Los que descubrieron el talento de Selena

Johnny Canales

Corría el año 1985. Selena se presentaba en el show de Johnny Canales. Johnny Canales era un animador muy famoso de radio y televisión de Corpus Christi. Era una gran oportunidad para Selena, quien ya entraba en la adolescencia. El programa de televisión que conducía el presentador se veía en todo Texas y con un radio de influencia que llegaba a otros Estados de los Estados Unidos y México. Además, tenía la ventaja de que Johnny Canales la presentaba no como una cantante más, sino como una promesa, como una artista que todos debían prestarle mucha atención, pues tenía un enorme futuro. Selena cantó el tema “Oh!!! Mama”, un tema muy popular en aquella oportunidad. Selena lucía muy joven, mas aún con el pelo tan cortito y con los nervios de sus primeros pasos. Aun así interpretó el tema con toda la fuerza y la potencia de una cantante ya formada y con experiencia. Luego de cantar el tema, Johnny Canales se acercó para entrevistarla. Aun sabiendo de los nervios de todos, el presentador se acercó a ella sonriente y cantando para hacerle saber que quería hablar con ella, que quería mostrarla ante su audiencia reafirmando lo que decía de Selena al presentarla. Una vez frente a Selena, le preguntó por el cambio de vestuario del grupo. Y Selena, que prácticamente no hablaba en español, sólo le contestaba rápidamente en inglés. Selena lucía muy nerviosa. No quería pasar un papelón por no saber contestarle en el idioma que le hablaba el presentador. Por eso, y aun entendiéndole muy bien lo que se le preguntaba en español, esperaba que no le preguntara más por temor a no saber qué decir o decirlo mal. Al cabo de 2 preguntas, Johnny Canales se dio cuenta que debía ir al grano: le dijo que cómo le explicaría eso mismo a le gente que la estaba viendo en México, a lo que Selena señalando su vestido dijo "pintadouuu", a lo que estalló en una carcajada a la que luego todos nos acostumbraríamos con alegría y amor... Era la forma elegante que tenía Selena siempre para salir del paso con gracia. Acaso Selena aprendió allí la fórmula para manejarse con los medios y para caerle bien a la gente y al periodismo en general. Selena, en una edad tan difícil como a los 14 años, tenía que aprender a solas cómo desenvolverse en la vida ante cada desafío que se le presentaba, ante situaciones que tal vez ella no buscaba ni quería. Que sólo aceptaba porque así se le presentaba la vida desde los 8 años cuando su padre decidió armar una banda con sus hermanos, siendo ella la cantante y la figura principal... La que debía dar la cara ante todos. La que no se podía esconder... Cualquier persona sabe que la adolescencia es una etapa difícil en la vida de un ser humano. Pero si tenemos en cuenta que un adolescente vive en condiciones tan cambiantes como fue en la vida de Selena sabemos que se hace más difícil aun. Para ese entonces, Selena ya había experimentado grabar discos el año anterior. A su vez, vivía de ciudad en ciudad arriba del bus “Big Bertha” estudiando por correspondencia, creciendo en él con su familia, compartiendo su vida con ella todos juntos, viviendo la misma aventura. Precisamente, Johnny Canales recordaba en un viaje que tomó hacia Idaho en el bus de Los Dinos que ellos vivían muy modestamente: "Estaban viviendo de salchichas y frijoles". Y refiriéndose a Selena dijo: "Ella vivió esos años difíciles. Es por eso que, para ella, los buenos tiempos no eran nada. Ella nunca cambió". Nunca más difícil la vida de una adolescente como Selena en la que no hay amigos fijos con quienes compartir sus vivencias, sus metas, sus frustraciones, sus alegrías, sus primeras disidencias con sus padres, sus peleas con sus hermanos. Sólo tenía “Mis primeras canciones”, disco que hizo con la dirección de su padre, dando inicio a su carrera musical. Selena se acostumbró a tener una vida en común con su familia, a compartir todo con sus padres y sus hermanos, a silenciar todo lo que no le gustaba y guardarlo bien adentro en su corazón, a resistir soñando en lo que deseaba ser alguna vez se cumpliría, y mientras tanto, a cantar en cualquier lugar que se presente: en cumpleaños, en clubes, en lugares públicos. Por lo pronto, Selena aprendió a sociabilizarse a través de su canto. Para ello, mientras su padre le enseñaba a cantar en español porque era necesario que supiera interpretar la lengua de sus ancestros para no ser rechazada como