garras de esa psicópata que tuvo la “paciencia de la araña” para estar años y años mostrando una personalidad que no tenía para recién anunciarla cuando fuera necesario ... Y esa ocasión se presentó y tú lo advertiste muy tarde, tal vez en ese instante fatídico ... Pero antes que eso y durante mucho tiempo esa mujer fue esa fiel admiradora que estaba siempre presente, siempre lista para ayudar, para ganarse la confianza, para ser esa ayuda que pocas veces tuvieron ... Y así como a tu padre lo convenció con el simple argumento de que debían tener en sus conciertos alguien que se dedicara al marketing de la banda y como opción crear un club de fans, a los demás se los ganó con saber qué necesitaban y ofrecérselo a cambio ... Si no hubiese sido así, ¿cómo se explica que en tan poco tiempo se ganara a tu hermana para que ella la nombrara su dama de honor junto a ti en su casamiento? ... Porque tu familia tomó sus recaudos con ella ... La pusieron a tu hermana y a tu madre para supervisarla, y tardó un tiempo para poder conocerte en persona y tratarte en forma cotidiana ... ¿Y cómo es que con todos esos filtros los convenció y encantó a todos? Supongo que para todos ustedes era sólo una buena persona que venía a aportar lo suyo desinteresadamente para que triunfaran ... Tal vez hasta más confiaron en ella pues notaron que no era el dinero lo que más la obsesionaba ... Y si no era ello, seguro que pensaron: “¿qué malo en ella podría haber?. Si lo hubiera, a la corta o a la larga se hubiese manifestado” ... Pero claro, ustedes no sabían que ella había ofrecido sus servicios a otras bandas, por aquellas épocas no se hablaba de un psicópata como alguien común que podía estar en cualquier lugar siendo un igual y sin levantar sospechas ... Y ustedes eran lo suficientemente frontales como para imaginar que podrían tener en su seno a alguien tan distinto a ustedes ... Y para cuando reaccionaron, se encontraron con un ser con un poder de manejo e información que les hacía imposible controlar ... Fue como tener a un lobo en el medio de una manada de ovejas ... Pero ustedes nunca pudieron dar cuenta de sus intenciones, aun cuando hubiesen descubierto que era un lobo feroz disfrazado de una dulce caperucita roja...
Fueron muchas cosas en tan poco tiempo ... Creo que la situación los superó a todos ... Sólo así se explica que tú hasta hayas atendido algunas cosas de ella que en cualquier  contexto natural no lo hubieses intentado ... Ya sabes que hace un tiempito Chris escribió un libro con lo que ha vivido contigo ... Tal vez te hayas preguntado cómo es que tardó tanto tiempo en hacerlo y reírte por ello sabiendo cómo ha sido siempre Chris ... Pero él dice en una parte del libro que una situación que le había llamado la atención, y que le había molestado mucho, fue cuando esa mujer dio a entender a ti que él y sus amigos habían sido responsables de unos destrozos que se habían efectuado en una fiesta que había organizado ella en honor a la banda, algo que sugestivamente solía hacer cada año ... Lo que más lo había desconcertado a Chris, y que se lamenta que en aquel momento no le haya dado más importancia al tema, fue que había logrado que tú le fueras a preguntar si aquello era cierto ... Por supuesto que él se alivió en cuanto tú quedaste satisfecha con su respuesta, pero lo que a él le preocupaba era el hecho mismo de que aquella malvada mujer había logrado instalar la duda en ti y hacerte movilizar hasta tu mismo esposo ... ¿Sabes, Selena? Es posible que ante estas situaciones uno te haga la dolorosa pregunta de ¿cómo te permitiste dudar de Chris en ese momento?; ¿cómo esa mujer había llegado a la osadía de culpar a alguien tan querido para ti como tu esposo sin ninguna prueba, con tan sólo conjeturas y basándose en antiguas malas experiencias de juventud de Chris que las había dejado atrás estando contigo? ... Pero no, Selena, no te voy a hacer esas preguntas, no sólo por no herirte, no sólo para no culparte, no sólo porque no te lo mereces ... No te las hago porque muchas veces esto ocurre y a veces uno no se da cuenta ... Tal vez te lo reprocharía si lo hubieses retado a Chris basándote sólo en los dichos sin pruebas de esa insensata ...  