le había pasado a él, hasta el punto de marcarle dónde poner énfasis en su canto dándole significado exacto de las palabras -cosa que se verá claramente en sus producciones posteriores-, su madre le enseñaba los elementales pasos de cumbia y los valores de humildad y de ser siempre amable en público -cosa que también notaremos después-. A su madre no le gustaba mucho que sus hijos se expusieran tanto a las exigencias de su padre, fundamentalmente cuando veía en ellos frustración si no lograban ese éxito inmediato. Ella era consciente de que Abraham los ponía en un plano que no era normal y que podía tener consecuencias muy negativas en ellos, específicamente en Selena, que era la cantante, la más pequeña y la que estaba obligada a acaparar la atención de gente mucho mayor que ella. Pero Marcella sabía que el que disentía con la familia quedaba afuera, y ella veía que si llegaba a un punto de oponerse a su esposo en esta loca aventura lo iba a perder no sólo a él sino a sus hijos, a quienes les deseaba otro destino más normal -hacer una carrera, estudiar, recibirse, casarse, tener hijos-. Por ello, optó por sumarse a la “causa” desde un lado positivo, tratando de que sus hijos, y sobre todo Selena, no dejaran de ser buenos chicos educados. Pero ello contrastaba con los objetivos de Abraham y con el entorno que frecuentaban. A Selena se le hacía muy complicado entender por qué debía hacer esto o aquello. Pero entendió que si éste era el camino trazado para ella era cuestión de seguir adelante y listo. Ya vendrían otros tiempos para replantearse las cosas o para cambiar algunas. Ahora sentía que no tenía opción. Aparte a ella le agradaba cantar. Le hacía bien. Lo sabía. Y le gustaba. Y aun cuando le era tedioso cantar en español, porque su meta no era precisamente ser una Gloria Estefan sino más bien una Donna Summer, obedeció la orden de su padre sin chistar porque nunca pensó que él la llevaba por un camino incorrecto. Aprendió a que las órdenes de su padre no admitían un “pero” y las llevaban para bien. Siempre su madre se lo decía y ella lo aceptaba. Ella no estaba para cuestionar la rigidez de su padre. Y sabía que si algún día quería salir de él debía ganarse primero su lugar en el escenario que se le había impuesto... En ese contexto la confianza y el espacio que le dio Johnny Canales en su show fue fundamental. Selena empezaba a ser muy conocida en Texas por sus conciertos que hacía en innumerables pueblos del Estado. Ya para ese entonces su popularidad ganada con la gente llegó a los medios y llamó la atención a Johnny Canales. Él confiaba mucho en ella. Veía en ella algo especial aun siendo Selena tan joven. Él también vio la potencia de su voz y el carisma que tenía. Él también le vio talento a la joven. Así, él sería la segunda persona luego de su padre que veía en ella algo distinto, particular, no habitual en una cantante que recién daba sus primeros pasos. Por ello, siempre la presentaba como una gran artista aunque era muy joven y no tan conocida, siempre invitaba al público a que prestara mucha atención en ella, siempre la presentaba con honores, siempre le daba ánimo, siempre jugaba con ella por su forma particular de hablar alentándola a que se animara, que no se escondiera tras su voz. Siempre la estimulaba en todo. Muchas veces la tuvo que consolar como cuando una vez ella apareció llorando porque había perdido dinero en el camino para cantar en su show. Pero Johnny la animaba, quería que eso no fue un problema que le impidiera cantar, y por eso la calmaba diciendo que no se preocupara por esa “pequeñez”, que ya todo se iba a arreglar. Que mientras tanto cante, que era lo importante. Tal vez él sabía muy bien por lo que pasaba Selena y trataba de que le fuera lo menos costoso posible y lo más placentero para que ella se sintiera cómoda. Él sabía con qué se encontraba y no quería que se arruinase, no sólo su canto sino ella. Aparte, quería verla actuar porque interiormente sabía que detrás de esa pequeña cantante había una gran artista. Johnny Canales fue fundamental para que Selena empezara a transitar sus primeros pasos a la popularidad y a los premios. Aparte le dio lugar a toda la banda para que empezara a armar su estilo. Así Selena comenzó a ganar confianza en el escenario, comenzó a animarse a mover, a sacarse sus miedos y a adoptar una personalidad propia. Hasta allí aún lucía muy tímida y no se soltaba tanto: se circunscribía a su canto. Muy a su pesar lucía una cabellera muy corta. Es que su padre no quería que se mostrara muy femenina que digamos. Las excusas siempre eran el ambiente machista de la música texana y los peligros de la calle, entre tantas otras. Eso le daba pie para decir que necesitaba saber qué hacían sus hijos las 24 horas del día. Eso le daba justificación para tenerlos a todos vigilados, sobre todo a Selena, que era la figura. Para Selena era muy difícil ser mujer en esos tiempos, en ese contexto y con esta familia. Pero Selena también sabía que su propia ambición y la sed de todos por trascender hacían que ella tuviera excusas de ganarse como fuera su lugar. Así se fue animando a cambiar de vestuario, a animarse a bailar sus propios pasos que muchas veces eran ensayados con su hermano A.B. en pleno escenario, comenzó a dirigirse a su público con sus famosos “saludos personales” a la gente que asistía a sus conciertos. Eso llamaba aun más la atención a la gente de Texas, que veía en esa adolescente un estilo tan particular. Ya en 1986, a la edad de 15 años, cuando cantaba su propia versión de “La bamba”, lo interpretaba, como decía Johnny Canales, al estilo “Los Dinos”. Y era verla y saber que ya la banda tenía una voz y un estilo particular. Selena empezó a definir su figura, su voz y su estilo comenzó a tener adeptos. Pero el camino al éxito aún no estaba definido. Grabaría su segundo disco, “Alpha”, en un sello pequeño. No se sabía aún cuál podía ser su futuro aun con todo el potencial que tenía. Además, Selena tenía que lidiar con otros problemas: era mujer, estaba en un ambiente en el que las mujeres no llegaban a tener lugar predominante y cantaba una música que nunca podía cruzar con éxito el Río Blanco. Selena parecía condenada al ostracismo, puesta allí por su padre en un camino sin retorno. Y sin embargo, Selena logró con su voz, con su carisma, con su baile y con su personalidad conquistar Texas y que el ambiente machista de los grupos musicales la adoptara como figura predominante. Veía en ella algo particular que los representaba y pronto la catapultaría como figura excluyente. Todos la veían y quedaban encantados con ella, Y de golpe, y no por casualidad, logra su Primer Premio Texano Award. Tenía 16 años. Y ni el machismo texano ni las dificultades económicas fueron obstáculo para que Selena comenzara un camino de éxitos ininterrumpidos en Texas. Selena comenzó a ganarse un lugar, a trascender en su ámbito, en su grupo, en su familia, en los lugares en los que se presentaba. Selena comenzó a ser un nombre que no pasaría inadvertido en Texas. Comenzaba el recorrido a la fama... En 1994, Selena haría una de sus tantas presentaciones en el Show de Johnny Canales. Ya no era aquella adolescente tímida que ni siquiera hablaba castellano. Ya era una megaestrella triunfante con fans en Estados Unidos, México, Centroamérica y su nombre ya llegaba hasta Venezuela y Colombia. Johnny Canales se sentía orgulloso y a la vez, agradecido de que Selena siguiera apareciendo en su show. Otros artistas, en su lugar, con diferentes excusas ya no irían a su programa. Irían a otras cadenas más importantes. Pero Selena sabía de sus orígenes y por eso seguía yendo a su show. Johnny Canales, acaso sabiendo que la inevitabilidad de su ascenso en su carrera la llevaría a otros lugares, a otros países, a otros medios, que harían que fuera casi imposible que fuera ya a su programa, le pedía que recordara su paso allí para volver cuando quisiera. Obviamente Selena se lo prometió... La promesa no pudo cumplirse pero no por voluntad de Selena ni de Johnny Canales... Por eso luego del luctuoso 31 de marzo de 1995, Johnny Canales abriría su parque en el que se presentaban los artistas, el Johnnyland, al que tantas veces se presentara Selena, esta vez para que su gente con sus velas en mano, expresara en silencio su más profundo dolor. No había nada que decir. Johnny Canales una vez más entendió que debía abrir las puertas, como se la abrió a Selena para que difundiera su talento. Esta vez no había que presentar a nadie, no había que anunciar a nadie. Nadie iba a cantar. Sólo debía abrirle las puertas a su gente, la que la amaba para que la tributara como se lo merecía. Johnny Canales volvía a abrir sus puertas para que Selena volviera a expresarse con el amor de su público y para reconocer una vez más su talento... ... Ese talento que Johnny Canales siempre le vio a Selena...