Pero no fue éste el caso ... Yo viví esa experiencia y por eso te entiendo ... Es doloroso que un hermano tuyo esté lo más bien contigo para que en un abrir y cerrar de ojos pase a criticarte y descalificarte duramente, pues a tus espaldas su novia y luego esposa diga que tú le hiciste tal o cual cosa ... Y sea encima todas mentiras ... Yo lo viví y sé lo que es ... Yo lo viví y lo sigo viviendo ... Es gente mala que se aprovecha de gente buena, sincera y honesta para instalar dudas, desconfianza, divisiones ... Son gente que vive del Amor de los demás para transformarlo en devoción, adoración, posesión, egoísmo, traición ... Es gente que plantea que todo es blanco o negro y si tú no sigues su camino, o eres tonto o eres un traidor ... Que si los quieres les harás caso sin chistar ... Que nunca públicamente se mostrarán así, sólo en la oscuridad, cuando sólo la otra persona a quien han querido dominar los vea, cuando sólo esa persona vea la verdadera cara del psicópata ... Supongo que para ti, Selena, era toda una novedad toparse con ese tipo de personas, pero lamentablemente hoy en día es lo más normal ... Y encima el avance tecnológico ha aportado lo suyo para confundir más a todos ... Si vieras, Selena, cómo en el andar cotidiano se valoran la falsedad, las apariencias, las relaciones convenientes, las alianzas por un objetivo en común, el engaño, la mentira ... Es triste ver a gente mostrándose todos los días como aquellos amigos que están para escucharte, para entretenerte, para mostrarse solidarios, encantadores, alegres ... Y sólo quieren ganarse la confianza para luego manipular, mandar, dirigir ... Y una vez que obtienen a sus presas los hacen fieles a ellos, les dicen quiénes son “amigos” y quiénes “enemigos”, llenan el ambiente de mentiras, de elucubraciones, de falsas informaciones, de acusaciones insensatas ... Y encima las nuevas y sofisticadas formas de comunicarse alimentan toda esta locura, todo este mundo lleno de odio, de rencor, de falsedades, de calumnias... ¿Te suena todo lo que te he contado, Selena? ¿Te resulta familiar? ¿Acaso esto no es lo que hizo la asesina contigo? No ... No necesito que me contestes ... Ya sé que te has dado cuenta...
Supongo que algo de eso debe haber pasado por tu mente en aquel fatídico instante ... Darse cuenta de tanta miseria humana en tan poco tiempo y no tener forma de asimilarlo y procesarlo ... Ni de actuar a tiempo en consecuencia ... Muchas veces me he preguntado por qué Dios te dio todo luego de tantos años de sacrificio para luego quitártelo sin darte casi margen para que puedas disfrutarlo ... Muchas veces me pregunto por qué Dios te puso en esa experiencia tan cruel ... Muchos me dirán que hay razones que la mente humana nunca podrá entender  ... Muchos me dirán que nada se puede hacer contra el destino ... Yo todavía me pregunto qué habrás pensado en aquel momento ... Yo todavía me pregunto qué pensarás ahora, Selena, luego de haberte hecho tú estas preguntas y ver de tan lejos cómo marcha este mundo sin ti, este mundo que marcha tan mal porque carece de tu Amor, de tu bonomía y de tu ejemplo ... Yo me pregunto qué hacemos aquí no teniéndote a ti...
(Nos preguntamos muchas cosas cuando no tenemos muchas respuestas para dar, muchas motivaciones para seguir ... Nos preguntamos muchas cosas cuando vemos la injusticia, el dolor, cuando nada nos consuela, cuando no nos podemos agarrar de nada para no pensar en lo que nos falta para ser felices ... Si estuvieras tú, Selena, todo sería más sencillo, todos seríamos mejores personas ... Creo que los que te hemos conocido bien sabemos qué significa tu ausencia y nos entristece saberlo pues sin ti jamás seremos felices en su totalidad, jamás podremos reemplazarte con nada, jamás podremos estar más tristes con otro tipo de desgracia que nos suceda ... Tu ausencia, tu destino, tu desdicha es lo peor que le pudo pasar a este mundo ... La humanidad tuvo una oportunidad de ser feliz para siempre ... Y no la supo cuidar ... Y la desaprovechó ... Nunca más será dichosa para siempre ... Nunca, si no te tiene a ti que le dé todo el Amor que supiste dar...)
Te quiere mucho, te extraña tanto...

Sergio Ernesto Rodríguez
(Buenos Aires, Argentina)