José Behar

Corría 1989. José Behar quedó impactado cuando la vio de casualidad en San Antonio. Se dio cuenta que de nada le sirvió estar horas con su amigo Mario Ruiz, quien sería presidente de EMI Mexico, mirando grupos predeterminados. La figura estaba allí al alcance de su vista y oídos, y sin que él tuviese pautado verla. Todo surgió a la salida de un concierto en el que tocaban varias bandas. Behar había ido a ver muchas de ellas para ver cuáles eran los potenciales generadores de éxitos de la empresa de la cual él hacía poco ejercía el cargo de presidente, Emi Latin. Se había ido con la idea de que tal vez algunas bandas podían servirle para ir armando una galería de músicos exitosos que agrandarían la rama latina de la Emi. Pero todo dejó de tener sentido cuando le llamó la atención el bullicio de la gente. Se iba del estadio con Mario cuando un griterío generalizado lo hizo distraer. Le preguntó a él: “¿qué es eso?”. Como éste se encogió de hombros, el mismo Behar fue a ver qué era lo que generaba tanto alboroto. Allí vio a Selena. No sabía quién era. Poco importaba. Ahora la estaba viendo. Se quedó con la boca entreabierta de asombro. No podía creer ver a esa chica de 18 años cantar con esa voz, moverse con esa gracia, tener a un público totalmente obnubilado por ella y una personalidad que la hacía mayor. Por un momento, dijo “¿quién esta chica?; ¿de dónde vino?; ¿cómo no la conozco?; ¿cómo nadie me habló de ella?”. No podía creer que semejante fenómeno con tal grado de popularidad no estuviera en la agenda de ningún gerente, patrocinador o buscador de talentos. Sólo el griterío de la gente le hizo notar el talento que tenía enfrente. Supo entonces que las tareas de márketing, las fórmulas para llegar al éxito seguro y los buscadores de talento fácil se hacían añicos ante Selena. Ella escapaba a toda lógica. Ella era visible. Semejante fenómeno estaba a su vista y no era el producto de ninguna ingeniería discográfica. Era genuina. Y tal vez por eso atraía a todos y lo atraía a él. Se quedó pensando en ello hasta el final del concierto ... Bueno, se suponía que se quedó pensando. En realidad, no podía despegar sus ojos en esa mujer. Supo que tenía a la figura de su discográfica. Por ello, no dudó un instante. Su instinto de empresario le decía que había que actuar rápido antes de que se la arrebatara otro. Su instinto humano le decía que corriera rápido atrás de ella y le ofreciera un contrato rápido que ligara a él. Por eso se acercó a ella una vez finalizado el concierto. Ni esperó a que terminara de firmar autógrafos a sus seguidores. La encaró y le dijo: “Soy José Behar. Presidente de Emi Latin. Quiero hablar contigo”. Selena no dudó. Le dijo: “Sí. Claro”, en tono de sorna. Obviamente, no le creyó. Pensó que era uno de los tantos oportunistas que se le acercaban a ella con cualquier pretexto. Aun cuando con el tiempo se pensara lo contrario, Selena no era muy confianzuda que digamos. Al contrario, su padre y su propia realidad le hacían estar muy atenta y muy desconfiada frente a cualquier situación nueva que se le presentara, por más que fuera promisoria. José Behar volvió a insistir, le juró y perjuró que era cierto que era él y no un oportunista. Le mostró la tarjeta que le acreditaba. Lo decía y lo volvía a decir. Ahora se desesperaba porque su estrella, porque esa artista notable que estaba ante sus ojos lo creía un ventajero, un mentiroso, un vividor. Behar se desesperaba. En otra oportunidad se hubiese ido maldiciendo. Pero Selena le generaba otra cosa. Lo hacía suplicar, le hacía decir cosas que buscaran convencer sinceramente a esa joven ... No podía irse así., con las manos vacías y con la desconfianza manifiesta de Selena. Se sentía frustrado y hecho un miserable. Por suerte, para él apareció la figura de Abraham Quintanilla. Esa figura fue como un salvavidas para él. Esta situación le hizo agradecer por siempre a Behar. Se abalanzó sobre él y le pidió que se reuniese con él lo antes posible porque su idea era contratarla para la Emi Latin. Quedarían en encontrarse al otro día. Behar se fue muy contento a su casa. A partir de allí, Selena sería su artista, su niña mimada, la artista de la cual se la pasaría hablando día a día, hora a hora, minuto a minuto... Mario se volvió con él escuchando los proyectos que tenía José para con Selena. No quería apurarla. Para él era fundamental mantener ese ángel, ese genuino talento, esa espontaneidad que no respondía a los cánones de las discográficas. Igualmente, su lógica de presidente de la Emi Latin le hacía pensar que para ella tenía pensado el mismo camino que hacía con otros artistas: grabar sus temas, armar sus discos, promocionarlos y que se pasaran por la radio. Behar no ponía reparos en el material de Selena. Al contrario, los alentaba. Creía firmemente en el éxito de Selena y Los Dinos. Sólo era cuestión de tiempo, pensaba él, para que el despegue se diera. En un punto se dudaba que el secreto de Selena consistía en aquello que él mismo había visto cuando la vio por primera vez. El éxito de Selena venía de la misma gente que la seguía, que la esperaba en cada pueblo, que la conocía desde hacía tiempo, que veía en ella el sueño de tantos de ser exitosos en suelo americano y que ella se lo merecía. Behar pronto se daría cuenta que el éxito estaba allí, era cuestión de que explotara en cualquier momento con algún tema, con algún hit más que por la promoción incesante de su estrella como si no fuese conocida. Cuando al otro día se reunió con Abraham, A.B. y Selena se sintió realizado. Le estaba ofreciendo a Selena su primer contrato importante. Le estaba dando a ella la protección de una discográfica importante para lanzarse con toda la pompa de una estrella. Le estaba dando la posibilidad de poder grabar regularmente y sacar discos en forma constante. Al siguiente año lanzó “Ven conmigo” y con él Selena empezaría a plasmar en discos el éxito que tenía en la calle. Era el inicio de un camino artístico coherente con su figura. Behar sería acaso la tercera persona que en la historia de Selena confiara plenamente en ella, luego de Abraham y de Johnny Canales. Behar la protegía, la entendía, sabía que tenía un talento particular. A Behar poco le importaba esa particularidad de que mientras él le hablaba, como todo latino, en español, ella le contestara en inglés, porque su castellano era muy precario aún. A Behar le costaba entender ese fenómeno extraño pero no era cuestión de entender, era cuestión de creer. Pero estaba dispuesto a darle todo lo que necesitara. Le había cambiado la vida, no sólo a nivel profesional sino en el plano personal. Nunca imaginó que iba a encontrar algo semejante. Él esperaba hacer su trabajo de siempre: descubrir talentos y promocionarlos. Pero Selena era distinta, era un talento en sí. Sólo era cuestión de mostrarla y darle tiempo. Sí, él sabía que era particular y siempre se decía que habría que ir despacio. No era cuestión de que todo se arruinara por hacer las cosas apuradas y mal. No quería que su tesoro se desperdiciara. Por ella se olvidó del resto. Sólo hablaba de ella. Muchos se fastidiaban con él porque sólo hablaba de Selena: “Selena esto, Selena aquello”, decían con sorna de él. Behar sentía por ella lo que muchos sentían y sintieron por Selena: adulación. No estaba en la lógica de nadie su presencia. Pero él pretendía darle lógica yendo sin riesgos, no haciéndole perspectivas a corto plazo. Todo se iba a dar. ¿Para qué apurarse? Pero el éxito llegó mucho antes de lo que él imaginaba. El diría más tarde: “Yo sabía que iba a tener un éxito. Pero no imaginé que iba a ser tan pronto”. Y llegó “Como la Flor” ... Llegó el N° 1 ... A.B. venía trabajando en un tema que hablaba de esas flores de plástico que se vendián en los conciertos y que no se marchitaban. Una vez que compuso la música, recurrió una vez más a Pete Astudillo para que le diera la letra. Siempre venía bien Pete, que es el que más sabía castellano, para darle forma a lo que pensaban Selena y él. Así nació “Como la Flor”. Y esa canción, que en un punto representaba a Selena, a la que le gustaba llevar una flor blanca en sus conciertos pues era su flor preferida, se convirtió en un éxito total y rápidamente alcanzó el N° 1 en ventas. Así Selena trepó a las radios y al anhelado despegue, que estaba ahí, a un paso, se dio. Encima era una canción que tanto se identificó con Selena que terminó siendo un himno, una canción de la cual “Como la Flor” y Selena no se podían separar. Selena sintió que tocaba el cielo con las manos. Ella sentía como todos esa satisfacción de lograr el éxito total después de tantos años de lucha. Pero para ello tenía un condimento adicional: era el logro personal, era un éxito que la identificaba con una canción que la representaba de cuerpo y alma al punto que con el tiempo su letra parecía hasta indicarle su futuro. Era un éxito que la ponía en lo más alto reviviendo su anhelo de sus sueños personales. Cada vez más sentía que su futuro dependía de ella si se lo proponía. Que los obstáculos eran más fáciles de vencer. Sus objetivos personales se podían lograr. El “nada es imposible” se estaba cumpliendo. Pero aún faltaba mucho, aunque el horizonte estaba a la vista de ella... “Como la Flor” acercó al público a Selena y el éxito a Behar. Ese hit que faltaba se logró y así a 3 años de ser contratada por EMI Latina, Selena lograba el N° 1. A partir de allí “Como la Flor” fue la “canción de Selena”. Comienza una nueva etapa. Con ese tema Selena adquere nuevas energías y confianza para lograr avanzar peldaño a peldaño sus logros personales. Atrás quedaron los tiempos de ser la niña que sostenía a la familia con una piedra en la espalda como mochila. Atrás quedaron las etapas de demostrar sus dotes de cantante. Ahora la gente la identificaba. Ahora la gente la tomaba como ejemplo. Había más gente que la vivaba. Pronto sentiría que su entorno le quedaba chico. Que ella tenía un potencial enorme que se alimentaba con el cariño y la admiración de sus fans. Eso le daba una energía que se notaba e cada representación, en cada concierto. Ahora Selena miraba otros horizontes. Ya no tenía que sentirse cohibida por falta de confianza. Ahora se sentía que podía decidir con más firmeza en algunas cosas. Ahora podía tomar a la banda como un instrumento para sus propias decisiones. Con semejante éxito a Selena le quedó claro el papel fundamental que tuvo José Behar en su vida. Por eso, en cada premio, en cada ocasión en la que debía agradecer, siempre estaba en la lista José Behar. Cuando recibió el Premio Gammy 1993, le hizo un primer, largo y sentido agradecimiento a José Behar. Luego a su familia. Por eso es curioso que en la película producida por su padre no se nombrara ese momento. Y se mostraran saludos o agradecimientos que Selena nunca había hecho. Selena tenía muy claro a quién debía agradecer en cada premio. Siempre estaban la discográfica, los patrocinadores, los organizadores de la banda y el público. Es decir todos los que tenían que ver con su éxito. Por eso nunca faltó José Behar. Porque él le dio la oportunidad para llegar a ser la N°1. Y para ello necesitó no sólo a un buen gerente discográfico, sino un gran admirador de su talento, una persona que sintiera lo mismo que la gente que la admirara. Pocas veces se da esa conjunción en una persona que está en la negocio de la música. Y así como un encuentro fortuito le permitió conocerla, José Behar hizo posible el sueño de Selena de ser una artista consagrada…

Bonus track: Un lindo reconocimiento en vida

Corría noviembre de 1994. Selena estaba en todos lados. En México se había convertido en una megaestrella. De ser un artista texana conocida, a ser un suceso en Monterrey. Que ese suceso provocara el “efecto rebote” y generara más repercusión en Texas. Y que ambos sucesos llevaran el nombre de Selena a otros Estados de los Estados Unidos hasta Los Ángeles, y que llegara a todo México con pie en el Distrito Federal. Luego de que “Como la Flor” y “La carcacha” catapultaran a Selena en Monterrey, la carrera de Selena iba en pleno ascenso sin obstáculos… Pero 1994 fue el año del despegue de Selena. De un despegue que hiciera que para nadie fuera inadvertida su fama. Los grandes medios empezaban a ver que no era casual lo que generaba la estrella y empezaron a tomar muy en serio su trayectoria. Selena había comenzado el año ganando el Grammy con el disco “Live!”. Y poco tiempo después saldría su nuevo disco “Amor prohibido”, que no sólo fue un éxito rotundo en ventas, sino que amplió el público seguidor de Selena, porque el disco incorporaba nuevos ritmos y variedades musicales que explotaban al máximo la versatilidad de Selena como cantante. Todo esto generó el “efecto Selena”, fenómeno que acaso explique la “Selenamanía” del año siguiente. Cada presentación de Selena generaba sensación. Sus conciertos eran multitudinarios. La gente gritaba por ella. Los medios hablaban de ella. Todos la buscaban. Los productores empezaron a buscar su figura para asegurarse el éxito o incluso para reafirmarlo. Se llegó a dar el caso de que los productores de un éxito en sí como era la novela “Dos mujeres,un camino”, protagonizada por Eric Estrada, la contratan por unos capítulos aprovechando su popularidad. Y obviamente la ya alta audiencia del programa se disparó aun más sólo para ver a Selena actuar. Al poco tiempo Selena sería convocada para hacer un pequeño papel en la película “Don Juan DeMarco” protagonizada por Marlon Brando, Faye Dunaway y Johnny Depp. Todos eran conscientes de que su sola presencia, aunque sea por un tiempito, asegurara un éxito… Pero cuando fue a cantar en el Programa "En Vivo" emitido en México y conducido por Ricardo Rocha, acaso se le haya dicho a Selena lo más hermoso que puede lograr un artista. Allí se le dijo a Selena si era consciente de que la gente no sólo compraba sus discos y la había hecho muy popular, sino que la quería, que la respetaba y que tenía deseos de cuidarla, de expresarle el más tierno de los amores. También fue muy lindo cuando Ricardo Rocha le reconocía en Selena una gran compañera, algo no habitual en el medio en el que ella frecuentaba. Y fue más hermoso aun que en el programa “En vivo” se lo pudiera decir todos estos atributos en vida a Selena, porque ese fue el mayor logro de Selena. Ese amor y cariño incondicional no se logra con dinero, ni con promociones. Se logra con talento y amor. Nada más. Y Selena fue eso. Y fue más significativo acaso porque se le estaba diciendo en un programa que no era precisamente de reportajes, sólo de actuaciones en vivo de los artistas. Selena allí actuó unos 40 minutos en el que cantó todos sus éxitos y con el mismo profesionalismo como si estuviera en un estadio como el Astrodome. Y sólo lo estaba haciendo en un estudio de televisión ante un centenar de personas. Y en un pequeño parate los conductores aprovecharon para decirle esto y no sólo esto…. También le acotaron él y la conductora que la acompañaba que en aquel momento sólo 2 latinos figuraban en la lista de los 200 más famosos de los Estados Unidos. Uno era Luis Miguel y la otra era Selena… Este dato era muy importante, porque no sólo en todo México sino en todo Estados Unidos Selena era muy conocida. Si no hubiese sido así jamás hubiese provocado la reacción de la gente en general luego del 31 de marzo de 1995. Ante tantos que han pretendido minimizar el fenómeno de Selena diciendo que era un cantante apenas conocida en algunos lugares de Estados Unidos y México, que sólo cobró notoriedad "mundial" por su absurda muerte, esto demuestra lo contrario Si bien es cierto que la muerte magnifica las cosas, semejantes demostraciones de la gente expresados en sus homenajes hechos en todo lugar y a través del tiempo muestran a las claras que Selena caló mucho en el sentir de su gente. Y si ella no hubiese sido tan querida, difícilmente la gente la recordaría tanto aún hoy. Y en todo el mundo la sigue recordando, venerando y llorando a Selena...Creo que por ello, muchos de los que la quieren de verdad sienten la necesidad de seguir expresándole su agradecimiento a semejante artista. Y sería bueno que Selena pudiera sentir que todos corroboramos lo que se dijo en el programa “En vivo”, de Ricardo Rocha. Y lástima que no estuvo en las manos de su gente el cuidado de Selena. Tal vez ahora hubiese estado con nosotros y tendría una vida acorde con todo el talento y amor que nos dio... Pero al menos se llevó el amor de su gente… Y por suerte Selena, además de sentirlo, pudo escuchar que alguien que se lo dijera y recordara ... en vida…..